Imagen de "Los secretos de Dumbledore".
Cortesía Prensa Blancica Venezuela"Los tiempos peligrosos favorecen a los hombres peligrosos", se escucha decir en uno de los diálogos de Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore. ¿En tiempos de guerra alguien lo duda? La respuesta resulta obvia.
Y eso es precisamente lo que se puede confirmar en la película dirigida por David Yates, inspirada en los libros de J. K. Rowling.
En el largometraje, el realizador británico una vez más hace gala de su maestría y conocimiento del universo y las historias de la autora de Harry Potter.
Los secretos de Dumbledore, que se extiende por 142 minutos, está llena de la fantasía, encanto, humor y efectos especiales característicos de la prolífica escritora.
En esta ocasión, la acción se desarrolla años después de lo que los lectores y espectadores pudieron conocer en Los crímenes de Grindelwald. Exonerado de sus culpas, Gellert Grindelwald (Mads Mikkelsen) se vale de los peores artilugios para hacerse del poder del Mundo Mágico, en plena Segunda Guerra Mundial, pero a pesar de su historia en común, Albus Dumbledore (Jude Law) conformará un equipo integrado por Newt Scamander (Eddie Redmayne) y sus aliados para enfrentarse a sus planes.
La película es una nueva oportunidad para apreciar el talento y carisma del ganador del Óscar, Eddie Redmayne; y del virtuosismo y capacidad de desdoblamiento de Jude Law; quienes no están solos en la tarea, ya que los escoltan: Dan Fogler (Jacob Kowalski), Jessica Williams (Eulalie "Lally" Hicks), Victoria Yeates (Bunty), Callum Turner (Theseus Scamander) y William Nadylam (Yusuf Kama).
También aportan su grano de arena a la causa de Los secretos de Dumbledore: Alison Sudol (Queenie Goldstein) y Ezra Miller (Credence Barebone/Aurelius Dumbledore).
Tema de debate es la sustitución de Johnny Depp por Mads Mikkelsen como el actor designado para encarnar al villano de la trama. No existen respuestas correctas para responder a la interrogante de quién lo hace mejor. Lo cierto es que el actor danés imprime al personaje antagónico un nivel de maldad que se pierde de vista. Corresponderá a los fanáticos de las creaciones de J. K. Rowling y de la saga en cuestión, emitir su veredicto.
Una vez termine Los secretos de Dumbledore sí algo quedará claro es que, a lo largo de la historia del mundo, hay hombres que prometen guiar a los ciudadanos por la senda del bien, cuando lo cierto es que solo les interesa que los sigan a ellos, sin importar qué.
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