MIAMI.- Si se observa la cartelera teatral de Miami se notará que el género que predomina es la comedia. Al público le gusta lo divertido, lo ligero y refrescante. Sin embargo, como reza la manida expresión: es más fácil hacer llorar que reír; tal vez porque el humor no refleja necesariamente el diario vivir, más bien ese atributo se le debe a lo aciago. Lo cotidiano es complicado, por eso el humor ocupa un lugar especial en muchos, que ven en él un refugio.
En eso pensaba mientras veía en la sala Havanafama la comedia Viejas, vírgenes y putas, obra del desaparecido dramaturgo y actor Roberto Antínoo, bajo la dirección de Juan Roca. Reflexionaba en lo difícil que es concebir una comedia y lo complicado que resulta llevarla a escena exitosamente, sin caer en los desniveles a los que conduce casi inevitablemente el género. Son muy pocas las comedias perfectas. La de Havanafama no es una gran comedia, pero sí tiene la carga del buen gusto, la elegancia escénica y la gracia que pide una pieza de esta categoría, manteniéndose lejos de lo chabacano, vulgar y las malas palabras. Salvo la palabra putas en el título, no hay expresiones prosaicas.
La anécdota es simple. Un grupo de mujeres mayores le van a celebrar los 90 años a una de sus amigas. Durante los preparativos se habla de un violador que merodea el vecindario y ocurre un hecho inesperado, que entorpece la fiesta. Es en el segundo acto, el más logrado y dinámico, donde las situaciones se esclarecen.
Roca conduce la obra por los caminos de la sorpresa. Las escenas van creando y luego recreando la atmósfera de lo que se va exponiendo y el público responde con risotadas y aplausos.
Si la comedia es difícil, el elenco es imprescindible para que texto y actuación logren el timing (momento) preciso. Se requiere de una sincronización y en este caso se logra, en particular,
por la participación del experimentado actor Jorge Ovies luciéndose una vez más en los personajes femeninos que tan bien ha logrado integrar a su trabajo escénico. Hay una delicadeza en el movimiento, en impostar la voz y la gestualidad, que lo sitúa como el perfecto guía para un espectáculo humorístico.
Sorprende la labor de la actriz venezolana Adelaida Rivero, como Modesta, que transmite tanta naturalidad en su personaje que el público conecta con ella de inmediato. Los otros personajes, la actriz peruana Ivette Kellems, que estamos tan acostumbrados a ver en trabajos fuertes, como La Chunga, en la obra de Mario Vargas Llosa, sale bien airosa en la comedia como Matilde. La joven mexicana Karina Domínguez, regresa triunfal a los escenarios después de una larga ausencia. Ella hace de la más joven de las “viejas”, comportándose más sensual, fogosa e impaciente. Le queda bien su trabajo.
El personaje de Yoya lo interpreta la actriz y cantante lírica cubana Alicita Lora, que ha andado mucho los escenarios enfocados en el humor. Su personaje lleva un peso importante en la segunda parte del programa. Domina la escena, coloca el chiste de manera precisa y además, para resaltar sus grandes dotes, canta. Hay en su proyección una fuerza que arrastra la escena y divierte al público con su desempeño.
Una comedia urbana, simpática, donde las voces se integran con sus propios acentos nativos, lo que hacen de la obra aun más miamense.
Viejas, vírgenes y putas se presenta los viernes y sábados, a las 8:30 pm, en Havanafama, 4227 SW 75 Avenida, en Miami. Reservaciones en el 786) 262-4014.