jueves 9  de  enero 2025
EEUU

Inflación: Reserva Federal continúa impasible

El presidente del Banco Central, Jerome Powell, dijo que hasta marzo no habrá una subida moderada de las tasas de interés frente a la alta inflación
Por Leonardo Morales

MIAMI- Lo que inversionistas en Wall Street y analistas económicos esperaban a finales de enero, no ocurrió. La Reserva Federal anunció que mantendrá por ahora las tasas de interés entre 0 y 0,25% ante la alta inflación, una estrategia que comenzó en marzo del 2020 para paliar los efectos de la pandemia de COVID-19.

Junto a la reducción de las tasas también comenzó un programa de venta de activos del Tesoro (120,000 millones de dólares mensuales) para estimular el sistema financiero estadounidense y amortizar parte de la excesiva deuda pública, cercana en aquel momento a los 30 billones de dólares. Ese monto se ha ido reduciendo cada mes desde noviembre hasta su eliminación en marzo, según lo previsto.

El presidente de la Reserva Federal (Fed) o Banco Central, Jerome Powell, dijo que hasta marzo se extenderán ambas medidas, lo que hace pensar que la institución federal apuesta por la acción automática de los mecanismos de producción, consumo, exportaciones y la estabilización paulatina del mercado.

La decisión ocurre después de que los niveles inflacionarios escalaron mes a mes desde febrero del 2021 sin ninguna respuesta de los asesores de la Casa Blanca, lo que intensificó un alarmante problema que pudo atajarse a tiempo y prevenir que fuese menos severo.

Una subida de un punto o más contendría la inflación, pero frenaría aún más la recuperación económica y limitaría las inversiones, dos elementos a tomar en cuenta en medio de una recesión económica y nuevas variantes de la pandemia de COVID-19 que se unen a la errática política económica de la administración del presidente Joe Biden.

CONSUMO precios - AFP
Una mujer mira los precios en un mercado en EEUU.

Una mujer mira los precios en un mercado en EEUU.

Oídos sordos frente a las alertas

Durante casi 11 meses no faltaron advertencias por parte de analistas conservadores e independientes sobre la gravedad de la inflación en EEUU, pero el Departamento del Tesoro, la Reserva Federal y el propio Biden dieron la espalda a las alertas y acusaron a los republicanos de crear el pánico y la confusión entre los consumidores. Reiteraron que la inflación sería breve y le restaron toda importancia.

A finales de noviembre del 2021, la Reserva Federal se retractó y reconoció que la inflación [no era temporal ni insignificante] y a pesar de que la cifra escaló en diciembre a 7,1%, sigue impasible ante una situación que tiende a agudizarse hasta posiblemente el 2023, como han pronosticado expertos y entidades independientes y conservadoras.

Goldman Sachs Group Inc., por ejemplo, estima que los precios continuarán su escalada en 2022.

Powell y la administración Biden se encuentran ahora en el ojo de una tormenta inflacionaria, desabastecimiento, baja producción por falta de empleados, la continuidad de la pandemia y altos precios de los combustibles tras el regreso de EEUU a la dependencia energética extranjera y los valores impositivos del mercado internacional del petróleo.

Adiós a la autonomía

En el 2019, durante la presidencia de Donald Trump, Norteamérica fue el mayor exportador de petróleo del mundo.

Desde su primer día en la Casa Blanca, Biden comenzó a revertir esa enorme ventaja para la economía estadounidense y apostó por proteger únicamente las energías limpias (eólica, eléctrica, solar, nuclear, etc.) con programas a largo plazo que pusieron los precios del combustible en una cúspide. Este fue el detonante de la crisis inflacionaria que sufren hoy los más de 330 millones de estadounidenses.

Con la mayor inflación en los últimos 40 años al 7% en medio de una recesión económica y la sustancial dependencia de suministros de China y otros países asiáticos, Powell intenta sortear la crisis y apuesta al milagro de la estabilización automática de la inflación; y prosigue con acciones bastante prudentes ante a la gravedad de la actual situación.

La economía de EEUU atraviesa además una desaceleración que para algunos analistas es buena contra la inflación, pero para otros no, debido a la escasez persistente de productos en industrias y mercados para el consumidor, que no sólo mantienen los precios altos sino que los elevan aún más. Y todo apunta hacia esa dirección.

La espeluznante crisis de los semiconductores o “chips”

SEMICONDUCTORES (ED) AP Foto John Minchillo.jpg 2021
Una empleada ensambla equipos con semiconductores o

Una empleada ensambla equipos con semiconductores o "chips".

La crisis de componentes electrónicos (semiconductores o “chips”) se incluye en el combustible para encender más la hoguera de la inflación.

El Departamento de Comercio realizó una investigación entre las industrias e incluyó a fabricantes de automóviles y de equipos médicos. Los resultados revelaron el caos. El inventario promedio de semiconductores en estas industrias pasó de reservas de 40 días en el 2019 a menos de cinco días en 2021.

"Si una nueva ola de COVID-19, una catástrofe natural o la inestabilidad política perturbara una fábrica extranjera de semiconductores, aunque fuera por algunas semanas, eso podría conducir al cierre de fábricas en EEUU, con todas las consecuencias que eso implica para los trabajadores estadounidenses y sus familias", indicó el Departamento federal.

Estos “chips” son esenciales para muchos sectores y productos que van desde vehículos, barcos y aviones a teléfonos y dispositivos inteligentes, equipos médicos y otra amplia gama de productos.

"La única solución para resolver esta crisis a [largo plazo] es reconstruir nuestras capacidades de fabricación" en EEUU, sostuvo la secretaria de Comercio, Gina Raimondo.

La firma Intel anunció una inversión de 20.000 millones de dólares para producir estos componentes en EEUU, pero las instalaciones no estarán operativas hasta el 2025.

Los precios del petróleo, empleos y China

MANILLA (ED) PARA GASOLINA.jpg AP 2021
Dispositivo para recarga de gasolina dentro del tanque de combustible de un auto.

Dispositivo para recarga de gasolina dentro del tanque de combustible de un auto.

El precio del petróleo de Texas en la Bolsa de Nueva York acaricia los 90 dólares el barril y la tendencia es a continuar su ascenso, argumentan los expertos. Algunos creen que en pocos meses podría acercarse a los 100 dólares.

Por su parte, el barril de Brent del mar del Norte en Europa para entrega en marzo superó a mediados de semana los 90 dólares, lo que confirma el pronóstico de los analistas.

A todo lo anterior se suma la crisis de empleados y los más de 10 millones de puestos vacantes en el país, un enorme dolor de cabeza para las empresas desde las más pequeñas hasta las gigantescas compañías estadounidenses.

Y para remachar el desastre creado por la política económica del presidente Joe Biden, entró en escena China con el controversial tema de los aranceles a los productos norteamericanos que importa; ahora con el respaldo de la Organización Mundial de Comercio (OMC), entidad que acaba de autorizar al régimen comunista de Pekín para imponer aranceles a los productos de EEUU por valor de $645 millones.

El dictamen responde a una solicitud de China en represalia a medidas “antidumping” estadounidenses, una disputa que se remonta al 2012.

Gracias al acuerdo bilateral firmado por el expresidente Trump y su homólogo chino Xi Jinping en enero del 2020 se había cerrado la disputa comercial, pero al parecer China ha contraatacado ante la falta de liderazgo en la Casa Blanca.

La reacción de Washington fue rápida y Biden deploró la concesión de la OMC al coloso asiático. Esto significa que el conflicto aflora otra vez y retoma fuerza.

Por tales razones, y ante una caótica situación interna, la Reserva Federal optó por mesura y cautela, sin ninguna garantía de que la inflación y el resto de las crisis se detengan.

Un alza de 0.25 e incluso de 0.50 hubiera comenzado a frenar la inflación, sin [afectaciones severas] a los programas de créditos y a la confianza de los inversionistas.

Un importante medidor de la supervivencia de las esferas económicas nacionales ha sido la inmobiliaria, cuya salud -a pesar de la debacle económica- se mantiene sólida.

Sector de bienes raíces

Casas-hipotecas
Imagen de una propiedad

Imagen de una propiedad

Los analistas consideran que un alza moderada de las tasas de interés tampoco perjudicaría el avance de la industria inmobiliaria ni de otros sectores.

En diciembre las ventas de casas nuevas se dispararon un 11,9% y gran parte de ese aumento ocurrió en estados como Florida.

Craig Studnicky, Fundador de ISG World, opina que "una subida limitada de los tipos de interés no afectará negativamente la inversión extranjera que hemos tenido en los últimos años en el sur de Florida”.

“Miami es un mercado muy demandado por los inversores extranjeros que buscan diversificar su portafolio a largo plazo. La gente sigue buscando propiedades para sacar sus dólares de los países donde viven. Ahora, vemos una gran demanda de condominios de 3 dormitorios que ofrecen más espacio y los valores siguen aumentando. Seguimos viendo una inversión constante en efectivo con propiedades de lujo por parte de compradores que buscan un lugar para vivir. Aunque se produzca un aumento de los tipos de interés para paliar la inflación, esto será positivo para el futuro", evalúa Studnicky.

Edgardo Defortuna, presidente ejecutivo y Fundador de Fortune International Group afirma que “el mercado ha esperado una subida de tasas y ya lo está teniendo en cuenta a la hora de comprar inmuebles. La Reserva Federal ha hecho un buen trabajo en el pasado subiendo los intereses para evitar una inflación desbocada, pero asegurándose de no frenar la actividad económica. La percepción actual es que, debido a los posibles problemas en Ucrania, la Reserva Federal será menos agresiva en sus subidas de intereses y ayudará a calmar la volatilidad del mercado de valores de los últimos tiempos.”

Por su parte, Cary Cohen, Vicepresidente Ejecutivo de Blanca Commercial Real Estate, manifiesta que "Si se tiene en cuenta la falta de oferta, los fuertes fundamentos del mercado y el crecimiento general de la economía local, un aumento menor de las tasas no afectará la demanda de bienes raíces comerciales del sur de la Florida en un corto plazo. Las tasas están todavía en niveles históricamente bajos y hay una enorme cantidad de capital de inversión sentado en el banquillo, a la espera de oportunidades. Esperamos que la actividad de ventas siga siendo sólida este año".

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