
Según el proveedor de datos Datasembly, la tasa de desabastecimiento de leche en polvo para bebés alcanzó el 43% a finales de la semana pasada
WASHINGTON- La Casa Blanca prometió este jueves medidas para hacer frente a la severa escasez de leche para bebés, un problema que ha suscitado una ofensiva política de la oposición republicana contra el presidente Joe Biden.
Según el proveedor de datos Datasembly, la tasa de desabastecimiento de leche en polvo para bebés alcanzó el 43% a fines de la semana pasada. Y el problema no es nuevo, lleva más de siete meses.
"Es muy frustrante porque no es como si el problema hubiera surgido de la noche a la mañana", dice indignada Olivia Espinosa.
En San Diego, California, Espinosa y Steve Hohman son padres de dos niños, incluida Maya, de tres semanas, que es intolerante a la lactosa.
El papá de la pequeña Maya enfatiza lo desesperante que es que su hija no pueda probar otras leches que probablemente serían más nutritivas.
Esta carencia "es sumamente frustrante, sobre todo cuando tienes un bebé que tiene necesidades muy específicas", continúa su esposa, quien dice tener dificultades para amamantar y producir suficiente leche.
Los republicanos consideran inaceptable la situación en EEUU y arremetieron arremeter contra el actual gobierno, que ha creado múltiples crisis de desabastecimiento e inflación con sus erradas políticas y prioridades muy distantes de los verdaderos problemas de los estadounidenses.
Pero el colmo es que el Congreso vote por 40.000 millones de dólares adicionales para Ucrania, además de los 16.400 millones ya aprobados.
La congresista republicana, Marjorie Taylor Green, deploró en Twitter que "el Congreso quiere enviar casi 40.000 millones de dólares para Ucrania mientras que las madres estadounidenses no encuentran leche para bebés".
La congresista Elise Stefanik aseguró en una conferencia de prensa haber contactado a la autoridad correspondiente, la agencia de drogas FDA, en febrero: "Joe Biden no tiene ningún plan. (...) Cuando le preguntamos a la Casa Blanca sobre la escasez, se rieron. Es vergonzoso", dijo.
"Missouri es uno de los seis estados de Estados Unidos donde más de la mitad de la leche para bebés está agotada", señaló otra legisladora republicana, Ann Wagner, y dijo que madres jóvenes regatean en Facebook para conseguirla.
Randy Feenstra, representante por Iowa, aseguró que en su región "las familias hacen 50, 75, hasta 100 millas (de 80 a 160 kilómetros) para tratar de encontrarla".
El Ejecutivo estadounidense estudia, entre otras cosas, aumentar las importaciones, a pesar de que Estados Unidos produce el 98% de los preparados para lactantes que consume, dijo en un comunicado sin aportar detalles.
El problema está muy lejos de ser nuevo. Ocurre desde hace meses y ahora la administración de Biden afirma que trabaja con los estados para aliviar la carga administrativa de las familias más desfavorecidas, que compran leche infantil a través de bonos alimentarios.
Asimismo, la Casa Blanca dijo que había pedido a la autoridad federal de la competencia que examinara los abusos asociados a la escasez, incluida la reventa de leche infantil en línea a precios muy superiores a los normales.
Biden se reunió con representantes del comercio minorista y productores de leche para bebés, en unas conversaciones catalogadas de "productivas y alentadoras" por una funcionaria de la administración, que pidió anonimato.
Sin embargo, no quiso aclarar cuánto tiempo tardaría en mejorar la situación.
El 17 de febrero, después de la muerte de dos bebés, el fabricante Abbott anunció el "retiro voluntario" de las leches en polvo de su fábrica de Michigan, incluida Similac, utilizada por millones de familias estadounidenses.
Una investigación oficial determinó que el producto no tenía que ver con la muerte de los bebés, pero su producción aún no se ha reanudado, empeorando una escasez debida esencialmente a problemas en la cadena de suministros y la falta de mano de obra.
La situación es particularmente crítica para los bebés que dependen de la leche especial, que solo fabrica Abbott, subrayó la Casa Blanca, señalando que se trata de 5.000 bebés en este caso, además de niños y adultos con enfermedades metabólicas extrañas.