ADRIEL REYES
Tal y como asegura Jesús en su parábola, todo el que siembra cosechará frutos; solo hay que regar las semillas...
ADRIEL REYES
José Luis Hernández Sr. tiene hoy 84 años, de ellos casi 77 de ininterrumpido trabajo. Nació en Guayos, antigua provincia Las Villas en Cuba y desde pequeño tuvo un sueño fijo en su cabeza: quería tener su propio negocio.
Desde los 7 años comenzó a trabajar como empleado en una bodega. Varias veces logró reunir una cantidad considerable de dinero pero su madre era muy enfermiza y parte de ese capital tuvo que utilizarlo para ayudarle a pagar los costos médicos.
Paradójicamente, José Luis Hernández Sr. nunca fue a la escuela, pero es hoy el dueño de una de las compañías más prósperas del sur de la Florida. El Sembrador le distribuye productos alimenticios a 27 de los 50 estados. Las únicas clases que recibió en su vida, fueron las de una maestra que en las noches le enseñó a leer y a escribir y las matemáticas elementales.
“Solo la bendición de Dios puede haberme llevado tan lejos”, dice este humilde hombre, “porque nada hubiera sido posible sin su milagro. Él me dio fuerzas y salud para lograr todo esto junto a mi familia”.
Cuando Hernández Sr. cumplió 16 años tenía ahorrado sus primeros $500 y con eso adquirió una pequeña camioneta. Surgía así su primer negocio: le compraba productos a los campesinos y luego los vendía en el mercado.
“Uno de los secretos para iniciar cualquier empresa es gastar menos de lo que se gana; con ese extra que va quedando es que puedes ahorrar para abrir tu propio negocio”.
El Sembrador fue creciendo tanto en su negocio como en la familia. Tenía ya tres hijos cuando, sin nada en las manos porque el nuevo gobierno de Fidel Castro no le permitía seguir operando, salió definitivamente de la isla. Primero hacia España y luego hacia Estados Unidos.
En su nueva vida en Estados Unidos, todo era desconocido incluyendo el idioma. “Pero con seriedad y mucha voluntad todo es posible. Al principio, como no conocía mucho del idioma, los clientes me pedían papas y yo les daba boniatos, pero poco a poco fuimos creciendo”.
¿ Cómo surgió la marca El Sembrador?
“La marca El Sembrador fue el nombre escogido por nuestra familia inspirada por la parábola de la Biblia, por la unión familiar, el amor al prójimo y la actitud positiva ante la vida. La semilla que ha regado El Sembrador cayó en tierra fértil, ha sido bendecida y el negocio ha prosperado a pasos agigantados”.
¿ Cómo hacer crecer un negocio?
“Siempre tienes que tener los ojos puestos en él. Para poder crecer, ha sido muy importante el crear un ambiente de unión familiar entre los empleados y todos los que tengan que ver con el negocio. Esto lleva a que todo se logre con mucho amor, entrega, honestidad y sacrificio para obtener buenos frutos”.
El momento más difícil…
“El comienzo siempre es lo más difícil; luego todo va fluyendo”.
El más alegre…
“He tenido muchos momentos felices, uno de ellos fue cuando nació mi hija. También porque he visto mi negocio crecer y todos mis hijos y mis nietos a mi lado. Me alegra todos los días tener salud y venir a trabajar”.
Las semillas del Sembrador
Luis A. Hernández Jr. se siente muy orgulloso de su padre por varias razones. Según él lo más importante “no es lo que conozca el hombre ni la preparación intelectual que tenga sino que existen cosas mucho más profundas. Mi papá, con unos orígenes muy humildes, fue capaz de ir creando un patrimonio; no es solamente el negocio, los clientes, es una familia unida trabajando en armonía con un mismo objetivo”.
Hernández Jr. cree que su padre ha sido “el buen maestro que enseñó sin hablar, solo actuando con sinceridad y perseverancia. Ese ímpetu que él lleva dentro lo impregnó en nosotros. Mi padre desde que era niño iba y recogía los huesos de las reses muertas en el campo y luego los vendía a las fábricas de botones, crio cerdos, cosechó. Cuando éramos niños, nosotros vendimos frutas en los semáforos y hoy nuestros hijos están con nosotros aquí en el almacén”.
La mayor prueba de que la parábola de El Sembrador funciona “es que las primeras personas que emplearon a mi padre en Cuba, se acordaron de él cuando niño y de su ejemplo y lo invitaron a ser su socio aquí en Estados Unidos. Lo que tú siembres, eso mismo vas a recoger”.
Según Hérnández Sr. su padre abrió el “primer negocio netamente latino para vender frutas y vegetales frescos en la ciudad de Nueva York”.
“Somos una familia que le agradece mucho a este país por las oportunidades que nos ha brindado, cómo nos ha dejado desarrollar intelectualmente y la mayor prueba está en lo que somos hoy día”.
La marca El Sembrador surgió en 1989 y su principio fue mantenerse siempre como una gran familia. “Y nuestra familia creció con quienes hoy son nuestros empleados y creo que eso también es un secreto del triunfo”.
“El Sembrador, con 84 años de edad continúa levantándose a las 7 de la mañana para visitar el almacén, y regresa a las 7 de la noche luego de visitar a una serie de clientes y de cerciorarse de que todo marcha bien”, concluyó Hernández Sr.
El Sembrador no deja de regar su semilla.
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