En 2022 Brad Pitt acusó a Angelina Jolie de actuar con intención de perjudicarlo al concretar la venta a una empresa a la que él se oponía rotundamente
El actor estadounidense Brad Pitt / AFP
AFP/Valerie MaconMIAMI.- La batalla legal entre Brad Pitt y Angelina Jolie por la propiedad de la bodega francesa Château Miraval continúa escalando. El actor presentó recientemente una moción ante la Corte Superior de Los Ángeles exigiendo el acceso a mensajes privados intercambiados entre su exesposa y un ejecutivo del grupo Stoli, empresa que adquirió la participación de Jolie en el viñedo.
Pitt solicita que el directivo Alexey Oliynik, de Stoli Group, sea obligado a proporcionar comunicaciones relacionadas con la transacción, alegando que estos documentos podrían ser fundamentales para demostrar que Jolie vendió su parte con malicia y sin su consentimiento, violando un supuesto acuerdo previo entre ambos.
La disputa se originó en 2021, cuando Jolie vendió su participación en Château Miraval a Tenute del Mondo, una filial de Stoli. Pitt afirma que ambos habían pactado no ceder sus acciones sin la aprobación del otro. En su demanda original, presentada en 2022, el actor acusó a Jolie de actuar con intención de perjudicarlo al concretar la venta a una empresa a la que él se oponía rotundamente.
Por su parte, los abogados de Jolie aseguran que no existía un acuerdo vinculante que le impidiera vender su parte y sostienen que la negociación con Stoli se dio después de que Pitt supuestamente intentara forzarla a firmar un acuerdo de confidencialidad abusivo como condición para la venta.
En la más reciente acción judicial, Pitt también solicitó que Oliynik comparezca bajo juramento. Sin embargo, el ejecutivo ha rehusado colaborar, alegando que reside en Suiza y no está sujeto a la jurisdicción del tribunal californiano.
La corte deberá determinar si los mensajes solicitados son relevantes y admisibles como evidencia. De ser aceptada la moción, podrían revelarse detalles inéditos sobre la venta y las motivaciones detrás de las acciones de ambas partes.
La propiedad de Château Miraval, donde la pareja contrajo matrimonio en 2014, ha sido motivo de conflicto desde su separación. El viñedo no solo representa un activo de gran valor económico, sino también un símbolo del legado empresarial que compartieron durante su relación.
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