MIAMI. - La Federación Internacional de Diabetes registra a la fecha que 540 millones de personas viven con la enfermedad. Un dato importante es que tres de cada cuatro adultos con diabetes viven en países de ingresos bajos y medios.
La diabetes tipo 2 se presenta en 90% de los casos de la enfermedad. Está asociada con sobrepeso y obesidad y es uno de los mayores desafíos de salud global
MIAMI. - La Federación Internacional de Diabetes registra a la fecha que 540 millones de personas viven con la enfermedad. Un dato importante es que tres de cada cuatro adultos con diabetes viven en países de ingresos bajos y medios.
La endocrinóloga Mónica De Canha señala que la diabetes es una enfermedad crónica caracterizada por altos niveles de glucosa o de azúcar en la sangre.
“La diabetes es una pandemia, sobre todo con esta pandemia de la obesidad que se ha producido en estos últimos 20, 30 años. Hay más de 500 millones de casos en el mundo de diabetes y se espera que, en los próximos 10 o 20 años, inclusive superen los 640 millones de casos a nivel mundial”, indica la especialista.
Con la prevalencia mundial de diabetes triplicándose en las últimas dos décadas, “se ha convertido en una pandemia moderna previsible en gran medida debido a comportamientos humanos modificables”, registra la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Fue el epidemiólogo KM Venkat Narayan, quien acuñó el término “pandemia de diabetes” y se basó en las implicaciones sanitarias, sociales y económicas globales de la enfermedad. En este punto se considera que la diabetes es uno de los mayores desafíos de salud global del siglo XXI.
La doctora De Canha refiere que los mayores índices de la enfermedad se registran en los países desarrollados, países de Europa y de Norteamérica, sin que se escapen los países latinoamericanos debido a la mala alimentación.
Explica que estos índices sobre la diabetes tienen que ver el incremento del consumo de alimentos ultraprocesados, industrializados, así como los malos hábitos alimenticos y el tipo de trabajo.
“Anteriormente, nuestro trabajo era más físico, ahora en los últimos años ocupa mayor capacidad mental y los trabajos son sedentarios. Eso ha hecho que el número de casos de diabetes aumente exponencialmente en el tiempo. Por eso se espera un incremento de la prevalencia de esta patología en los próximos años”, indica De Canha.
La doctora sostiene que, tras la pandemia del COVID-19, aumentaron los casos de diabetes porque muchas personas que estuvieron resguardadas en sus hogares experimentaron ansiedad, más sedentarismo, hubo una ruptura de los patrones de rutina, así como falta de ejercicio. Señala que todos estos factores contribuyeron al sobrepeso, obesidad y al desarrollo de las diabetes en muchos pacientes.
La especialista afirma que, según las investigaciones, 90% de los pacientes con diabetes tienen diabetes tipo 2. Esta es la enfermedad asociada con sobrepeso “y generalmente ocurre a partir de 30 o 40 años. A medida que va transcurriendo la edad, va aumentando la prevalencia”.
Agrega que la diabetes tipo 1 se presenta, aproximadamente, en 10% de los casos y se da en edades más tempranas, puede ocurrir en niños, en adolescentes y, en un porcentaje pequeño, en adultos jóvenes.
La endocrinóloga afirma que no hay un sexo predominante en la prevalencia de la diabetes, afecta por igual a hombres y mujeres.
“La diabetes afecta a personas de todas las edades y razas. La enfermedad reduce tanto la calidad como la esperanza de vida de una persona e impone una gran carga económica al sistema de atención sanitaria y a las familias”, señala el Instituto Nacional de la Salud de EEUU.
Mónica De Canha señala que la diabetes está englobada dentro de las cinco enfermedades más prevalentes en el mundo.
“Esto forma parte también de lo que se llama síndrome metabólico que apunta a varias características, entre ellas, la diabetes, la hipertensión, la alteración en los triglicéridos y el colesterol. Además, muchas de las personas que tienen problemas cardiovasculares, también tienen diabetes como parte de la expresión de ese síndrome”, explica.
La doctora afirma que los malos hábitos de sueño también son causantes de alteraciones en el ritmo circadiano y todo lo relacionado con la secreción de las hormonas: “Sobre todo lo que es el estrés y la falta crónica de sueño hace que las glándulas suprarrenales produzcan mayor cantidad de cortisol, la llamada hormona del estrés, y a su vez, estos altos niveles de cortisol van a alterar la glucosa en la sangre y también se altera la regulación de las hormonas del apetito”.
La endocrinóloga Mónica De Canha explica que la primera fuente de combustible o fuente energética del cerebro son los carbohidratos.
“El detalle es el tipo de carbohidratos que va a consumir la persona. Hablamos de carbohidratos simples y los carbohidratos complejos. Los simples son los que encontramos en el azúcar, todos los productos ultraprocesados, que son básicamente los dañinos”, indica.
Añade que se educa a las personas en cambiar el consumo de carbohidratos: eliminar lo que tenga que ver con azúcares simples “e irnos a los carbohidratos complejos por cuanto la digestión es más lenta y el impacto en el nivel de azúcar en la sangre es mucho menor”.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, en los Estados Unidos, una de cada 10 personas tiene diabetes: los hispanos presentan un riesgo especialmente alto de desarrollar la enfermedad. Se calcula que más de la mitad de los adultos hispanos podrían padecer diabetes tipo 2 durante su vida.
Por otra parte, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que dejar de fumar reduce el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 entre 30% y 40%.
En ese contexto, solo cerca de 50% de las personas con diabetes tipo 2 obtienen la insulina que necesitan. Con frecuencia esto obedece a los sistemas de salud de sus países no pueden permitírselo.
@snederr
FUENTE: Federación Internacional de Diabetes / Diario Las Américas