MIAMI- El doble rasero del gobierno de Joe Biden frente a temas relevantes no termina.
Por una parte, el gobierno de Joe Biden critica comentarios antisemitas de Elon Musk y por la otra, permite a un multimillonario organizar y financiar el antisemitismo dentro de EEUU
MIAMI- El doble rasero del gobierno de Joe Biden frente a temas relevantes no termina.
El viernes 17 noviembre, el portavoz de la Casa Blanca, Andrew Bates, emitió una crítica feroz a Elon Musk por efectuar una "aborrecible promoción" del antisemitismo.
"Condenamos en los términos más enérgicos esta aborrecible promoción del odio antisemita y racista, que va en contra de nuestros valores fundamentales como estadounidenses", dijo Bates.
La Casa Blanca se refería a un comentario de Musk en el que respondió a una publicación antisemita en X con las palabras: "Has dicho la verdad real".
La publicación afirmó que los judíos tienen un plan secreto para traer inmigrantes ilegales a Estados Unidos con el fin de debilitar a las mayorías blancas.
Pero, por otra parte, la Casa Blanca o el gobierno de Joe Biden permite o vira el rostro ante las acciones del magnate de tecnología, nacido en Connecticut, Neville Roy Singham y su esposa activista, Jodie Evans.
Singham, que una vez fue investigado en la década de 1970 por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) por actitudes antiestadounidenses y por sus conexiones "enemigas" en Estados Unidos, ha sido el principal financiador de The People's Forum (El Foro del Pueblo) desde 2017, la empresa que ha coorganizado al menos cuatro protestas antiisrael y propalestinas desde el 7 de octubre en todo el país.
El multimillonario y su esposa han destinado, como revela The Daily Mail.com, al menos casi 21 millones de dólares a la empresa defensora de causas de izquierda en Estados Unidos, incluida una red mundial de propaganda a favor de China y protestas contra Israel.
Junto con su esposa Evans, la pareja marxista ha donado más de 20,4 millones de dólares al Foro del Pueblo desde el 2017 al 2022, según Free Press. El dinero se mueve, supuestamente, a través de organizaciones fantasmas y grupos asesores.
El Foro del Pueblo, con sede en Midtown Manhattan, en la calle 37, tiene 13,6 millones de dólares en activos totales y emplea a 13 personas.
Una de las manifestaciones organizadas y financiadas fue en Times Square de la ciudad de Nueva York, el 8 de octubre, antes de que Israel hubiera contabilizado sus 1.400 muertos (entre ellos niños), después del sanguinario ataque del movimiento terrorista palestino Hamás. El grupo ha dejado bien claro que su objetivo es la destrucción de Israel y la muerte del pueblo judío.
Hamás tomó de rehenes a decenas de israelíes, entre ellos niños, para obligar a Tel Aviv a detener su respuesta al genocida ataque de los terroristas palestinos.
El llamado Foro del Pueblo también organizó manifestaciones el 4 y el 9 de noviembre, cuando participantes en la protesta entraron al vestíbulo del gigante de gestión de activos BlackRock en un intento por poner fin al apoyo de Estados Unidos a Israel.
Sin embargo, para la Casa Blanca estos no son actos terroristas ni antidemocráticos, mucho menos condenables.
El 7 de octubre, horas después de que la organización terrorista Hamás masacrara a 1.400 ciudadanos israelíes desarmados, Jodie Evans escribió: “¡Viva la autodeterminación! ¡Viva la resistencia! ¡Palestina libre y libre! ¡Viva Palestina!”.
Hasta ahora Evans no ha sido acusada de nada en EEUU, ni por incluso llamar a una insurrección cuando el 22 de octubre publicó imágenes de una manifestación propalestina en Los Ángeles, mientras sostenía un cartel que decía: “Palestina Libre”. En esa ocasión también escribió: “Permanezcan en las calles por nuestra humanidad - Biden ha perdido el corazón y la mente…”.
Singham hizo dinero a través de su empresa de consultoría de software, Thoughtworks, que lanzó en 1993 en Chicago y luego la vendió a la firma de capital privado Apax Partners por 785 millones de dólares; el mismo año en que comenzó a financiar The People's Forum.
Una investigación de The New York Times indica que además de organizar las protestas, que arrojan una contundente retórica antiisraelí y antisemita durante las últimas cinco semanas, Singham dirige una "campaña de influencia generosamente financiada que defiende al régimen comunista de China e impulsa su propaganda" en todo el mundo.
El informe de The New York Times identificó a Singham, un socialista declarado, como uno de los principales patrocinadores del grupo activista transatlántico No Cold War (No Guerra Fría), así como de Code Pink (Código Rosa), un grupo pacifista estadounidense que alguna vez criticó los abusos de los derechos humanos en China, pero que ahora repite la propaganda del Partido Comunista de China.
Los millones de dólares de Singham, canalizados a través de organizaciones anónimas y sin fines de lucro estadounidenses, también respaldan a un grupo de expertos de tendencia socialista en Massachusetts, un partido político en Sudáfrica y organizaciones de noticias en India y Brasil, según The New York Times.
Singham, que vive en Shanghai, comparte oficina allí con una empresa china de medios llamada Maku Group, dedicada a producir propaganda extranjera.
Sin embargo, en una entrevista con el Times, Singham señaló: "Niego y repudio cualquier sugerencia de que soy miembro, trabajo, recibo órdenes o sigo instrucciones de cualquier partido político, gobierno o sus representantes".
"Me guío únicamente por mis creencias y mis opiniones personales arraigadas desde hace mucho tiempo", añadió.
Singham, graduado en Ciencias Políticas y quien ha sido investigado por el FBI, también es hijo del académico izquierdista de Sri Lanka, Archibald Singham. Creció en Connecticut y Jamaica. Cuando tenía 17 años, se unió a la Liga de Trabajadores Negros Revolucionarios.
En 1974, Singham fue catologado por los servicios de inteligencia como "potencialmente peligroso por sus antecedentes, inestabilidad emocional y nexos con grupos vinculados a actividades hostiles a EEUU", expone The N.Y. Times.
Su matrimonio con Jodie Evans se consagró oficialmente en 2017. Evans es una exasesora política demócrata y cofundadora de Code Pink, el grupo fundado en 2002 para oponerse a la invasión estadounidense de Irak.
Evans, además, apoya abiertamente a China y califica a la minoría étnica uigur de terroristas. En un video en 2021 respaldó la detención y encarcelamiento de los uigures.