domingo 17  de  marzo 2024
PANDEMIA

Salud mental tras pandemia, un reto que atender 

Según la OMS además de los trabajadores de la salud y los estudiantes, entre los más afectados están las personas que viven solas y las que tienen afecciones mentales preexistentes
Por ELKIS BEJARANO DELGADO

MIAMI. - Un hombre de 32 años que estuvo hospitalizado varias semanas tras ser contagiado de COVID-19, mientras se recuperaba en su casa, comenzó a tener episodios de ansiedad y depresión que lo obligaron a acudir al médico para recibir tratamiento con fármacos.

Una enfermera de un hospital del Condado de Palm Beach, desde que estuvo al frente de la atención de pacientes contagiados con el coronavirus experimentó ataques de pánico, que la obligaron a separarse de su trabajo por varias semanas.

Un joven con condición de autismo de 19 años se niega a salir de su casa, porque sus padres decidieron no vacunarlo y él teme ser contagiado y “morir”, por lo que ha sufrido de estrés y ansiedad cada vez que debe salir por alguna extrema razón.

Una mujer de 53 años ha experimentado episodios depresivos, porque se siente culpable de la muerte de su madre. Ambas fueron juntas a una fiesta familiar, donde se contagiaron y tuvieron que ser hospitalizadas. Solo ella salió con vida del centro médico, ahora la culpa la acompaña como una sombra oscura.

Los cuatro casos mencionados no son únicos, y desde que se inició la pandemia cada día se observan más personas con cuadros depresivos que requieren atención clínica lo que ha disparado las alarmas entre los especialistas de la salud mental del mundo.

Un estudio de la Universidad de Calgary, en Canadá, publicado en la revista médica JAMA Pediatrics, un porcentaje alarmante de niños y adolescentes está sufriendo una crisis mental a nivel mundial debido a la pandemia de COVID-19.

El estudio que reúne datos de 29 estudios distintos de todo el mundo, en los que participaron 80.879 jóvenes de todo el planeta. Los nuevos resultados muestran que los síntomas de depresión y ansiedad se han duplicado en niños y adolescentes en comparación con la época anterior a la pandemia.

"Las estimaciones muestran que uno de cada cuatro jóvenes en todo el mundo experimenta síntomas de depresión clínicamente elevados, mientras que uno de cada cinco tiene síntomas de ansiedad clínicamente elevados -advierte la doctora Nicole Racine, asociada postdoctoral, psicóloga clínica y autora principal del documento--. Y lo que es más alarmante, estos síntomas se agravan con el tiempo", según un reporte que hace la agencia Europa Press.

Recientemente una revisión sistemática de 65 estudios de todo el mundo con datos de 97.333 trabajadores de la salud comprobó que 1 de cada 5 ha experimentado depresión, ansiedad y / o trastorno de estrés postraumático durante la actual pandemia de COVID-19.

El estudio publicado en la revistas de acceso abierto Plos ONE por Yufei Li, Nathaniel Scherer y sus colegas de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, señala que la pandemia ha planteado desafíos importantes para los trabajadores de la salud, y muchos temen por su propia seguridad mientras enfrentan una gran carga de trabajo y un apoyo psicológico limitado.

Según la Organización Mundial de la Salud además de los trabajadores de la salud y los estudiantes, entre los más afectados están las personas que viven solas y las que tienen afecciones mentales preexistentes, ya que además los servicios de atención para los trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias se han visto considerablemente interrumpidos.

En una reciente publicación se destaca que “el nuevo Atlas (mapeo) de Salud Mental de la OMS dibuja un decepcionante panorama de fracaso mundial a la hora de prestar a las personas los servicios de salud mental que necesitan, en un momento en el que la pandemia de la COVID-19 está poniendo de manifiesto la creciente necesidad de apoyo en materia de salud mental[ ”.

La última edición del Atlas (se publica cada tres años), que incluye datos de 171 países, “es un claro indicio de que la mayor atención prestada a la salud mental en los últimos años aún no se ha traducido en una ampliación de los servicios de atención de salud mental de calidad que se ajuste a las necesidades”.

Ante esta grave situación el director general de la OMS, Dr. Tedros Adhanom aseguró que es sumamente preocupante que, a pesar de la evidente y creciente necesidad de servicios de salud mental, la cual se ha agudizado aún más durante la pandemia del COVID-19, las buenas intenciones no se vean acompañadas de inversiones. “Debemos atender esta llamada de atención y actuar al respecto acelerando drásticamente el aumento de la inversión en salud mental, porque no hay salud sin salud mental”.

Según la Dévora Kestel, directora del Departamento de Salud Mental y Consumo de Sustancias de la OMS los nuevos datos del Atlas señalan que hay un camino muy largo por recorrer para conseguir que todo el mundo, en todas partes, tenga acceso a una atención de salud mental de calidad. “Sin embargo, me alienta el renovado vigor que vimos por parte de los gobiernos cuando se debatieron y acordaron las nuevas metas para 2030, y confío en que juntos podamos hacer lo necesario para que los pequeños saltos se conviertan en pasos de gigante en los próximos 10 años”.

FUENTE: CON información de agencias

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