MIAMI.- Según estudios, hasta un 88% puede sentir estrés en la época navideña y la llegada de un año nuevo, por diferentes razones, desde económicas, hasta familiares. No ayuda que en nuestro hemisferio la navidad coincida con la época más oscura del año, tampoco que las redes sociales nos inunden con imágenes de familias y decoraciones aparentemente perfectas.
La peor enemiga del presente es la nostalgia, cuando se piensa que todo tiempo pasado fue mejor. Lo importante es saber que existen ciclos, y que la vida es cambio, pero siempre se puede hacer un esfuerzo para sentirse mejor, y entender que vivir en el pasado sólo puede empañar tu presente.
Algunos consejos para evitar la soledad
Enfrentando la soledad: El problema no es la soledad, sino elegir estar aislados. Estar sólo, no es un problema, pero los arrepentimientos del pasado, junto al miedo de conectar con otros, y la falta de perdón pueden causar desolación cuando se elige la soledad para evitar el dolor.
En ocasiones el problema no es la época navideña, sino que quizás durante el año, no dimos prioridad a relaciones personales auténticas. Es lo que llama el escritor David Brooks, carecer de amistades de fin de semana. Existen personas que tienen muchos amigos en la semana, la mayoría son allegados que tienen que ver con el negocio o el trabajo, o con clientes y prospectos. Pero, lamentablemente, al terminar el proyecto o el beneficio, la amistad no trasciende. La soledad no es negativa, pero la desolación, que es estar aislado, incluso cuando tienes compañía, no es un estado natural, nacimos para vivir en comunión con los demás. En diferentes etapas de vida, he sido, tanto anfitriona de personas que han estado solas en la navidad como invitada, más en otras ocasiones, he pasado celebraciones, sola.
Protegiendo tu mente: Los medios sociales pueden ser una tortura cuando comparamos nuestra vida cotidiana con las fotos de la presunta felicidad de los demás. Recuerda, a veces no podemos ver el cuadro completo detrás de los viajes, las cenas y las fiestas de los demás. Existen otros que también están experimentando pérdidas en la familia, mudanza, pérdidas económicas, divorcios o que están pasando un reto de enfermedad. Agradecer lo pequeño.
Qué hacer
Cambia tus pensamientos: Cada vez que tengas un pensamiento triste, de culpabilidad o de angustia, coloca tu atención en Dios y repite: Esto también pasará, pues lo bueno y lo malo es solo transitorio y tu época triste de este año o del día, es el preludio de una felicidad mayor en el futuro. Lee algo inspirador o algunas devociones. Levántate con alguna escritura de inspiración y acuéstate con las mismas lecciones.
Al mismo tiempo evita ver una y otra vez esas malas noticias o conspiraciones del internet. La mente no sabe la diferencia entre lo que ves en las noticias y la realidad, y crea químicos de estrés, activando el sistema de supervivencia, llamado reacción de lucha o huida.
Busca la luz: En lo posible, sal de tu casa, toma un poco de sol y haz ejercicio, aunque sea en el patio de tu casa—el movimiento es el peor enemigo de la tristeza, el oxígeno va a tu cerebro y te da energía. Si estás en el norte, el sol siempre contrarresta este tiempo de poca luz, mucho frío y humedad. No importa dónde te encuentres, la luz solar es un antidepresivo natural. Cuidar de las plantas en el exterior, si no tienes bajas temperaturas, es una excelente terapia de sol.
Ayuda a otros: Comparte lo mejor de ti, eres especial, alguien te necesita. Busca un propósito, a veces la tristeza persistente apunta a no tener una razón de vida y todos somos necesarios en la gran sinfonía de Dios. Visita a familiares o personas mayores que estén solas, lleva un regalo, o un detalle.
Desarrolla tu espiritualidad: Independientemente de tu creencia, las tradiciones nos recuerdan que no estamos solos. Celebra de acuerdo con tu religión y rito. Utiliza el aroma a pino que recuerda la eternidad, la canela, los cánticos y las velas, para recordar la luz. Los ritos de hoy serán hermosos recuerdos del mañana. Como parte de tu espiritualidad, recomiendo el perdón, sea para ti mismo o para los demás, lo haces llevando la situación a Dios. Perdonar no es regresar a relaciones tóxicas, es dejar ir el dolor. A veces perdonar es tan simple como enviar una tarjeta de navidad como gesto de que has perdonado, aunque no siempre es necesario o seguro, el contacto.
Tómate un tiempo de silencio: Sustituye el pensamiento negativo por una oración a Dios para que te dé la certeza de un futuro mejor, disciplínate, ¡tú puedes! Respira y sigue tu respiración, cuenta hasta diez. No necesitas aprender grandes meditaciones y técnicas, al comienzo coloca una alarma de 2-3 minutos y quédate en silencio.
Evita los hábitos negativos: En esta época, haz un esfuerzo por no regresar a relaciones abusivas que ya elegiste dejar atrás. Evita comer o tomar demasiado, o ingerir azúcar de más. A veces nos endeudamos comprando ropas o regalos con el fin de obtener aprobación, en fin, evita todo lo que te distraiga de sentir tus emociones. Para superar una emoción es necesario sentirla saludablemente. Celebrar ahogados en alcohol es la mejor manera de no estar presentes. Todo en moderación, pero existen condiciones, como las adicciones, que evitan ese balance. Busca ayuda si es necesario.
Los sentimientos no siempre pueden controlarse, pero siempre puedes elegir nuevos pensamientos y acciones para sentirte mejor. Arriésgate, invita o acepta una invitación. Recuerda, agradece lo que están presentes, y bendice a los que ya no están, porque estos son "los buenos tiempos del mañana".
¡Felices fiestas!