MIAMI.- Uno de los principales retos para los adultos que migran hacia los Estados Unidos es continuar ejerciendo la profesión que tenían en su país natal y es mucho más complicado cuando se trata de alguna especialidad en el área de la salud. Hacer reválidas, continuar estudiando por varios años y obtener un título en alguna institución de EEUU, son los principales obstáculos para quienes la medicina, la odontología o carreras afines habían sido el sueño de su vida. Esta realidad fue lo que llevó a una odontóloga venezolana a buscar una alternativa que de alguna manera tuviera que ver con la salud, la estética y la belleza, pero que no exigiera realizar estudios que pudiesen llevar muchos. Marina Mangupli, egresada de la Universidad Central de Venezuela en Caracas llegó a Florida en 2015 “por poco tiempo”, pero la realidad cambió, se quedó más de lo esperado y tuvo que buscar opciones para ayudar en la economía familiar.
“Es bastante conocida la historia de los migrantes venezolanos y nosotros somos parte de esa realidad. Ejercí mi carrera por más de 15 años en Caracas, y como nunca pensé en quedarme tanto tiempo, por lo que no terminé de tomar la decisión de hacer la reválida o la equivalencia para ejercer mi carrera. Pasaron los años y estuve ayudando con el negocio de la familia, pero los números no son lo mío y me hacía falta trabajar en algo con mis manos que fuese creativo. En ese momento decidí buscar independizarme económicamente y tratar de producir algún ingreso extra. Fue cuando descubrí a través de las redes el mundo de la micropigmentación”.
Explica que ni siquiera conocía que esta técnica existía, ni de qué se trataba y mucho menos qué cosas maravillosas se pueden hacer en el rostro.
“Me encantó la técnica y empecé a averiguar sobre el tema, a indagar quién ofrecía cursos. Comencé a hacer mis investigaciones de dónde podía capacitarme y cuál era el mejor lugar para hacerme una profesional. Encontré una acreditada academia en Europa, que tiene un Masters que se ofrece a nivel mundial. Y lo mejor fue cuando me enteré que tenía una sede en Florida y allí fue donde hice mi primer curso de la técnica de microblading, y de verdad me enamoré”.
Comenta que desde que había dejado la odontología, no tenía mucho entusiasmo para hacer algunos oficios, pero al conocer esta técnica encontró una nueva manera para motivarse y en los últimos cuatro años no ha parado ni de educarse, ni de entrenarse, para mejorar en sus habilidades y ampliar su espectro de conocimiento ya que ahora trabaja además de las cejas, puede tratar diferentes tratamientos de labios y pestañas.
Una escuela para multiplicar conocimiento
“Con la experiencia que tengo de la ciencia y la salud en odontología, la verdad que se me ha hecho un poco más fácil poder navegar en este mundo y tomé la decisión, hace dos años, de empezar a compartir mis conocimientos con otras personas y que puedan aprovechar esta experiencia y estos cursos para desarrollarse profesionalmente, además con la posibilidad de tener un ingreso extra”.
Mangupli abrió un consultorio en el que imparte cursos de especialización del microblading, donde las alumnas pueden conocer en detalle la técnica llamada pelo a pelo, la aplicación en el rostro, además de la colocación de los anestésicos tópicos.
Explica que esta manera es una posibilidad para desarrollarse, un poco más sencilla que hacer las reválidas para continuar alguna carrera en el área de salud o en cualquier especialidad. “Las personas interesadas no tienen que pagar tanto dinero ni tomarse tanto tiempo para lograr un oficio que puede ser un extra económico importante. Ahora también ofrecemos las técnicas de sombreado y el contorno de labios”.
Marina explica que por lo general no son más de 8 o 10 personas, ya que con grupos pequeños ella puede trabajar de manera más dedicada con cada una de las participantes.
“Son cursos muy completos donde además de la técnica que es laboriosa, porque enseñamos desde las bases de la teoría de la micropigmentación, mostramos cómo usar los anestésicos en la piel, cómo trabajar en piel profunda. Enseño técnicas de diseño, cómo trabajar cada tipo de rostro para que el resultado quede en armonía con la cara y no distorsione”.
Explica que creó un curso que dura dos días, donde de forma presencial los alumnos pueden conocer todo lo que necesitan saber para trabajar el microblading o micropigmentación.
“Adicionalmente a la teoría, siempre tenemos una modelo en vivo donde pueden ver, paso a paso, cómo se aplica la técnica y al observarme trabajando entienden cómo debe estar el lugar, cuáles accesorios necesitan, cómo debe colocarse la silla, la camilla. Es importante que observen todos los detalles desde la colocación de los materiales, cómo debemos protegernos, cómo debe colocar al cliente en el momento de trabajar el rostro”.
Pero como Mangupli conoce las necesidades que puedan enfrentar los alumnos después del curso, ella ofrece un coaching de acompañamiento ilimitado donde los egresados pueden aclarar dudas en el momento de trabajar, para garantizar que el resultado sea perfecto.
“Una de las características de los cursos es que son en español y la persona puede escoger entre la modalidad de grupos o los individualizados. Hay quienes son socias en un salón de belleza o amigas y prefieren estar en grupos más pequeños por lo que se unen dos o tres para aprender. También hacemos cursos personalizados”.
Belleza que eleva la autoestima
“Hay diferentes motivos por los cuales una persona puede perder las cejas. La gente no se da cuenta cuán importante son hasta que no las tiene. Cuando desaparecen las cejas el rostro pierde su integridad. Las cejas son el marco de nuestra mirada, por ello son muy importantes. Aunque no se crea hay personas que sufren muchísimo porque no tienen cejas y pasan trabajo teniendo que maquillarse día a día para tratar que queden bien”.
Asegura que el maquillaje de las cejas no es fácil, porque siempre puede quedar un desnivel, a veces una queda más gruesa que la otra, o más alta, o con una expresión diferente. Y eso hace que la gente se sienta un poco frustrada, porque además del tiempo que le tiene que dedicar, no siempre se logra que queden en armonía.
Explica que si para las mujeres es un problema, para los hombres es aún peor, ya que la mayoría no se maquilla habitualmente y esto le genera estrés porque su rostro se ve muy envejecido.
“Esta técnica es ideal para devolver la integridad al rostro y la alegría de los clientes es inmediata”.
Asegura que si algo tiene de maravilloso poder enseñar el microblading es lo que los alumnos van a recibir de sus clientes cuando vean un trabajo perfecto.
“Los clientes lo agradecen mucho, se emocionan porque a veces no creen que se pueda lograr ese resultado y se ve tan natural que quedan encantado”.
Marina Manglupi está en las redes sociales @marinamangupli_trainer