jueves 26  de  septiembre 2024
DECLARACIONES

Mario Vargas Llosa: "Nadie luchó por la libertad de Cuba como Carlos Alberto Montaner"

Con una emotiva pluma, el Premio Nobel de Literatura se refiere a la trayectoria del periodista y politólogo cubano, que falleció el 29 de junio de este año

Por REDACCIÓN/Diario Las Américas

MIAMI— "Carlos Alberto Montaner, niño todavía, acusado por el Gobierno de Castro de 'terrorista', tuvo el más extraordinario despertar: una condena, injusta y sin fundamento, por supuesto, como suele ocurrir en las dictaduras". Así comienza el texto que el escritor Mario Vargas Llosa dedicó a Carlos Alberto Montaner, publicado en el diario El País.

Con una emotiva pluma, el Premio Nobel de Literatura se refiere a la trayectoria del periodista y politólogo cubano, que falleció el 29 de junio de este año, en su casa en España.

"Me contó que, una noche, por algún descuido, la cárcel estaba vacía de cuarteleros y las celdas, abiertas. Pudo salir sin que nadie lo molestara y de inmediato se alojó en la Embajada de un país amigo, Honduras. Un año después, estaba en Miami como exiliado", recordó. "Me contó que, una noche, por algún descuido, la cárcel estaba vacía de cuarteleros y las celdas, abiertas. Pudo salir sin que nadie lo molestara y de inmediato se alojó en la Embajada de un país amigo, Honduras. Un año después, estaba en Miami como exiliado", recordó.

El autor peruano resaltó que “nadie luchó por la libertad de Cuba como Carlos Alberto Montaner. En libros, en artículos, en foros, en instituciones públicas y privadas, fundando partidos y alianzas con otros grupos, mantuvo siempre la esperanza de que su país, liberándose de los Castro, fuera un ejemplo para América Latina y para el mundo”.

“Jamás lo veía tan enérgico, y lo conocí hace casi 50 años, como cuando algunas voces, entristecidas, le decían: no hay esperanzas para Cuba", zanjó Vargas Llosa. Y amplió: "Nada podía indignarlo más, y en sus artículos, defendía siempre una Cuba liberal, porque se había convertido a esa doctrina que le parecía más juiciosa que las otras, y más justa, porque estaba basada en esa libertad que tanto amaba”.

Al hablar de su labor para divulgar la realidad de Cuba, señaló que Montaner "creó una editorial para libros de texto en la que también difundió mucha literatura cubana, y, a comienzos de los 90, cuando parecía que se podía reproducir en la Isla el hundimiento del comunismo y la transición que estaba teniendo lugar en Rusia, un partido político".

Desde su juventud, Carlos Alberto Montaner experimentó de manera personal la opresión dictatorial en Cuba y la ausencia de libertades individuales. El pensador mantuvo de manera constante su firme compromiso con la promoción de la democracia.

A lo largo de su carrera docente, sus conferencias, numerosos libros y una multitud de artículos (de los cuales, según sus palabras, ha lamentado muy pocos), trabajó diligentemente para desentrañar las estructuras de poder dictatorial y las estrategias utilizadas para mantener el control sobre las sociedades. Lo hizo mediante discursos respaldados por extensas investigaciones y un agudo sentido político.

Montaner siempre abogó por un cambio democrático en Cuba, enfocándose en un enfoque no violento y una determinación incansable para rescatar la historia, que tiende a repetirse debido a la ignorancia. La respuesta del régimen cubano fue la difamación y la censura de su trabajo, una reacción típica de regímenes autoritarios.

Montaner fue galardonado con el premio "Una vida por la Libertad", otorgado por la iniciativa Caminos de la Libertad, en reconocimiento a su destacada trayectoria y su papel en la lucha por la democracia en un continente plagado de regímenes dictatoriales. También recibió el Premio a la Excelencia en el Periodismo de Facts About Cuban Exiles (FACE). La revista Poder lo destacó como "uno de los columnistas más influyentes en lengua española", y en 2012 la revista Foreign Policy lo incluyó en su lista de los 50 intelectuales más destacados de Iberoamérica.

Carlos Alberto Montaner escribió decenas de libros y se ganó el respeto del exilio por su integridad como intelectual. Fue presidente del Instituto Interamericano para la Democracia (IID), y también recibió el Premio Francisco de Miranda a la Defensa de la Libertad y Democracia de las Américas.

Murió en Madrid, a los 80 años de edad. Antes de irse, dejó una carta que conmovió a quienes lo conocieron, y que comenzó con estas palabras:

"Cuando usted lea este artículo yo estaré muerto. 'Vivir es un derecho, no una obligación', dijo Ramón Sampedro, un español que había quedado tetrapléjico tras un accidente en la playa. Su vida, su lucha por que se le permitiera acceder al suicidio asistido y su muerte fueron interpretadas en el cine por Javier Bardem en el filme 'Mar adentro'. 'Don Carlos, ¿regresa a vivir a España?', me preguntó un vecino extrañado de la avenida Brickell, donde vivía en Miami. “No. Me voy a morir a España”, le respondí amablemente, con una sonrisa, y seguí mi camino".

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