“Es hermoso. Siempre hablo de esto, que es el recibimiento que la película tuvo, que al final es lo importante de hacer películas, de hacer cine. Y en particular, con esta película, fue masivo como la gente la recibió. Entonces, como la gente es quien decide este premio, es muy lindo, un regalo que, de alguna manera, cierra este ciclo de tres años en mi vida”, expresó Enzo Vogrincic, durante una entrevista que concedió a DIARIO LAS AMÉRICAS en el hotel Xcaret Arte, en la Riviera Maya.
Basado en hechos reales, el filme del director español Juan Antonio Bayona hizo historia la noche del 20 abril en la Riviera Maya al conquistar seis de los sietes galardones a los que aspiraba, entre ellos a la mejor dirección y a la mejor película iberoamericana de ficción.
Bajo las órdenes de Bayona, Vogrincic encarna a Numa Turcatti, un estudiante de abogacía quien fuera uno de los pasajeros en el vuelo 571 de la fuerza área uruguaya, que en 1972 se estrellara contra un glaciar en la cordillera de los Andes.
De los 45 a bordo del avión, cinco eran tripulantes y 19 jugadores del equipo de rugby del Old Christian Club de Montevideo, que viajaban a Santiago de Chile para competir en un partido. De los 29 que sobrevivieron el accidente aéreo, solo 16 lograron sobrevivir 72 días hasta que fueron rescatados, luego de que dos de ellos escalaran más de 15 mil pies y caminaran unas 38 millas durante 10 días para pedir ayuda.
“Es la unión, esto que decía ahora Jota [J.A. Bayona], que es muy clara esta sensación de entender que somos seres que estamos solos. Lo que tenemos es esto de estar acá. Y tenemos al otro y ser consciente del otro, y entender que el otro es la base de todas las cosas”, dijo el actor de 31 años sobre el mensaje que transmite el filme inspirado en el libro homónimo de Pablo Vierci.
La sociedad de la nieve, que estuvo nominada como mejor película internacional en la edición 2024 de los Premios Óscar, narra la desgarradora historia con imágenes impactantes que instan a la reflexión sobre la resiliencia, el valor, la esperanza y la compasión del ser humano ante la adversidad. En medio de la nieve y sin alimentos, recurrieron a alimentarse de los cadáveres de las víctimas para sobrevivir.
La película, que ha logrado gran aceptación del público y la crítica, también optó al Óscar por mejor maquillaje y peinado.
El rodaje
Para que su personaje transmitiera verdad, Vogrincic tuvo que perder unos 23 kilos (50 libras) a lo largo del rodaje, que transcurrió en las montañas durante cuatro meses en los que los actores, uruguayos y argentinos en su mayoría noveles, pasaron frío y hambre, asistidos por un nutricionista, con la intención de que las escenas en la ficción se acercaran a lo que vivieron los protagonistas en la vida real.
Sobre cuál fue el reto más difícil para sacar su personaje adelante, el actor comentó:
“El proceso fue tan largo. Estuvimos cuatro meses en la montaña filmando, del día del accidente hasta el rescate. Y en ese periodo fue la bajada de peso, por ejemplo; en ese período son las escenas más complejas, porque a lo largo de la película las personas se van desgastando. Y yo creo que lo más duro fue sostener el rodaje, que todos días, de lunes a sábados por 12 horas y a veces hasta más. Y así, hasta el final cada vez con un poco menos de fuerza, cada vez con más ganas de volver a casa. Aguantar fue el desafío”, contó.
“Todo colaboraba, hasta estar con fiebre y rodar. También ayudaba el hecho de que fue en pandemia. Y nosotros teníamos esa sensación de encierro, eso ayudaba a contar una historia de encierro. Entonces, al final, todo coopera con esta honesta historia, en particular todo lo que fuera sufrimiento aportaba para contarla”, añadió.
No cabe dudas que rodar esta película fue transformador para Enzo Vogrincic, más allá del cambio físico que le impuso la trama.
“Creo que hubo un antes y un después en todos los aspectos de mi vida, porque estar tanto tiempo fuera de casa en un viaje y más aún con esta historia transforma mucho. Cuando uno viaja, está muy abierto, muy despierto, lo vive todo de otra manera, mucho más presente en el momento. Y eso te cambia, te hace crecer”, expuso.
Asimismo, comentó sobre el cine uruguayo que catalogó como limitado, pero en expansión.
“Es un cine que tiene una fuerte personalidad. Es un cine muy de autoría. Es un cine también limitado. Y cuando hay ciertos límites, de alguna manera, se queda por fuera de lo que sería la industria. Entonces, eso debe permitir, creo yo, desarrollar un cine más de autor, más local, que no sale de todo Uruguay. Por lo tanto, es para Uruguay y con todo lo que eso implica. Pero que, poco a poco, igual ahora ya empieza a desarrollarse más. Cada vez hay más gente con ganas de hacer cine, que se anima a hacer una película. Y ese movimiento está siendo clave para que ese lenguaje cinematográfico uruguayo se siga desarrollando”, evaluó.
En cuanto a si tiene planes de dirigir, afirmó que no deshecha la idea, pero se inclina hacia la dirección de teatro.
“A mí me gusta todo lo que sea crear. La verdad que es algo que lo he pensado mucho. He hecho algunos experimentos dirigiendo teatro, así que no lo descarto para nada”.
Vogrincic aún no sabe cuál será su próximo proyecto porque es selectivo a la hora de escoger.
“Estoy en un memento particular. Yo ahora estoy leyendo guiones, propuesta, ahí voy viendo. También voy descubriendo una cosa que es clave: me ha dado cuenta de que, si cuando leo algo, no siento que tengo algo para aportar o no me toca en algún lugar, me cuesta mucho tomarme ese tiempo de mi vida para dedicarme a algo que no siento que es para mí. Entonces me es difícil a veces encontrar esos proyectos con los que me identifique. He tenido suerte porque me sucedió con las dos películas que hice y me cambió a nivel profundo. Eso es lo que preferiría si se puede. Y mientras no estoy filmando, aprovecho para desarrollar otras cosas que hago. También se descansa un poco”, dijo.
“En estos momentos no lo tengo claro [el próximo personaje]. Esa pregunta me la hago siempre y nunca me doy cuenta de cuál sería el próximo. Me gustaría que tuviera matices, me gustarían otras oportunidades, lugares, porque actuar te permite explorarte en lugares nuevos y tener la oportunidad de estar en un entorno seguro para explorarme en zonas más oscuras o diferentes a las mías habituales. Eso me divierte, me entusiasma”.