En todo el mundo, particularmente después de la pandemia, la cantidad de personas con sobrepeso está aumentando. La noticia preocupante es que un nuevo factor puede incrementar, ligeramente, esta condición, que constituye un problema de salud pública.
Una investigación realizada en Alemania reveló que una especie de formateo del código ADN en un gen asociado a la saciedad es un factor de riesgo de exceso de peso corporal. Este se agrega al estilo de vida y a la predisposición genética, que tiene peso importante en la aparición de sobrepeso severo u obesidad.
El nuevo estudio de la Charité Universitätsmedizin Berti, publicada en la revista científica Science Translational Medicine, determinó que factores no genéticos influyen en la propensión a engordar de una persona, y que afecta principalmente a mujeres en 44%, si hay un número elevado de grupos metilo adheridos al gen POMC, que es el responsable de la sensación de saciedad.
Los grupos metilo son diminutas unidades químicas que el organismo utiliza para marcar las letras del código ADN, con el fin de activar o desactivar genes sin modificar la secuencia de aquellas del ADN, explica el estudio reseñado por Europa Press.
Para la investigación, los científicos tomaron una muestra de 1.100 personas y encontraron en las mujeres obesas más grupos metilo unidos a la saciedad, que en mujeres con peso corporal normal.
“No sabemos por qué el efecto de metilación solo aparece en las mujeres”, dijo Peter Kühnen, líder de la investigación. Explicó que “el porcentaje de riesgo es más o menos el mismo efecto que se ha observado también variantes genéticas individuales. En comparación, los efectos socioeconómicos tienen un efecto mucho mayor, entre dos y tres veces”.
Estados Unidos, seguido de México y Nueva Zelanda son tres de los países con mayor población con sobrepeso. En la Región Europea, concretamente, dos de cada tres adultos presentan exceso de peso o son obesos, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. Y es un problema sanitario cada vez más grave. Las personas con esta condición corren mayor riesgo de sufrir enfermedades crónicas, como la diabetes, las cardiovasculares y el cáncer.
Pero los resultados obtenidos son alentadores. Demuestran, para empezar, que un gen POMC que ha sufrido cambios epigenéticos puede tratarse con medicación. No obstante, serán necesarios más estudios controlados a gran escala para demostrar si el tratamiento con este fármaco también sería eficaz durante un periodo más largo, y, en caso afirmativo, hasta qué punto es eficaz y seguro este tipo de tratamiento, señaló el investigador.
FUENTE: Con información de EuropaPress