"El pájaro es libre", tuiteó Musk el jueves por la noche en un guiño al icónico logotipo de Twitter, al concluir la compra de la compañía por 44.000 millones de dólares, después de meses de incertidumbre y disputa.
El expresidente estadounidense Donald Trump estimó este viernes que Twitter "ahora está en buenas manos", después de que Musk adquiriera la red social.
"Estoy muy feliz de que Twitter ahora esté en buenas manos y ya no será dirigido por lunáticos y maníacos de la izquierda radical que realmente odian a nuestro país", dijo Trump en su plataforma Truth Social.
Trump no aclaró si prevé volver a la red, en la que fue bloqueado tras los sucesos del 6 de enero de 2021 frente al Capitolio en Washington.
En mayo, Musk, fundador de Tesla y SpaceX, abrió la puerta a un regreso de Trump a Twitter, desde donde el mandatario republicano se comunicaba con sus 88 millones de seguidores. Lo hacía a través de su cuenta @realDonaldTrump.
Trump consideró que su red Truth Social funciona "mejor" que Twitter y agregó que Musk "debe trabajar duro para deshacerse de todos los bots (programas automatizados ndlr) y cuentas falsas que lo han dañado tanto".
"Será mucho más pequeña, pero mejor. ¡Me encanta Truth!", añadió.
Musk, quien intenta retomar la libertad de expresión en Twitter, dijo el jueves que es "importante para el futuro de la civilización tener una plaza pública en internet donde una gran variedad de opiniones puedan debatirse de manera saludable, sin recurrir a la violencia".
Pero advirtió que Twitter no puede convertirse en una plataforma "infernal", donde todos puedan decir cualquier cosa sin consecuencias.
Antes, Musk prometió relajar las restricciones de contenido y en especial reabrir la cuenta censurada del entonces Presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La prohibición de Trump dividió aún más a un país donde la izquierda radical ha tomado posiciones de poder e intenta implementar un sistema socialista, algo que Trump advirtió que nunca ocurrirá.
"El socialismo y el comunismo, sistemas de miseria, represión y censura, jamás serán instaurados en Estados Unidos", ha reiterado el expresidente Trump en varios de sus discursos, al referirse a los extremistas de izquierda en el Congreso y en puestos clave de la nación que desean la destrucción del capitalismo occidental y eliminar la supremacía de Norteamérica.
Y por supuesto, decenas de millones de conservadores y seguidores de Trump, también se alegraron por la compra de la red social, con comentarios como "las máscaras no funcionan".
Musk asume el control y no quiere sombras
Entre las primeras medidas de Musk en el poder el jueves estuvo el despido del director ejecutivo de Twitter, Parag Agrawal, y otros altos ejecutivos.
Agrawal había ido a los tribunales para obligar a Musk a cumplir los términos del acuerdo de compra y la adquisición se produjo justo antes de la fecha límite impuesta por el juez. Musk tenía hasta este viernes para concluir la compra, de lo contrario se habría celebrado un juicio en noviembre.
Musk, que utilizó su propio dinero, a fondos de inversionistas y a préstamos bancarios para hacerse con Twitter, admitió que está pagando de más por una empresa que regularmente registra pérdidas asombrosas.
Twitter dice tener 238 millones de usuarios activos, muy poco comparado con los 2.000 millones de Facebook, pero no ha podido monetizar el contenido de la misma manera que sus rivales.
Sin embargo, Twitter tiene una gran influencia en el debate público porque es la plataforma favorita de muchas empresas, políticos, periodistas y otras figuras públicas.
Musk ya es el jefe de la empresa de automóviles eléctricos Tesla y de la empresa de fabricación de cohetes y servicios de transporte espacial SpaceX. No está claro cuál podría ser su papel en Twitter, aunque informes no confirmados sugirieron que podría convertirse en director ejecutivo interino.
Musk acusó a Twitter de engañarlo sobre la cantidad de cuentas falsas, alimentadas por inteligencia artificial y no por usuarios reales. Pero finalmente, aceptó la compraventa antes de entrar en un costoso y demorado litigio en la Cortes.
Millones de estadounidenses y decenas de millones en el resto del mundo esperan la transformación de Twitter en un espacio libre, balanceado y de respeto a los derechos de expresión, pero sin llamados al radicalismo de ninguna tendencia política. Si Musk logra eso, es muy probable que gane otros cientos de millones de usuario en su red y una mejor monetización de la plataforma.
La salud de la democracia y el libre derecho a expresarse no debe ser coartado por ningún gobierno, partido, institución y menos por redes que se dicen llamar sociales. Todo lo contrario que hicieron los fundadores de Twitter Jack Dorsey, Noah Glass, Evan Williams y Biz Stone, alineados a la izquierda y a la extrema izquierda en EEUU y en el resto del mundo.