IVÁN GONZÁLEZ ROMERO
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@ivanGonRom
El cubano, que este año estrena contrato, se presentó temprano a los entrenamientos de los Mets con el propósito de pulir aspectos de su juego
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Además de una lesión, lo que podría poner en riesgo una posible buena campaña a Yoenis Céspedes podría ser la expectativa creada a su alrededor como el salvador del equipo. El cubano firmó un trato de tres campañas y 75 millones, el cual podría abandonar luego del primer año, pero más allá del dinero, los Mets esperan de él un año de números exorbitantes y un desempeño que esperan sea como el que alguna vez dio Derek Jeter para los Yankees.
“Estoy en casa y estoy relajado”, dijo el jardinero en la primera fecha de prácticas que estuvo presente, tres días antes de lo esperado. El tratamiento de estrella estuvo muy por encima del que espera alguien que desea batear tranquilamente. Cámaras de fotógrafos, preguntas de reporteros y miradas inquisidoras fue parte de esa bienvenida. No hubo ninguna razón especial para reportarse antes de la fecha. Sólo lo hizo, según sus primeras palabras, por el puro placer de ponerse el uniforme y pisar el terreno.
Las preocupaciones para Céspedes podrían surgir al momento en que no produzca con regularidad, algo que ha sucedido en su carrera durante varios períodos. No fue casual que un Céspedes encendido desde su llega a los Mets, desde agosto, catapultó a los neoyorquinos hasta la Serie Mundial. Tampoco fue casualidad que en la postemporada tuvo average total de .222 luego de 12 hits en 54 turnos, lo que incluye el naufragio de su equipo en la Serie Mundial, donde disparó tres hits en 20 turnos (.150 de promedio.
Los scouts ya saben que Céspedes tiene una tendencia a seleccionar malos pitcheos durante sus turnos. Eso se debe al estudio que hacen los lanzadores sobre sus hábitos al batear, razón por la cual pasa de ser un bateador devastador a uno vulnerable en un período corto.
Céspedes viene de lo que ha sido su mejor campaña en el béisbol. Este año tendrá la oportunidad de mejorar sus números (de bateo y de dinero), pero de igual manera tendrá que esforzarse en lograr la consistencia para no caer en malas rachas prolongadas. Ese puede ser el punto que incline la balanza y que lo convierta en estrella de modo definitivo.
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