domingo 2  de  noviembre 2025
CANCIONES DE LA MEMORIA

Cuando fallan las palabras, viene la música a salvarnos

Varios estudios indican que la memoria musical puede preservarse incluso cuando la memoria verbal ya está muy deteriorada

Diario las Américas | GRETHEL DELGADO
Por GRETHEL DELGADO

¿Quién no ha viajado en el tiempo a ese lugar en el que escuchó una canción por primera vez? Se le atribuye al escritor Hans Christian Andersen la frase “donde fallan las palabras, habla la música”. Y esta idea ilustra perfectamente el efecto de la música en personas con alzhéimer.

El diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer (o alzhéimer) suele generar gran ansiedad: pérdida progresiva de memoria, olvido de palabras, dificultad para comunicarse, alteraciones del ánimo y del comportamiento. Pero un recurso llama la atención tanto en residencias como en centros de día: la música. Las melodías conectan recuerdos, emociones y sensaciones; aparecen como un puente para llegar a la persona que vive con esta enfermedad neurodegenerativa.

La música, para el cerebro, no es solo un remanso emocional. Activa redes neuronales, muchas de las cuales se conservan en fases intermedias o incluso avanzadas del alzhéimer, lo cual no deja de sorprender a muchos. Varios estudios, entre ellos uno de 2024 publicado en Medical News Today, indican que la memoria musical (como las canciones de la infancia o melodías que acompañaron momentos especiales) puede preservarse incluso cuando la memoria verbal o episódica ya está muy deteriorada.

En ese sentido, la Alzheimer’s Association subraya que incluso en las etapas avanzadas del alzhéimer, una persona puede marcar un ritmo o cantar la letra de una canción de su infancia.

¿Por qué ocurre esto? Se piensa que la musicoterapia (sea mediante la escucha de piezas específicas, cantar o tocar instrumentos simples) estimula estructuras como el sistema límbico (emociones), la corteza auditiva y asociativa y favorece la plasticidad neuronal. Un estudio de 2023 sobre musicoterapia en pacientes con alzhéimer, publicado en BioMed Central, detalló mejoras cognitivas en comparación con grupos de control: de 8 estudios seleccionados (689 participantes, edades de entre 60 y 87 años), 6 fueron de alta calidad y mostraron mejoras en funciones cognitivas tras la intervención musical.

Ventajas de la música

  • Como indica Northwestern Medicine, la música mejora el estado de ánimo, disminuye la ansiedad y la depresión.
  • La National Library of Medicine enfatiza los beneficios de la música a la hora de evocar recuerdos autobiográficos y la fluidez verbal en algunos casos.
  • Mejora la comunicación no verbal y la conexión emocional con el entorno, incluso cuando la conversación es compleja. Por ejemplo, un estudio de The University of Chicago Medicine reportó que, al usar canciones personales en rutinas del día, se redujeron los momentos de resistencia o confusión.

Los expertos recomiendan poner en práctica las bondades de la música en estos pacientes, ya sea en residencias o en domicilios. Para ello se pueden crear listas de reproducción personalizadas con canciones que tengan un significado especial para la persona. Es importante elegir momentos de rutina para la intervención (como la hora de la comida) y acompañar siempre con un cuidador o terapeuta que facilite la conexión.

En un caso específico compartido por la National Library of Medicine en un ensayo piloto de 12 meses, se encontró que la musicoterapia incrementó los puntajes de felicidad, redujo el estrés y mejoró el estado emocional en pacientes con EA leve.

Vale recalcar que la musicoterapia no representa una cura para el alzhéimer. No obstante, puede mejorar la calidad de vida, la comunicación y la interacción en un contexto donde los tratamientos con fármacos pueden ser limitados. En ese sentido, es una manera eficaz que pueden usar los profesionales y los cuidadores para despertar las memorias de los pacientes.

En cuanto a las familias que cuidan de pacientes de alzhéimer, así como el personal de salud en residencias, hay algunas recomendaciones útiles.

Las canciones de la memoria

  • Identificar canciones significativas de juventud o momentos clave de la vida del paciente, de modo que estos temas musicales puedan activar recuerdos implícitos.
  • Integrar al día a día sesiones regulares de música (por ejemplo, entre 15 y 20 minutos diarios).
  • Acompañar las sesiones de música con gestos, imágenes o fotos que refuercen la memoria del paciente y activen esos trozos autobiográficos que parecen enterrados en el olvido.
  • Se aconseja observar al paciente y tomar nota de sus cambios de ánimo, su manera de comportarse y su interacción con otras personas después de las sesiones musicales. Estos cambios pueden guiarnos para saber si el proceso está siendo positivo o hay que cambiar algo.
  • De ser posible, es útil considerar grupos de musicoterapia comunitarios o asociaciones especializadas, de manera que el paciente, además de conectar con los recuerdos mediante la música, pueda socializar con otras personas.

Cuando el lenguaje se vuelve escaso y los recuerdos se fragilizan, la música emerge como un faro. Permite revivir conexiones, evocar mundos internos y mantener la dignidad de la persona que vive con alzhéimer. En ese silencio que el olvido impone, la música habla por nosotros, lo que la convierte en una terapia no solo emocional, sino humana.

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