La victoria de los Yanquis de Nueva York por 11-5 ante los Marineros de Seattle quedó en segundo plano luego del impactante momento vivido en el noveno inning. El venezolano Oswaldo Cabrera, en una jugada valiente para anotar con un elevado de sacrificio, intentó esquivar al receptor para evitar el out. Logró eludirlo, pero al girar hacia el plato su tobillo izquierdo cedió de forma grotesca, doblándose en una dirección antinatural.
A pesar del evidente dolor, Cabrera tocó el home, pero cayó al suelo retorciéndose mientras el estadio enmudecía. El entrenador Tim Lentych corrió de inmediato a asistirlo, seguido por el cuerpo médico. Las imágenes eran claras: la gravedad de la lesión era preocupante.
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Ambulancia en el campo y rostros llenos de angustia por el venezolano
Minutos después, una ambulancia ingresó al terreno. Cabrera fue inmovilizado, con su pierna izquierda enyesada, y retirado en camilla entre aplausos contenidos y rostros incrédulos de sus compañeros. Aaron Boone, mánager del equipo, visiblemente afectado, declaró:
“Fue una situación bastante grave. Solo rezo por Cabby esta noche. Fue un gran partido, pero ahora todos estamos pensando en él”.
En el dugout, la consternación era total. Jugadores como Aaron Judge se tomaban la cabeza, mientras otros evitaban mirar la repetición del momento. Judge expresó:
“Nos sentimos fatal. Cabrera es el alma de este equipo. Verlo así duele mucho”. “Nos sentimos fatal. Cabrera es el alma de este equipo. Verlo así duele mucho”.
Tiempo de recuperación y posible baja prolongada para Oswaldo Cabrera
Aunque los Yanquis no han dado aún un parte médico oficial, las imágenes y testimonios apuntan a una fractura grave de tobillo. Este tipo de lesión puede implicar:
En el mejor de los casos, Cabrera podría estar fuera entre 4 y 6 meses, dependiendo de la gravedad exacta del daño óseo y ligamentoso.
Un golpe duro para los Yanquis
La lesión de Cabrera llega justo cuando el equipo recuperaba a DJ LeMahieu, quien volverá a la acción tras una distensión en la pantorrilla. Aunque se preveía que jugaría mayormente en la segunda base, ahora cubrirá también la tercera, posición habitual de Cabrera.
Los Yanquis pierden no solo a un jugador versátil y valioso en el terreno, sino también a un motor anímico del vestuario.