domingo 24  de  marzo 2024
Venezuela

La debacle de la industria petrolera en Venezuela

El país con la mayor reserva de crudo del mundo experimenta un desplome en su producción que la coloca en los niveles más bajos de las últimas ocho décadas
Por Leonardo Morales

MIAMI- En junio, la producción de crudo venezolano cayó a su nivel más bajo en ocho décadas, inferior a los 400.000 barriles diarios (bd), similar a los niveles de los años 1934-1943.

La debacle de la industria petrolera en Venezuela es similar a la de la industria azucarera en Cuba, dos ejemplos clave que ilustran la destrucción que causa el sistema socialista en las economías y en las estructuras de desarrollo de una sociedad.

Según estimaciones que cuestionan algunos expertos del sector, Venezuela es el país con las mayores reservas probadas de crudo del mundo con más de 300.000 millones de barriles, mientras que Cuba fue, antes de la llegada de Fidel Castro al poder, uno de los principales productores de azúcar en el planeta. Ahora, Cuba importa azúcar y Venezuela gasolina.

El retroceso productivo en la industria petrolera en la nación sudamericana mostrado en junio, representa una caída del 37,5% respecto a los 570.000 bd producidos en mayo.

La interminable recesión económica en Venezuela

Tras seis años consecutivos de una Gran recesión económica, "el ingreso por exportaciones petroleras (...) sería el más bajo al menos en los últimos 70 años", afirma el economista José Manuel Puente, profesor del Centro de Políticas Públicas del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).

Solo durante el paro petrolero entre diciembre del 2002 y marzo del 2003 se observaron cifras menores de producción que las actuales en las últimas ocho décadas.

El régimen de Nicolás Maduro culpa a Estados Unidos de incrementar la crisis petrolera en Venezuela, sin embargo, el éxodo de profesionales, la falta de recursos e inversiones, la corrupción y las medidas socialistas a ultranza de Hugo Chávez y ahora de Maduro, han descuartizado esta industria, sumida en el caos, la incertidumbre y los escándalos.

"No solo estamos en un nivel mínimo, sino que es posible que no podamos levantar ese nivel mínimo", opina Carlos Mendoza Potellá, asesor del Banco Central de Venezuela (BCV) en materia petrolera y agrega que "abrir un yacimiento después que se cierra, no es una tarea inmediata".

La destrucción de la industria del "oro negro"

En abril, el experto petrolero venezolano José Toro Hardy afirmó que la destrucción de la industria petrolera venezolana tiene muy poco que ver con las sanciones aplicadas por el gobierno de EEUU.

“El problema de la industria petrolera comenzó en el 2002 cuando el entonces presidente Hugo Chávez despidió a más de 20.000 trabajadores de PDVSA”, afirma Hardy.

El régimen venezolano enfrenta ahora una situación crítica: Petróleos de Venezuela (PDVSA) está en “default”. El gigante ruso Rosneft cerró sus operaciones, Chevron se quedará hasta diciembre pero sin producir petróleo, mientras que Repsol anunció que también se irá del país. Por su parte, India –uno de los grandes compradores- dijo que no procesará más crudo venezolano.

Si en décadas atrás algún osado periodista se le hubiese ocurrido preguntar sobre una supuesta crisis de petróleo y gasolina para los venezolanos, sólo hubiera recibido burlas y abucheos. Hoy, es una dolorosa realidad para los venezolanos.

Las extensas filas durante horas para comprar gasolina en Venezuela no cesan y al parecer la ayuda iraní fue un espejismo, como califican personas entrevistadas en diversas ciudades.

El espejismo de la ayuda de Irán

A principios de junio, cinco tanqueros procedentes de Irán llegaron a territorio venezolano con 1,5 millones de barriles de gasolina e insumos para tratar de reactivar las paralizadas refinerías en Venezuela.

La situación, en principio, mejoró en la mayoría de las casi 1.600 gasolineras con precios dolarizados en varias regiones; pero a los pocos días regresaron las kilométricas filas.

Bajo sanciones y presión de Washington, el modelo político implementado por Hugo Chávez y seguido por Nicolás Maduro está cada vez más acorralado, resquebrajado y sin soluciones a los críticos problemas de la población.

La industria petrolera, quien fuera el salvavidas de Chávez durante años por los elevados precios del crudo a nivel internacional, se hunde junto con la actual situación en Venezuela.

El precio del crudo West Texas, en EEUU, alcanzó en enero del 2008 los 100 dólares el barril, un nivel que dista mucho en el mercado actual. Ese fue el principal sustento del chavismo que le permitió ejecutar proyectos sociales para "asegurar" la continuidad de un proceso político socialista que a la misma vez y de forma acelerada desmoronaba las estructuras económicas fundamentales en Venezuela, como la producción mercantil, la agricultura, las exportaciones, la extracción de petróleo y la minería, entre otras.

En plena supervivencia el régimen de Maduro

A diferencia de aquellos años, hoy el régimen de Nicolás Maduro [el sucesor] no cuenta ni con la mitad de los recursos de su predecesor y mucho menos con el respaldo popular que tuvo en su momento Hugo Chávez. Tampoco encuentra vías que le permitan aliviar la enorme presión social, económica y política a la que se enfrenta a diario en un país donde reinan ahora la hambruna, la escasez de productos de todo tipo, la insalubridad, la violencia y la corrupción en casi todos los sectores.

Las plataformas petroleras de Venezuela están paralizadas, según la firma energética estadounidense Baker Hughes, el más fehaciente reflejo del colapso de la industria venezolana de crudo, que en el 1998 contaba con más de 100 plataformas activas. En junio de este año, esa cifra terminó en cero, frenta a 22 que operaban en el 2019.

El descenso del consumo de combustible tras meses de pandemia y confinamiento ha provocado que los precios del petróleo se mantengan entre 18 y 25 dólares el barril y los analistas estiman que esa tendencia se mantendrá en los próximos meses, luego de una reapertura parcial de las economías bajo amenazas de un nuevo retroceso por un repunte de contagios de SARS-COVID-2 en varios países.

Si el panorama internacional es oscuro e incierto para la exportación de petróleo venezolano, la situación interna del país resulta mucho peor y nada favorable para una recuperación a corto plazo de una industria que comenzó a ser despedazada desde el arribo al poder de Hugo Chávez en 1998.

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