Rudy Giuliani, el exfiscal federl y exalcalde de la ciudad de Nueva York, estalló en cólera en el tribunal de Manhattan el martes, quejándose de que el juez estaba injustamente "en su contra", al no poder evadir la fecha de juicio para enero en su caso de difamación por 148 millones de dólares.
Giuliani ha sido otra víctima de un hostigamiento similar al de Trump, precisamente por ser un aliado del expresidente en los casos de fraude electoral o las llamadas irregularidades durante las elecciones presidenciales de 2020
"¡Todas las insinuaciones que has hecho son en mi contra!", le dijo Giuliani, el exfiscal federal inhabilitado para ejercer en el Distrito Sur, al juez Lewis Liman durante una audiencia en el tribunal federal de Manhattan, citada por el diario New York Post.
El exalcalde de la ciudad de Nueva York, de 80 años, respondió a Liman después de que éste cuestionara por qué Giuliani aún no había entregado el título de propiedad de su Mercedes convertible de 1980 a dos empleados electorales de Georgia a los que supuestamente difamó.
"Su cliente es una persona competente. Era el fiscal federal en este distrito", dijo Liman, dirigiéndose al abogado de Giuliani. “La idea de que no se puede solicitar un certificado de título”, continuó, antes de que Giuliani lo interrumpiera.
“¡Lo solicité!”, espetó Giuliani. “¿Qué se supone que debo hacer, inventármelo yo mismo? Su insinuación de que no he sido diligente al respecto es totalmente incorrecta y falsa”.
El exalcalde acusó al juez de caracterizar injustamente su afirmación de que tiene acceso limitado a los activos como si le dijera al tribunal que está “empobrecido”.
“No estoy empobrecido… Todo lo que tengo está atado y sujeto a usted precisamente”, afirmó Giuliani.
El hostigamiento judicial
Giuliani afirmó que alguien había colocado una “orden de suspensión” en su cuenta de la Seguridad Social.
El juez le advirtió entonces que no volviera a hablar.
“Su cliente puede representarse a sí mismo por medio de un abogado o comparecer pro se”, dijo Liman, refiriéndose al término legal para la auto-representación. “No puede hacer ambas cosas”.
El juicio del 16 de enero decidirá si Giuliani podrá conservar su condominio en Palm Beach, Florida, y si tendrá que entregar sus anillos de la Serie Mundial de los Yankees (que, según él, fueron un regalo para su hijo Andrew) a los trabajadores electorales mientras apela una sentencia del juicio de Washington DC en su contra en el caso de difamación.
Gran parte de los aliados de Trump se han tenido que enfrentar al acoso incesante del Departamento de Justicia en medio de una campaña insólita con marcado interés político.
Trump ganó la presidencia de EEUU de manera aplastante, tanto con el voto del Colegio Electoral como con el voto popular. El presidente electo prometió acabar con la politización del sistema judicial en EEUU que dio un vuelco de 180 grados desde el gobierno de Barack Obama y luego con la llegada de Trump a la Casa Blanca en 2016. La situación llegó a su punto climax durante el gobierno actual con Joe Biden y Kamala Harris.
El hostigamiento político-judicial contra el expresidente y sus aliados cercanos no tiene precedentes en la historia del país, mucho menos del Departamento de Justicia como un arma de persecución política contra adversarios, al mejor estilo de los regímenes latinoamericanos.
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FUENTE: Con información de AFP, New York Post.