Saber si tu perro es zurdo o diestro puede parecer una simple curiosidad, pero conocerlo ayuda a entender mejor su comportamiento y su forma de relacionarse con el entorno. Igual que las personas, los perros también tienen una pata predominante, y según la Real Sociedad Canina de España (RSCE), esa preferencia está directamente vinculada con su carácter, su capacidad de aprendizaje y la manera en que gestionan las emociones.
En redes sociales, este tema ha despertado un gran interés gracias a vídeos en los que educadores y tiendas especializadas muestran sencillos métodos para averiguar la pata dominante de cada animal. Más allá de la anécdota, lo cierto es que tres de cada cuatro perros presentan una clara preferencia, un fenómeno conocido como lateralización motora canina que la RSCE ha analizado en distintas investigaciones y campañas divulgativas.
Esta lateralidad responde a una base neurológica concreta. Cada hemisferio del cerebro controla el lado opuesto del cuerpo y está especializado en diferentes funciones. El hemisferio izquierdo -que gobierna la pata derecha- se asocia con la calma, las rutinas y la capacidad lógica, mientras que el derecho -relacionado con la pata izquierda- está más vinculado a la intuición, la sensibilidad y la reacción ante estímulos nuevos o situaciones de estrés.
Zurdos sensibles, diestros resolutivos
Según la Real Sociedad Canina, los perros zurdos, cuyo hemisferio derecho es dominante, tienden a ser más emocionales y sensibles ante los cambios en su entorno. Suelen mostrar una respuesta más intensa ante ruidos fuertes, tormentas o fuegos artificiales, pero también destacan por su empatía y conexión emocional con sus dueños. En cambio, los perros diestros se caracterizan por ser más seguros y resolutivos, especialmente en entornos conocidos, y por mantener mejor la concentración en tareas repetitivas.
No es casual que muchos de los perros seleccionados para trabajos de asistencia, terapia o guía sean diestros. Su equilibrio emocional y su autocontrol les permiten desenvolverse con eficacia en contextos que exigen estabilidad y concentración prolongada. Por el contrario, los zurdos, con su perfil más emocional, pueden destacar en actividades que requieren intuición o respuesta rápida.
Pruebas para descubrirlo
La RSCE propone varios métodos sencillos para averiguar cuál es la pata dominante de un perro. Uno de los más fiables consiste en ofrecerle un juguete interactivo, como un Kong relleno de comida, y observar con qué pata lo sujeta o estabiliza mientras intenta alcanzar el contenido. Otra forma es prestar atención a qué pata delantera mueve primero al levantarse tras estar tumbado o al subir un escalón. También puede dejarse una golosina bajo un mueble y anotar con cuál intenta alcanzarla.
Para que el resultado sea concluyente, la organización recomienda repetir cada prueba al menos 50 veces y considerar dominante la pata empleada en dos de cada tres ocasiones. Los resultados suelen mantenerse estables a lo largo del tiempo, lo que demuestra que no se trata de una simple preferencia momentánea, sino de un rasgo neurológico permanente.
Más allá
José Miguel Doval, presidente de la Real Sociedad Canina de España, subraya que "conocer si tu perro es diestro o zurdo no es para etiquetarlo, sino para entender mejor cómo se relaciona con el mundo". A su juicio, identificar esta característica permite adaptar mejor las rutinas de adiestramiento, los juegos y las actividades de cada animal, reforzando así su bienestar y su vínculo con el dueño. "Un zurdo puede necesitar más refuerzo positivo, mientras que un diestro disfruta más de ejercicios como el agility o la obediencia", señala.
Comprender estos matices, concluye la RSCE, no solo ayuda a potenciar sus talentos naturales, sino que mejora la convivencia diaria. Saber de qué "pata cojea" cada perro -en sentido literal- es una forma de conocerlo mejor, respetar su forma de percibir el entorno y fortalecer la relación entre ambos.
FUENTE: Con información de EUROPA PRESS