miércoles 5  de  febrero 2025
TOMA DE DECISIONES

En qué tiempo toma las decisiones económicas de su vida

La mayoría de los consumidores adquiere los productos y luego analiza a fondo cómo los pagará; la improvisación es la principal enemiga de la economía familiar y tiene un alto costo

ADRIEL REYES

Un estudio reciente realizado en Gran Bretaña reveló que los ciudadanos de ese país tardan aproximadamente 53 minutos para comprarse su residencia. Eso significa que cada minuto que emplean firmando su contrato les costará unos 3.700 euros como promedio.

¿Se ha preguntado usted qué tiempo analiza la mayor inversión de su vida que puede ser la compra de su casa? ¿Cuánto tardó en chequear los detalles de la adquisición de su último carro? ¿Cuánto ha pagado en intereses o en cargos en el último año?

La agente de bienes raíces de la Florida, Eliana del Latte, no nota una gran diferencia entre los compradores locales y los británicos. “La mayoría de las personas compra por impulso. En el momento del cierre casi nadie mira las claúsulas del contrato y eso te puedo decir que ocurre generalmente en menos de una hora”.

La mayoría de las personas hace un cálculo “por encima”, es decir, a grosso modo sin mirar mucho hacia el futuro o tener en cuenta los imprevistos económicos que pueden surgir por el camino.

“Los bancos te aprueban porque en ese momento cumplías con todos los requisitos, lo cual no significa que esos requisitos se vayan a cumplir siempre en tu vida económicamente activa”, acota la vendedora quien ha “visto a muchas familias comprar al tope de sus posibilidades y en muy poco tiempo se encuentran en la calle y sin los ahorros que desembolsaron para pagar el downpayment”.

Para la sicóloga Dunia Gálvez, la mayoría de los estadounidenses son “compradores compulsivos”. Según ella todo comienza a partir de una necesidad. Luego esa “necesidad no cubierta va creciendo” debido a varios factores como el ego y la competencia.

En dependencia de los círculos en los que se mueva y de su cultura financiera, cada persona realiza sus “inversiones. Lo que sucede realmente es que no podemos dejar de mirar al lado y autocomplacernos”, insiste.

“Nos vamos de crucero y pasamos la tarjeta de crédito. Después se pagará”, es uno de los argumentos que más manejan buena parte de los residentes de la Florida. “Entonces son compras compulsivas, no hay ningún análisis en ella”, concluye Gálvez.

Si trabajo, ¿puedo?

No en todas las circunstancias. Josué García llegó desde Cuba hace cuatro años, trabaja como cantinero en un hotel de Miami Beach y desde que entendió cómo funciona la economía “se puso para cuidar su crédito y no tener deudas”.

Por ese motivo, en muy poco tiempo su crédito se disparó y se pudo comprar el carro nuevo con que tanto había soñado. Ahora su próxima prioridad es ser dueño de su casa. “Lleva tiempo y planificación pero no es imposible aún en un mercado tan difícil como el de Miami”.

Sin embargo, esa no es la generalidad que conoce Armando Rivera, vendedor de un dealer localizado en el Doral. “Conozco los casos de muchos profesionales que llegan aquí alardeando de que ganan mucho dinero pero también deben mucho”, subraya.

“Otros vienen solo con un capricho en la cabeza y a los pocos días o meses se arrepienten y devuelven el vehículo porque no pueden con los pagos. Hoy dicen que sí y están muy embullados y mañana el juguete ya no les atrae tanto”.

Otro de los campos donde la familia gasta su dinero casi sin pensar es en la educación de los hijos. Si bien es cierto que un grado universitario representa mayores ingresos en el futuro, no siempre son la mejor inversión.

“Cuando me reúno con las familias- dice el asesor financiero de  Jhonatan Diversent- una de los factores que analizo es el de la educación. Es frecuente que se empiece un camino del cuál no se sabe el costo final ni qué retorno tendrá”.

Diversent ha conocido los casos de padres que tienen a sus hijos en el college tomando clases hasta tanto decidan que van a hacer en el futuro “porque aún no lo han decidido”.

La calidad

Una investigación reciente de la compañía Nielsen se adentró en la sicología de los compradores. Más de las tres cuartas partes, específicamente el 78% de los encuestados a nivel global, indicó que la calidad es su preocupación número uno.

El precio fue el segundo factor más considerado (65%) mientras que un 58% cree que los productos que vienen con algún regalo son un buen incentivo.

La capacidad de pago no estuvo entre las mayores preocupaciones manifestadas por los compradores de la encuesta de Nielsen.

Los británicos tardan aproximadamente 53 minutos para decidir la compra de su residencia. Eso representa casi 3.700 euros por cada minuto. ¿Cuánto tiempo analiza lo que le costará en tiempo y trabajo cada cosa que adquiere?

En palabras del escritor británico Robert Louis Stevenson, “el precio que tenemos que pagar por el dinero, se paga con libertad”.

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