MIAMI- El gobierno de Joe Biden afirma que la inflación cedió levemente en enero y ahora registra un 6,4%, a diferencia del 9,1% de junio de 2022. Sin embargo, la realidad parece ir por un lado y las estadísticas por otro.
MIAMI- El gobierno de Joe Biden afirma que la inflación cedió levemente en enero y ahora registra un 6,4%, a diferencia del 9,1% de junio de 2022. Sin embargo, la realidad parece ir por un lado y las estadísticas por otro.
El gasto imprudente de la Casa Blanca y sus políticas radicales de izquierda han devastado a las familias estadounidenses y destruyen la economía de Estados Unidos (EEUU). En la América de Biden, la mayoría de los estadounidenses vive de cheque en cheque y más del 40% se ha visto obligado a dejar de ahorrar para la jubilación.
En 2020, el presidente Donald Trump le entregó a Joe Biden una economía en auge con una tasa de inflación de apenas 1,2%. En sólo dos años, Biden eliminó las ganancias de la clase media logradas por el presidente Trump y generó una inflación del 9,1%, un récord en casi 50 años.
Un informe de la Fundación Heritage analizó los precios al consumidor y la inflación y detectó que los estadounidenses promedio perdieron $7.400 dólares en ingresos anuales desde que Biden asumió el cargo, a pesar de las ayudas federales innecesarias otorgadas por su gobierno con el pretexto de la pandemia de COVID-19.
Hasta ahora, el único alivio visible ha sido en el precio de la gasolina si sea compara con el exorbitante índice registrado a mediados de 2022, superior a los 5 dólares como promedio nacional. Ahora el valor promedio es de 3.79 el galón regular, mientras que el de los demás productos ha seguido en ascenso o se mantiene en niveles extremadamente altos, sin señales de un declive.
La cifra más reciente de inflación de 6,4% puede dar a entender que el pronunciado aumento del costo de vida -que agobia a los estadounidenses desde hace dos años- se estanca. Pero las presiones inflacionarias continúan, mientras persisten los altos valores comerciales.
A escala mensual, los precios al consumidor aumentaron 0,5% de diciembre a enero, mucho más que el incremento de 0,1% registrado de noviembre a diciembre. Los factores principales fueron los precios del gas, los alimentos, la ropa y otros.
Los precios del gas natural se dispararon más del 26,7 % el año pasado.
A pesar de lo "alentador" del informe -según el gobierno federal- la presión inflacionaria puede causar incrementos de precios durante todo el 2023, consideran economistas y en particular la Reserva Federal (Fed o Banco Central), que reitera su posición de continuar con el alza de tasas de interés.
En ocho ocasiones, la Fed ha subido la tasa referencial; la última fue de 0,25% para llevarla a 4,50% y 4,75% desde 0% y 0,25% en febrero del año anterior.
"Los indicadores recientes muestran un crecimiento moderado de los gastos y de la producción", remarcó el Comité de Política Monetaria de la Fed (FOMC) tras dos días en su primera reunión del 2023.
"La inflación se moderó un poco, pero sigue alta. Por eso, el comité "anticipa" nuevos incrementos de tasas para conducirla al objetivo del 2% anual”, añadió la institución financiera.
"Creo que es tiempo de bajar el ritmo de los aumentos, pero sin detenerlo", dijo el 20 de enero Christopher Waller, uno de los gobernadores del Banco Central estadounidense.
Algunos economistas alineados a las políticas de la Casa Blanca desean desde hace meses, una señal de una eventual pausa en la estrategia de subir los costos de los préstamos. Pero lo cierto es que el presidente de la institución, Jerome Powell, enfatizó una vez más que la campaña de la Fed para controlar la inflación está lejos de terminar.
El precio de los alimentos, seguros, electricidad y algunas materias primas -entre otros- han seguido en aumento. El costo de la electricidad escaló un 11,9% y los servicios de transporte subieron un 14,6%, según The Wall Street Journal.
La carne, embutidos y los huevos de gallinas se han disparado en los últimos dos meses. La llamada comida saludable (frutos secos, verduras orgánicas, pollo y carnes sin el uso de antibióticos) se volvieron inalcanzables para las familias e individuos de bajos ingresos, a pesar de las ayudas estatales y federales.
Los precios de los alimentos en el hogar aumentaron un 11,3%, y el precio de los huevos de gallina un 70% interanual, según la Oficina de Estadísticas Laborales de EEUU (BLS, por sus siglas en inglés).
Casi 2 de cada 3 consumidores en EEUU llega con lo justo al final de mes.
Alrededor del 64%, casi 170 millones de estadounidenses entraron en esta categoría al concluir el año pasado, según un estudio de varias agencias.
Gallup informó que, "la mayoría de los estadounidenses, el 56% afirma que los aumentos de precios causan dificultades financieras para sus hogares, frente al 49% en enero y al 45% en noviembre".
"Cuando observamos lo que ocurre con el consumidor, la columna vertebral de la economía estadounidense, vemos una clara pérdida de impulso", declaró a Bloomberg TV Lindsey Piegza, economista jefe de Stifel Nicolaus &Co. en Chicago.
Muchos consumidores han podido recurrir a ahorros extras para mantener el gasto, pero ya dos años es demasiado para soportar la carga.
Según NBC News: “La Reserva Federal de Nueva York informó que el crecimiento promedio en los ingresos de los hogares en enero cayó del 4,6% al 3,3%. Ese es el mayor descenso en un mes en los casi 10 años de historia de la encuesta”.
Cuando se analiza el alza de precios de los alimentos en EEUU en 2022 respecto al 2021, que ya eran elevados, los datos son espeluznantes, según el análisis publicado en diciembre de la firma global de estudios de mercado y precios, Statista Inc.
La carne de cerdo y de vacuno (+76%), verduras (+72%), la leche (+70%), carne de pollo y pavo (+70%), huevos (+70%), aperitivos (+57%), pan (+51%), cereales (47%), comida congelada (47%), pescado (+44%), bebidas gaseosas (42%), conservas (43%).
Y a los alimentos se suman otros productos como artículos de cuidado personal (+50%), enseres relacionados con la salud (+43%), comida para mascotas (34%), productos de papel (+57%).
A todo lo anterior se agregan los incrementos del costo de energía eléctrica en los últimos 6 años, los seguros de salud, vivienda y vehículos que suben sin freno en muchos estados, año tras año, desde hace más de una década; el gasto en la gasolina que se mantiene por encima de los 3 dólares y estuvo durante casi 7 meses sobre los 4 dólares, junto a los [desorbitantes precios] en la compra y renta de viviendas y de vehículos de todo tipo.
Un alimento vital para niños, adultos y personas de la tercera edad son los huevos de aves, muy utilizados entre los estadounidenses e hispanos también en los desayunos.
Luego del descomunal incremento del año anterior, ahora en enero la adquisición de este producto subió 8,5%, junto a los cítricos, cereales y alimentos horneados.
Según el Departamento de Agricultura, un brote de gripe aviar a finales de diciembre exterminó más de un millón de aves. Pero sobre las carnes y aves, desde hace meses comenzaron a propagarse -de manera sospechosa- devoradores incendios en decenas de grandes plantas procesadoras y granjas de ganado vacuno, cerdos y aves.
Además de eso, reportajes en diferentes cadenas locales en diversos estados han revelado declaraciones de granjeros que afirman que algún producto -presuntamente- se ha añadido a la comida tradicional para aves y ha provocado, según los propietarios entrevistados, que la producción de huevos haya mermado en muchos casos más de un 60%. Los argumentos se encuentran ahora bajo investigación de entidades estatales y federales.
Las inversiones empresariales se ralentizaron en el último trimestre de 2022 y la construcción de viviendas siguió en detrimento a medida que el “boom inmobiliario” retrocedía durante 11 meses consecutivos.
Apenas en el primer mes de 2023, más de 60.000 empleados de transnacionales de la tecnología fueron despedidos, al tiempo que otras empresas medianas y pequeñas se han sumado.
Para los cientos de miles de trabajadores cesantes, con altos salarios, será muy difícil devengar ingresos similares en otras empresas al menos en este año, un fenómeno que los empuja hacia las márgenes de los sectores poblacionales mayormente impactados por el elevado costo de vida actual en EEUU.
Por lo general, gran parte de los empleos disponibles en diferentes sectores del país oscilan entre los 13 y los 20 dólares por hora. Los mejores salarios pertenecen a puestos con alta especialización o experiencia ejecutiva probada, una de las razonas por la que permanecen vacantes unos 10 millones de posiciones laborales.
Menos consumo, despidos masivos y freno en las contrataciones podrían ayudar a aliviar de forma ágil la inflación; sin embargo, la administración Biden y la extrema izquierda se empeñan en sus políticas a largo plazo de cambio climático y de repartir decenas de miles de millones de dólares a entidades, organizaciones y gobiernos en todo el mundo, para diferentes fines alejados de las necesidades de los norteamericanos.
Hasta un estipendio durante 6 meses, de manera insólita, comenzó a entregar la Casa Blanca a policías y miembros del ejército en el Líbano.
La guerra de Ucrania ha costado a los contribuyentes más de 110.000 millones de dólares, mientras que sigue abierto el grifo de los fondos destinados al conflicto, y prosiguen las promesas de Biden de apoyar el tiempo que sea necesario y después en la recuperación del país invadido. Una reciente encuesta de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research da cuenta de que casi un 60% de los estadounidenses desaprueba el envío de armas y ayudas económicas y financieras a Ucrania.
El primer paquete de dinero para comenzar -supuestamente- a reparar la red eléctrica ya salió de Washington ($125 millones). Y es apenas el inicio.
El Pentágono acaba de conceder 522 millones de dólares a dos compañías (Northrop Grumman Systems Corp. y Global Military Products Inc.) para fabricar municiones de artillería de 155 mm para Ucrania. Y así la lista no parece terminar a corto ni mediano plazo.
Todos esos gastos agregan combustible a la inflación, que apenas cedió una décima en enero.
Hasta el momento, la disminución de la inflación más bien refleja [la moderación] de la escasez creada por los problemas en las cadenas de suministros y precios más bajos de la gasolina. Pero los aumentos de las tasas de interés, desde marzo del año pasado, no han surtido el efecto esperado en el mercado laboral, que sigue sólido a pesar de decenas de miles de despidos de grandes empresas de tecnología, y de otros sectores.
Ante las restricciones al petróleo de Rusia en Europa, el precio del barril de crudo se mantiene entre los 80 y 90 dólares, y de continuar el conflicto armado y a medida de que China incremente el consumo, la tendencia de valor es al alza. La inflación, a pesar de las acciones de la Reserva Federal (por cierto bastante tardías) demorará mucho tiempo en regresar al 2%, la meta del Banco Central.
lmorales@diariolasamericas.com