viernes 29  de  marzo 2024
SALUD

La  clave está en una buena alimentación

Combatir la diabetes implica seguir una dieta balanceada y cumplir ciertas normas en cuanto a la frecuencia de las comidas y el tamaño de las porciones
Por BELÉN GONZÁLEZ

Contrarrestar los estragos que la diabetes, especialmente la tipo 2, puede causar en el organismo, es posible siguiendo un plan de alimentación que ayude a controlar el nivel de glucosa en la sangre, equilibre la presión arterial y mantenga a raya el colesterol. Es una estrategia que junto a la actividad física habitual permite además mantener un peso adecuado.

Mucha gente piensa que ser diagnosticado con diabetes significa estar condenando a una dieta estricta, aburrida e insípida, pero eso no es verdad. Un paciente diabético puede comer todo tipo de alimentos, aunque aplicando ciertas restricciones, especialmente en cuanto a la cantidad de las porciones y la frecuencia que debe seguir para ingerir determinados alimentos.

La clave para sobrellevar la diabetes es desarrollar nuevos hábitos de alimentación que permitan reducir el riesgo de complicaciones, como ataques al corazón y derrames, incorporando a la dieta diaria vegetales, granos integrales, fruta, productos lácteos sin grasa, carnes magras, aves de corral y pescado.

Lo cierto es que no existe un alimento perfecto, que contenga todos los nutrientes requeridos por el organismo, por eso es importante integrar todos aquellos productos con el potencial de suministrarnos las vitaminas, minerales y fibra que nuestro cuerpo necesita.

Conociendo los alimentos

Para el paciente diabético es determinante conocer el rol que juega cada tipo de alimento. Comencemos por los almidones, encargados de proveer al organismo de la energía vitaminas, minerales y fibra que necesita. Ciertamente se trata de carbohidratos que elevan los niveles de azúcar rápidamente, pero son esenciales para una dieta saludable.

Hablando de vegetales, este otro grupo de alimentos es la una rica fuente de vitaminas y minerales esenciales, y algunos de ellos contienen fibra. Son bajos en calorías cuando se comen crudos y se les considera altamente recomendables en la dieta de las personas con diabetes, aunque es importante tener claro que algunos pueden contener almidón.

Con relación a las frutas, que proveen energía, vitaminas, minerales y fibra, es importante tener claro que pueden afectar los niveles del azúcar en la sangre, lo que implica que deben consumirse con precaución. La leche y el yogurt libre de grasa y baja en grasa aportan además proteína y calcio, y son coadyuvantes en el control de la glucosa.

Por su parte, los alimentos que contienen proteína y que ayudan a acumular músculo y tejido corporal, deben consumirse con cautela, de hecho la Asociación Americana de la Diabetes recomienda reducir especialmente la ingesta de proteína animal. Lo mismo pasa con los aceites y grasas, especialmente las saturadas que elevan el colesterol en la sangre y aumentan el riesgo de cardiopatías.

Lo ideal en este sentido es que el consumo total grases se establezca en función de los niveles de colesterol del paciente, de su control del azúcar en la sangre, y del estilo de vida. Teniendo en cuenta que las opciones "más saludables" son el aceite de oliva, las aceitunas, las nueces, el aceite de canola, y el aguacate.

Métodos eficientes

La alimentación del paciente diabético no sólo incluye la selección adecuada de alimentos, sino seguir una serie de normas que permitirán al organismo funcionar de forma más armónica. En primer lugar es importante hacer varias pequeñas comidas al día, en lugar de una o dos, para así evitar cambios extremos en los picos de azúcar en la sangre.

Otra estrategia importante es establecer un horario para las comidas, que en algunos casos debe ser exacto, y en otras más flexibles, dependiendo de su régimen farmacológico y del tipo de insulina que consumo. Una única norma importante en este sentido es tratar de ingerir la misma cantidad de carbohidratos todos los días y a la misma hora, para que el cuerpo se acostumbre a metabolizarlos.

Una estrategia para garantizar el consumo de las porciones adecuadas, es el llamado método del plato, que le permite equilibrar la cantidad de cada grupo de alimentos que debe comer. Este implica fundamentalmente en: Usar para el almuerzo y la cena un plato de 9 pulgadas, es decir, 15 centímetros, de diámetro; llenar la mitad del plato solo con verduras sin almidón, colocar en una cuarta parte del mismo la proteína, y dejar para el último cuarto la fuente de almidón, como por ejemplo los granos.

Tenga presente que si usa insulina o ciertas medicinas para la diabetes, o si por alguna razón ajena a su voluntad omite o retrasa una comida, su nivel de glucosa en la sangre puede bajar demasiado, y provocarle un malestar desagradable y peligroso.

Algunas recomendaciones

  • Mantenga controlados sus niveles de glucosa en sangre.
  • Equilibre la proporción de nutrientes en su dieta diaria, la relación óptima incluye un 65% de carbohidratos, un 15% de proteínas y un 30% de grasas.
  • Realice preferiblemente cinco comidas al día, con porciones pequeñas.
  • Prefiera los alimentos frescos y evite los procesados.
  • Consuma mucha fibra, especialmente cereales, avena y arroz integral
  • Cuide su peso, recuerde que el sobrepeso y la obesidad son factores en la aparición y desarrollo de la diabetes.
  • Vigile el nivel de lípidos en sangre, recuerde que como diabético es susceptible a padecer enfermedades cardiovasculares.
  • Proteja sus riñones, órgano particularmente por la ausencia de insulina y el exceso de sodio.
  • Recuerde que la actividad física es indispensable en el tratamiento de la diabetes.

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