NUEVA YORK.- Se dice que pese a sus 8 millones de habitantes, la frenética actividad de Nueva York puede convertirla en una de las ciudades más solitarias del mundo, un aislamiento que el escultor español Jaume Plensa ha querido expresar con una nueva pieza que se expone en el corazón de Manhattan.
"Behind The Walls" (Detrás de los Muros), situada delante del icónico Centro Rockefeller, es una de sus características esculturas del catalán que se han visto alrededor del mundo: cabezas femeninas de gran tamaño en un blanco puro, y que en este caso tiene los ojos cubiertos por dos manos.
"Siempre estamos hablando de estos muros que desgraciadamente se construyen entre países, culturas y religiones, y no nos damos cuenta que muchas veces somos nosotros mismos los que usamos las manos como muros que nos separan de los demás", explica Plensa a Efe en una entrevista.
Una acción que, afirma, practica el ser humano para "mantener nuestro confort, nuestra comunidad, o simplemente no ver".
En sus obras, Plensa siempre ha querido centrarse en el ser humano, en las relaciones con uno mismo y con lo que nos rodea, y ha escogido para ello las facciones femeninas, "que son las que nos unen al futuro".
"Creo que el hombre como tal es un accidente simpático", explica el artista sobre su clara preferencia por las mujeres y niñas para sus esculturas.
"Behind the Walls", con la que quiere que los viandantes de la Quinta Avenida de Nueva York se planteen la existencia de estas barreras autoimpuestas frente a otras personas, forma parte de la feria de Arte Frieze, que se celebra este semana en la ciudad de los rascacielos.
La pieza, de más de siete metros de altura y hecha en fibra de vidrio y resina de poliéster con polvo de mármol, se ha fabricado en 8 meses, pero en realidad, dice el artista, ha tardado en producirse toda una vida, o sus 63 años.
"Sinceramente, hace 20 años no habría sido capaz de hacer esta pieza porque tenía otros intereses, y la acumulación de todas las experiencias son las que te permiten que algún día pueda salir esto", opina Plensa, que revela que le hace "muy feliz" ver cómo el público interactúa con la escultura.
"Fui a ver la obra delante del Rockefeller y veía a los paseantes que se paraban delante y se hacían fotos tratando de imitar (la escultura) y me parecía maravilloso, porque era una relación tan directa con el espectador", señala.
Otro de los aspectos que Plensa dice disfrutar de la disciplina escogida es el "carácter coral de la escultura" y el trabajo en equipo necesario para producir piezas del colosal tamaño al que tiene acostumbrado al público.
En total, trece personas trabajan en el taller barcelonés de Plensa, y coordina además con talleres independientes con los que colabora desde hace años: fundidores o profesionales que trabajan la piedra, la madera o la resina.
"Con la escultura generas un movimiento pero necesitas una orquesta que te acompañe en esta melodía, y me encanta el trabajo en equipo", apunta.
"Behind The Walls" no es la primera ni la última escultura de Plensa en Nueva York, donde ya ha expuesto varias de sus piezas en los últimos años y desde donde el próximo año se podrá ver otra de su famosas cabezas femeninas que se situará en el vecino estado de Nueva Jersey, al otro lado del río Hudson.
Los estadounidenses son algunos de sus seguidores más fieles y donde mejor acogida ha encontrado, aunque numerosas piezas pueden verse también en Japón, Singapur, Reino Unido o España.
Se niega, sin embargo, a decantarse por una obra en concreto, y apunta que todas ellas "van creando un tejido".
"No veo que sean varias obras, sino una obra en fragmentos, como si fueras extendiendo una obra por muchos sitios", señala.
"Es como si fueras creando un puente que une todos estos lugares en uno. Esa idea que es maravillosa de que todos somos uno, de unificar comunidades. (...) El arte tiene una capacidad extraordinaria para saltar muros y unir a las personas", zanja.
FUENTE: EFE