MIAMI.- El actor guatemalteco Arturo Castro vuelve a la pantalla chica a través de Prime Video, plataforma de streaming que estrenó Road House, un remake del filme homónimo de 1989.
En el filme "Road House", Arturo Castro interpreta a Moe, integrante de una banda que, bajo su apariencia ruda, mantiene una personalidad inocente y divertida
MIAMI.- El actor guatemalteco Arturo Castro vuelve a la pantalla chica a través de Prime Video, plataforma de streaming que estrenó Road House, un remake del filme homónimo de 1989.
La película, dirigida por Doug Liman, y protagonizada por Jake Gyllenhaal, narra la historia de Dalton, un exluchador de la UFC que en medio de su propósito de llevar su vida lejos de la violencia, termina trabajando como guardián de bar en los Cayos de Florida en donde debe evitar que un grupo criminal destruya el lugar.
En la producción, Castro interpreta a Moe, uno de los integrantes de la banda que lidera el millonario Brandt. Sin embargo, bajo la apariencia ruda que el exponente latino deja apreciar, la crítica cataloga su personaje como una figura inocente y divertida, pues en medio de la tensión de escenas violentas sus diálogos están presentes para dar un toque de humor.
Pero, para Castro, la oportunidad de ser parte de esta producción es una señal más de que luchar por lo que se quiere siempre da resultados. “Siempre sentí que si le podía pasar a alguien, ¿por qué no me podía pasar a mí?”, comentó en entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS.
El intérprete de 38 años, que se abrió paso en la industria de Hollywood con su participación en la serie Broad City, aseguró que verse rodeado de un elenco y equipo técnico como el que integró Road House fue inspirador.
“Siempre tuve la idea de que iba a trabajar con gente que admiraba, pero cuando lo ves hacerse realidad te quedas pasmado. Todos nos llevamos súper bien. Connor McGregor es muy amable, muy gentil y muy humilde. Jake tiene un rol de liderazgo y una ética de trabajo muy precisa y profesional. Y Doug Liman es un amor de gente y un genio… verlo trabajar fue muy inspirador”, aseveró.
En ese sentido, Castro destacó que el esfuerzo que cada uno imprimió en sus roles fue excepcional.
“No te quiero decir que es fácil hacer esto. No estaría siendo justo con el esfuerzo que requiere hacer una película porque es muchísimo. Lo que sí puedo decir es que el proceso fue muy lindo. No fue algo que te desgarraba el alma, simplemente era algo de: ‘me la estoy pasando bien trabajando duro’. Cuando te las estas pasando bien sientes que el trabajo se aliviana”.
Asimismo, señaló que no consideró que esta producción lo instara a enfrentar algún reto personal o profesional. “No lo vi como un reto personal, pues el sentimiento de agradecimiento era mucho mayor de cualquier dificultad que podía presentar”.
“No hay nada más que llevarse que ellos, esa experiencia humana de ver a estos profesionales trabajar. Es una inspiración, y no lo digo de esta manera por ser una entrevista; es que ver cómo el cerebro de Doug Liman funciona para shots y ver a otros profesionales cómo son responsables con sus movimientos, eso es lo que me llevo. Ver trabajar a gente que admiro me hace un mejor profesional”.
Si algo marcó a Arturo Castro en esta oportunidad fue el poder tener como oficina los paisajes de República Dominicana.
“Nunca había grabado antes en la República Dominicana y eso estuvo alegrísimo. Los dominicanos tienen un sabor tan lindo, y la comida es tan sabrosa, y las playas son tan bellas. Era difícil de creer que esa era mi oficina”.
“Ver esos atardeceres y estar en un barco hermoso. Terminaba de grabar, que es lo que más me gusta hacer, y teníamos tres horas de regreso de viaje y estaba en una hamaca en un barco”, recordó.
Como referente latino en la industria hollywoodense, Arturo Castro recordó a todos los que sueñan con calar alto que es importante no desistir. “No existe un plan B. Si tienes un plan B, anda a hacer eso, bebé, porque cuando las cosas se ponen difíciles, el plan B se pone mucho más atractivo”.
“Simplemente si decidiste hacer esto, hay que cortar la red de seguridad, tirarte al abismo y creer en que se te va a dar. Igual, si al final decides no hacerlo, ¿no preferirías pensar y tener la satisfacción propia de que te tiraste con todo?. Esa sería mi recomendación, no hay plan B y hay que soñar en grande porque a veces los sueños se cumplen”, expresó.
Por último, Castro ansía que el filme pueda posicionarse como uno de lo más vistos de la plataforma.
“Quiero que sea más grande que Titanic. Quiero que las personas la vean cientos de veces y que lloren cada vez que mi personaje sale de una escena”.