MIAMI.- Triste ha sido la noticia del fallecimiento de Rafael Baserva Soler, pianista, compositor, músico y arreglista de larga trayectoria en Cuba y el exilio. Conocido artísticamente como Baserva Soler, el músico había nacido el 4 de julio de 1931 en Santiago de Cuba. Tenía 94 años. Su deceso ocurrió el viernes 31 de octubre del 2025 en el hospital Jackson West, en el Doral, fundamentalmente a causas de su avanzada edad.
La señora Ada Tirado, esposa del cantante José Antonio Tirado, cercano colaborador de Baserva durante la etapa neoyorquina de ambos, ofreció detalles sobre la evolución de la salud de músico: “La noche del 18 nos llamó porque se sentía mal y fuimos a verlo. Lo vimos delicado y llamamos a emergencias. Como vivía solo, lo llevaron al hospital”. Luego, añade: “Mi esposo, mi hija Vanesa Rosario que es su ahijada y yo, estuvimos visitándolo cada día. La tarde antes de fallecer, lo vimos, conversamos con él, estaba lúcido, pero débil. A las 3:00 a.m. del 31 de octubre nos llamaron del hospital anunciando su fallecimiento”.
Baserva Soler comenzó su carrera tras graduarse de piano a los 13 años en el Conservatorio Provincial de Oriente. En Cuba ofreció conciertos y tocó con la Orquesta Filarmónica de La Habana, debutando en 1957 de la mano de dos grandes, Otto Sirgo y Osvaldo Farrés. Posteriormente tomó cursos de armonía, composición y dirección de orquesta en el Instituto Musical Julliard de Nueva York, y clases especializadas con el profesor Eduard Stewerman.
La carrera musical de Baserva Soler en Cuba fue ascendente, pero relativamente breve, pues el 1 de agosto de 1960 sale de la Isla estableciéndose en Nueva York, donde residió parte de su vida y se consolidó como músico. En la Gran Manzana fue acogido por el periodista Diego González “Tendedera”, que lo ayudó a encaminarse en el competitivo espectro artístico de la ciudad. Baserva recuerda en su libro Cuatro décadas de un pianista en el exilio (1999), que era una época en que: “había fiebre de piano bar por doquier”.
Además de su primer libro con sus memorias, en el 2014 publicó un segundo título, Mi vida, New York y mis recuerdos, volviendo a su pasado en la Gran Manzana, aunque esta segunda entrega se caracterizó más por la abundante iconografía.
En los años iniciales del exilio, los cubanos en Nueva York constituían una gran unidad en torno a distintos centros, uno de ellos El Liborio, donde se reunían. Baserva se relacionó y trabajó con grandes lumbreras cubanas, como Bobby Collazo, Miguelito Valdés “Mr. Babalú”, Ñico Membiela, Fernando Albuerne, Lilia Lazo y La Lupe. Con Celia Cruz trabajó en el Habana Madrid, un importante centro neoyorquino. Con su combo, acompañó a lo mejor de los músicos residentes en La Gran Manzana. El maestro Baserva acompañó a figuras líricas como Estelita Santaló y fue el director musical de muchos espectáculos.
El escritor José Abreu Felippe expresa: “Baserva fue un amigo entrañable. Disfrutaba oyéndolo tocar el piano, siempre sonriente o contando anécdotas de su vida en New York. Le decía que todo eso tenía que escribirlo, que era historia. Y ahí están Cuatro décadas de un pianista en el exilio y Mi vida, Nueva York y mis recuerdos, que recogen parte de su intensa labor creativa. Su muerte deja un vacío doloroso. Una gran pérdida para la cultura cubana”.
Una vez establecido en Miami, durante la década del 80, continuó en su labor musical. Fue uno de los Cuatro Pianos de Touzet, uno de los compositores y músicos cubanos más valorados, que cada año realizaba un concierto en el Miami Dade Country Auditorium. Los cuatro pianos eran el propio René Touzet, Baserva Soler y Olga Díaz, mientras que el cuarto músico era por lo general un invitado, en especial algún joven en formación.
“Tengo el mejor recuerdo de Baserva, un hombre con mucha paz, un gran hijo, gran amigo, eminente músico, profesional, puntual y muy cariñoso”, destaca la cantante y empresaria Tania Martí. “Todo un caballero y un cubano cien por cien. Voy a echar de menos sus tarjetas Navideñas por correo y sus llamadas por teléfono deseándome lo mejor en mis eventos. Siempre recordaré sus enseñanzas en Bravo bolero y En el último cuarto hay son”.
En Miami continuó como maestro musical y arreglista de importantes conciertos. Fue el director del Festival internacional Ernesto Lecuona que organizaba Pedro Román cada año en homenaje al compositor Ernesto Lecuona.
“Me ha entristecido mucho la noticia de la muerte de Baserva”, expresa el productor de espectáculos Ernesto de Otero. “Trabajamos juntos Pedro Román y yo a lo largo de los casi 40 años de ALBA (Academia de las Luminarias de las Bellas Artes). Baserva era el director musical de nuestros conciertos. Fue un gusto estar cerca de él porque tenía unos conocimientos casi ilimitados de la música cubana. Conocía a todos los compositores, los ritmos y las canciones. Una gran pérdida”.
La actriz y productora Lucy García, que junto a su difunto esposo Chamaco García, realizaron numerosos espectáculos con Baserva Soler, dice sentirse entristecida con la muerte de Baserva al que considera “un amigo entrañable, extraordinariamente profesional, que amaba su trabajo”, añadiendo: “un hombre con mucho carisma, quien contagiaba con su alegría y que tenía como su mayor encanto un gran sentido del humor”.
Baserva era un amante de la música, trabajó intensamente. Hasta el día anterior a ser internado en el hospital donde estuvo casi dos semanas hasta su fallecimiento, estuvo tocando en El Palace, un centro para personas mayores donde animaba los almuerzos. Como expresó Ada Tirado: “el piano era su vida”.
Sus restos serán cremados y no habrá servicios fúnebres, pero Ada y su familia planean hacer oportunamente una misa por su alma.
Que en paz descanse el maestro y amigo Baserva Soler.