domingo 8  de  junio 2025
TURISMO

Tumaco, el placer de la aventura en Colombia

En el Pacífico colombiano, zona pesquera y agrícola bendecida por la naturaleza, la gastronomía y la candidez de su gente

Diario las Américas | JESÚS HERNÁNDEZ
Por JESÚS HERNÁNDEZ

Colombia es un país de contrastes y el Pacífico colombiano tiene a Tumaco por motor impulsor del turismo de aventura, donde la adrenalina salta a flor de piel para recorrer sus costas, montes y plantaciones, y disfrutar la gastronomía autóctona y lo mucho que ofrece su cultura afrodescendiente.

Hay que caminar las calles de la humilde localidad para percibir el duro diario vivir y la candidez de su gente, que relegada por muchos resurge tras largos años de embate por el narcotráfico y la guerrilla.

Ir de la mano de Conociendo.co y Procolombia.co, que trabajan por el progreso de Tumaco, para darnos cuenta de que allí hay futuro. Visitar las playas de arena morena o negra, zarpar en pequeñas lanchas o canoas para conocer la vida en los manglares y pequeños caseríos que miran al océano Pacífico. Conocer cuánto esfuerzo hay detrás de cada pesca, un trozo de buen chocolate, el coco que añade sabor a las comidas, la producción de aceite de palma y los bosques tropicales que hablan de biodiversidad forestal.

Cacao

En la finca La Bendición el aire huele a destreza y sudor de trabajo, donde Julio Sevillano Rodríguez y un grupo de labradores cultivan cacao y otros productos de la tierra.

“El cacao necesita cuidado, amor, para obtener el fruto, sacar los granos, secarlos y venderlos para que hagan el chocolate puro y sano que tanto bien hace”, comentó Sevillano Rodríguez que tiene a la familia como la base de todo.

Caminando entre cacaoteros, sobre tierra firme y húmeda, saltan a la vista las mazorcas de cacao, unas verdes, otras amarillas o rojas o moradas, según la variedad o el grado de madurez.

“Debajo de la cáscara, que es relativamente gruesa, hay un número muy diverso de semillas rodeadas de una pulpa de color blanco y sabor azucarado”, detalló.

Cortada la mazorca en dos, se aprecia el mundo interior de cada fruto. Semillas rodeadas de la pulpa que guardan el preciado tesoro del cacao cuando son secadas al sol.

Blanca y azucarada pulpa que sirve para hacer una sabrosa bebida con leche de vaca y algo de condensada que estimula el paladar.

“Consumir chocolate, sobre todo cuando tiene más de 65% de cacao, ayuda a mejorar la salud, las emociones”, afirmó.

Embed

Bocagrande

Cerca de Tumaco, pero solo accesible por mar, está Bocagrande y sus amplias playas de arena morena rodeadas de vegetación y quietud, donde se ve venir un futuro acertado para inversores.

Sea para tomar el sol en la playa, disfrutar un refrescante baño en el mar o simplemente andar por senderos rodeados de manglares, el entorno natural invita a relajar y desconectar de la rutina para recargar energías.

En el restaurante María del Mar, que cuenta además con cabinas para pernoctar, el menú anuncia platos confeccionados por hábiles cocineras que siguen las recetas centenarias con cangrejos, almejas y pescados encocados, o simplemente fritos, que son acompañados de blanco arroz, ensalada y patacones que complementan los sabores.

El joven Leodán, que atiende asuntos administrativos en el restorán, disfruta la quietud de Bocagrande a diario. “Aquí vivo hace dos años”, proclamó con entusiasmo.

“El receso es lo más importante de la vida”, subrayó. “Aquí se vive tranquilo, lejos de los problemas de la ciudad, entre mar, arena y manglares”, afirmó mientras mordía una guayaba que arrancó de un guayabo.

Reserva natural

A dos horas en carretera de Tumaco, un grupo de familias descendientes de indígenas awá cultivan y cuidan sus tierras, al mismo tiempo que atienden la reserva natural Monteloro con más de 110 hectáreas de dominio donde la naturaleza luce su esplendor entre largos senderos rodeados de árboles, flora y fauna silvestre, con aves, arroyos, cascada y hasta un pequeño primate en peligro de extinción.

Aquí coexiste la armonía entre la naturaleza y el ser humano, lejos de la vorágine de la contaminación urbana.

“Hay dos senderos, uno largo y otro más corto”, comentó el guía Esteban García mientras nos saturábamos de aire limpio y renovador rodeados de clorofila.

Tomamos el largo sendero, suplementado por rudimentarios puentecillos hechos de caña brava, bajadas y subidas marcadas por piedras, para llegar a un inmenso árbol de caucho matapalo, que mide más de 100 pies de altura y permite hacer uso de sus raíces colgantes para recordar a Tarzán en la selva.

Una pequeña cabina recuerda que hay aves en el entorno. Desde allí, guardando silencio absoluto, se escucha el silbido y el canto de diversos pájaros y se observan volar loros, colibrís, pájaros sombrilla y perdiz de Nariño, entre otros.

“Creemos en la importancia de proteger y valorar la flora, la fauna y nuestra cultura ancestral”, afirmó el guía awá.

Manglar

Si admirable es la agotadora labor del campo, asombrosa es la dura faena de las mujeres concheras que hacen malabares cuando caminan sobre raíces de manglares y se meten en el barro en busca de la piangua, un molusco rico en nutrientes que forma parte de la cocina tradicional de la zona.

Para percibir y apreciar mejor la agotadora y mal pagada ocupación, que busca además proteger los manglares con el cultivo de nuevas plantas, nos ponemos altas botas para entrar en el barro y hacemos malabares para caminar sobre la enramada de raíces en busca del sabroso manjar, que es luego complementado por recetas del arte culnario local.

Una vez dentro del bosque de manglar, que se alimenta de agua salada, valoramos a plenitud la dura faena que también afronta el paso y la molestia de mosquitos.

Cocotero

Abordamos otra pequeña embarcación, bajo el sol resplandeciente del Pacífico, y nos dirigimos a una plantación de coco donde, además de beber y saborear su apetitosa agua y blanca masa, aprendemos lo mucho que desconocemos de la fruta tropical, desde la aparente simple siembra hasta la obtención del fruto.

Vale destacar que el coco es uno de los ingredientes insignias de la cocina tradicional en Tumaco, el Pacífico colombiano y prácticamente todo el país sudamericano como complemento en recetas con carnes del mar o la tierra, el arroz, bebidas y dulces. Suculento ingrediente que puede probar en múltiples platillos en el restorán Mr. Coco de Tumaco.

De vuelta a Tumaco por mar, un alto frente a un risco sirve para visitar la humilde comunidad Llanaje, donde unos 400 habitantes contribuyen a limpiar el medio ambiente con nuevas plantaciones, a cambio de subsidios de grandes empresas.

Caña de azúcar

Cerca de la frontera de Ecuador, a dos horas en carretera de Tumaco, hay caña de azúcar que es otro preciado producto de la tierra, proveedor de dulzor, bebidas alcohólicas y fuente de energías.

“Son tierras que, poco a poco, hemos recuperado tras erradicar más del 70% de la producción de hoja de coca en la zona”, comentó uno de los trabajadores de la plantación, a la vez que mostraba con orgullo un viejo trapiche de caña, que data de la era colonial y es echado a andar por burros.

Aquí se produce viche, un tipo de aguardiente que logran tras la fermentación y la destilación del zumo de caña de azúcar y busca la aprobación plena de la ley colombiana para ser comercializado en todo el país.

Pesca

El Pacífico colombiano es rico en productos del mar y la pesquería está impregnada en la vida, la cocina y la economía del tumaqueño.

Regresamos a puerto y abordamos una canoa para aprender a pescar de manera artesanal una diversa variedad de peces y mariscos, entre los que destacan picudas, pargos y camarones.

Primero nos apertrechamos de carnada en un islote efímero de arena morena, que sale a flote cuando la marea baja.

Lanzamos cuerdas, previamente armadas con anzuelos y carnadas, y esperamos pacientemente por la presa.

Una vez que la cuerda tira es señal de que algo está a punto de ser pescado y salta la emoción de misión cumplida con la opción de devolver el peje a la vida de la mar.

Desde mitad del mes de julio hasta octubre, las ballenas yubarta pueden ser vistas en la costa pacífica de Tumaco. Estos cetáceos recorren más de 8.000 kilómetros desde el Polo Sur y llegan a las cálidas aguas de Tumaco para aparearse, dar a luz y alimentar a sus ballenatos.

Es la vida y la aventura de una zona mayormente pesquera y agrícola, bendecida por la naturaleza y la gastronomía, donde la cultura afrodescendiente, la humildad y la candidez de su gente son la mejor tarjeta de presentación.

Cómo llegar

Previo cambio de avión en Bogotá, Medellín o Cali, arriba al aeropuerto de Tumaco, que está situado a cinco escasos minutos de la localidad.

No necesita visa si viaja con pasaporte estadounidense. En caso diferente, debe consultar el consulado colombiano.

Dónde pernoctar

Tumaco cuenta con varios hoteles, apartamentos y hoteles para todos los bolsillos.

Consulte el portal Conociendo.co para obtener información detallada sobre el destino turístico, excursiones temáticas y ofertas disponibles.

Ahorrar dinero

El dólar estadounidense es fuerte y viajar a Colombia es económico.

No obstante, siga estos consejos para facilitar el valor de su bolsillo. NO CAMBIE DINERO antes de viajar ni tampoco lo haga en el destino. La mayoría de los turistas tienden a cambiar dólares e ignoran que son tasados con una comisión que muchas veces es excesiva.

Mejor tenga el dinero en su cuenta bancaria y utilice la tarjeta ATM tan pronto llegue al aeropuerto. Así ahorrará la comisión del cambio y obtendrá la mejor tarifa internacional disponible ese día.

Consulte a su institución bancaria sobre un posible cargo por el servicio internacional.

También puede usar tarjetas de crédito en tiendas, restaurantes y hoteles.

¡Recibe las últimas noticias en tus propias manos!

Descarga LA APP

Deja tu comentario

Te puede interesar