Para los amantes de la playa, el folclor del Caribe colombiano y la buena mesa, hay un destino al que deben aventurarse si aún no lo conocen: Santa Marta.
Con 500 años de historia, en Santa Marta encuentra playas paradisíacas, bosques tropicales, riqueza cultural, buena gastronomía y calidez humana
Para los amantes de la playa, el folclor del Caribe colombiano y la buena mesa, hay un destino al que deben aventurarse si aún no lo conocen: Santa Marta.
Fundada por Rodrigo de Bastidas en 1925, la ciudad más antigua de Colombia celebra 500 años de historia. Anclada entre el mar Caribe y la Sierra Nevada, la ciudad que alberga el parque nacional El Tayrona, hogar de comunidades indígenas, está poblada por más de 500.000 habitantes.
Entre sus atractivos turísticos destacan playas paradisíacas y bosques tropicales donde realizar actividades al aire y practicar el senderismo. El centro de la ciudad cuenta con un ambiente vibrante y festivo, donde se puede pasear tranquilamente, sentarse a tomar helado, un café o una rica limonada de coco, típica de esa región del país.
En las calles del centro también se puede palpar la alegría y el orgullo del samario por vivir en un lugar tan acogedor y con una energía que contagia. Uno de los sitios gastronómicos y turísticos es el Parque de los Novios o Parque Santander, ubicado en el casco histórico, rodeado de edificios de valor cultural. Un espacio público donde las parejas pueden escuchar música en vivo, conversar o tomar un trago.
Conocida como la Perla de América, por estos días la ciudad recibe más viajeros, que se acercan a conocerla y disfrutar de sus bondades, con motivo de la celebración del 500 aniversario de su fundación. Y los hoteles en esa zona playera, sin dudas, han visto un aumento en el número de huéspedes.
“La conmemoración de los 500 años ha tenido un impacto positivo y muy significativo. La ciudad se ha convertido en epicentro de actividades culturales, históricas y turísticas, lo que ha aumentado notablemente el interés de visitantes nacionales e internacionales. Esto se ha reflejado en un crecimiento en las reservas y en una mayor ocupación durante las fechas clave de las celebraciones”, dijo a DIARIO LAS AMÉRICAS Tomás Ford, gerente general de Santa Marta Marriott Resort Playa Dormida.
Ford recomienda viajar durante la temporada baja para obtener mejores ofertas y encontrar menos bullicio.
“Entre los meses de febrero a junio y de septiembre a mediados de noviembre, es ideal para quienes buscan tarifas más atractivas y mayor disponibilidad. La temporada alta, en cambio, concentra vacaciones escolares, festivos y fin de año, lo que incrementa la ocupación. En promedio, el hotel recibe alrededor de 60.000 a 70.000 huéspedes al año, aunque esta cifra puede variar dependiendo de la temporada y de eventos especiales como la celebración de los 500 años”, indicó el gerente.
Este hotel de la cadena Marriott International, que ostenta una moderna arquitectura, está ubicado frente a Playa Dormida y a pocos minutos del aeropuerto y el centro.
“Ofrecemos una combinación única de comodidad y conexión con la naturaleza. Estamos frente a una de las playas más bonitas de la ciudad, que se caracteriza por su oleaje suave, ideal para relajarse; sin dejar de estar cerca de los principales atractivos turísticos. La propuesta se centra en un servicio cálido y personalizado, una gastronomía de alto nivel con sabores locales e internacionales, y espacios diseñados tanto para el descanso como para experiencias memorables”, detalló sobre el concepto del hotel.
“Recibimos una mezcla muy interesante de huéspedes. Por un lado, familias que buscan un lugar completo para descansar y disfrutar de la playa. Por otro, viajeros de negocios y grupos ejecutivos que encuentran en el hotel instalaciones modernas para reuniones, eventos y convenciones. También es muy común ver parejas en planes románticos o turistas internacionales atraídos por la cultura y naturaleza de Santa Marta”, añadió.
Para el argentino, que tomó el mando del hotel en noviembre de 2023, uno de los mayores atractivos de la ciudad es que ofrece algo para las diferentes preferencias del viajero.
“Uno de los grandes encantos de Santa Marta es su diversidad natural: en un mismo destino se puede disfrutar de playas paradisíacas, montañas cubiertas de selva, ríos cristalinos y una riqueza cultural ancestral que convive con la modernidad. Esa mezcla de naturaleza, historia y calidez humana convierte a la ciudad en un lugar inolvidable para quienes la visitan”, expresó.
Un paseo imperdible es al Tayrona, una reserva natural y ancestral que abarca unas 15.000 hectáreas y permanece abierta casi todo el año, aunque en ocasiones la cierran para descanso y restauración ecológica. Se recomienda visitar el portal parquetayrona.com para verificar si estará abierto o no durante su estancia en Santa Marta.
Para llegar hasta una de las playas cristalinas del parque, puede embarcar un catamarán desde el puerto. La travesía de ida toma unos 45 minutos, pero si sufre de mareos no se recomienda, porque la embarcación realiza el trayecto contra la marea y el viaje puede resultar bastante incomodo por la velocidad y los repentinos saltos que debe controlar el capitán para evitar volcarse.
Una vez en la playa, puede relajarse y desconectar delante de la inmensidad del mar y sin conexión en el teléfono celular. Si va con suficiente tiempo, se recomienda pernoctar para disfrutar más de la naturaleza y visitar otras playas y senderos como la ruta de las 9 piedras.
Las zonas permitidas para pernoctar son Cabo San Juan, Arrecifes o Playa Brava, donde puede acampar o dormir en cabañas o hamacas. Se requiere reservar alojamiento con antelación.
La Sierra Nevada, uno de los picos montañosos más altos a nivel del mar y el más alto del país, también se puede visitar, aunque no todas las zonas están abiertas al turismo. Sin embargo, sí se puede llegar hasta Minca, ubicada en la parte baja de esta imponente cadena montañosa, así como visitar otras áreas que ofrecen una mezcla de naturaleza y cultura.
También se puede acceder a la zona para realizar senderismo como el famoso recorrido a Ciudad Perdida, construida en el siglo VIII, unos 600 años más antigua que Machu Picchu. Minca destaca por sus ríos, cascadas, haciendas cafeteras, zonas de avistamiento de aves y senderismo.
Al pie de las estribaciones de Sierra Nevada y a unos cinco kilómetros del centro de la ciudad está la Quinta de San Pedro Alejandrino, histórica hacienda donde Simón Bolívar vivió sus últimos días.
“Para un primer viaje a Santa Marta, recomendamos recorrer el centro histórico y sus plazas coloniales, visitar el Parque Nacional Natural Tayrona, explorar la Quinta de San Pedro Alejandrino, disfrutar de un atardecer en Taganga y degustar la gastronomía local en los mercados de mariscos. También es imperdible una caminata por Minca, en la Sierra Nevada, donde el visitante puede vivir la conexión entre montaña y mar que hace única a la región”, sugirió Ford.
Desde Miami no hay vuelos, por lo que una opción sería volar con escala en el aeropuerto internacional El Dorado, en Bogotá, y luego continuar rumbo a Santa Marta. Si desea conocer la capital y permanecer por un par de días, podría considerar alojarse en el hotel W Bogotá, que, con categoría de cinco estrellas, ofrece una combinación de lujo y comodidad, con instalaciones modernas y distintivas, y un original diseño inspirado en la leyenda del Dorado y las mariposas que evocan al realismo mágico de Gabriel García Márquez.