MIAMI.- Como es tradición, la familia real británica se congregó en Sandringham, ubicada en Norfolk, para celebrar las fiestas. Luego de la tradicional cena de nochebuena, los Windsor asistieron a la misa de Navidad en el templo de Santa María Magdalena, una costumbre que se realiza por décadas.
El rey Carlos III y la reina Camila encabezaron sonrientes el singular paseo hasta la iglesia, seguidos por los príncipes de Gales, William y Kate Middleton, con sus tres hijos, el príncipe George, la princesa Charlotte, y el príncipe Louis.
Es el segundo año en el monarca preside este evento, desde que ascendió a la corona tras la muerte de su madre, la reina Isabel II en septiembre de 2002.
Alrededor, la multitud los esperó y celebró que pese a las dificultades que la monarquía enfrentó este año, específicamente los diagnósticos de cáncer del rey y la princesa Kate, la tradición se mantuviera y pudieran permanecer unidos durante esta época.
Asistentes
Otros miembros de la familia también estuvieron presentes como la princesa Ana y su esposo, el vicealmirante Sir Timothy Laurence. Su hija Zara y su esposo Mike Tindall asistieron junto con sus hijas Lena, de 6 años y Mia Tindall, de diez años.
Igualmente, Peter Phillips, hijo de la princesa Ana y Sir Timothy, estuvo presente con sus hijas Isla, de 12 años, y Savannah, de 13.
Por su parte, la princesa Beatriz de York, quien presuntamente estaría este año con su familia política, finalmente sí estuvo presente en la misa de Sandringham junto a su esposo, Edoardo Mapelli Mozzi y su hijo Christopher Wolf, fruto del primer matrimonio del empresario; sin embargo, la pequeña Sienna Elizabeth Mapelli Mozzi, primogénita de la princesa, no fue llevada a la cita.
Los duques de Edimburgo, el príncipe Eduardo y su esposa Sophie también se unieron a la celebración, acompañados de su hija mayor Lady Louise Windsor, de 21 años, y James, conde de Wessex, de 16 años.
Samuel y Arthur Chatto, nietos de la princesa Margarita e hijos de Lady Sarah Chatto y Daniel Chatto, también asistieron.