jueves 21  de  marzo 2024
EEUU

4 de Julio: libertad y prosperidad, dos principios básicos

A 243 años de la Declaración de Independencia, los Estados Unidos de América continúa mirando al futuro, sin olvidar la ruta recorrida, con escollos y triunfos que definen la nación
Por JESÚS HERNÁNDEZ

MIAMI.- Con apenas un puñado de hombres, pero colmados de buenas ideas, la Declaración de Independencia logró corroer las bases del colonialismo y establecer los principios básicos de libertad y prosperidad que distinguen a la nación estadounidense.

La historia señala cómo los deseos de independencia se fraguaron el 4 de julio de 1776, cuando un grupo de criollos, descendientes de británicos, irlandeses y otras nacionalidades, optaron por exponer sus principios de emancipación desde las calles de la naciente ciudad de Filadelfia.

Revolución

Basta leer el relato histórico para conocer que el proceso de independencia comenzó años antes y que tuvo como detonante, la arrogancia de la Corona británica y las medidas arancelarias, que obligaban a los colonos productores a pagar sumas extraordinarias para engordar las arcas de la monarquía.

De hecho, el 16 de diciembre de 1773 tuvo lugar en Boston un precedente de guerra, al que llamaron Motín del Té, cuando se retó al Gobierno colonialista y se lanzó al mar un gran cargamento de la preciada planta, en protesta por los altos impuestos a pagar.

Sin embargo, la confrontación militar estalló más tarde, el 18 de abril de 1775, cuando “un batallón de soldados británicos viajaban de Boston a Concord y dispararon contra colonos milicianos que protegían sus plantaciones en Lexington”, lo que, aseguran, “hizo saltar la chispa” que dio comienzo a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, la también llamada Revolución Americana, como señala el libro titulado 1776, del historiador David McCullough, ganador del Pulitzer Prize.

Entretanto, representantes de los 13 territorios colonizados en Norteamérica, que entonces se extendían a lo largo de la costa este de la actual nación estadounidense, se reunieron en Filadelfia, bajo la dirección de Benjamin Franklin, Thomas Jefferson y John Adams, para discutir los pormenores de lo que luego llamarían la Declaración de Independencia.

El documento fue votado el 2 de julio de 1776 y proclamado dos días después, en la antigua casa de la asamblea de Pennsylvania, que hoy conocemos como Independence Hall.

“Miles de habitantes de la ciudad acudieron a la plaza del entonces Congreso estatal para escuchar el llamado a la independencia y aclamar la emancipación”, recuerda la publicación.

Sin embargo, mientras la Declaración de Independencia era adoptada aquel día de julio, la lucha por la emancipación continuaba en el frente de batalla.

La nación

La independencia no fue reconocida por la Corona británica hasta el 3 de septiembre de 1783, cuando el Imperio británico aceptó la emancipación de las Trece Colonias y firmó el Tratado de París.

Por otro lado, el orden de gobernación dio lugar a la creación de la ley fundamental, que hoy es la Constitución nacional vigente más antigua en el mundo, dada el 17 de septiembre de 1787, que fue finalmente adoptada el 4 de marzo de 1789 tras ser ratificada por el pueblo a través de convenciones realizadas en cada uno de los 13 estados.

En el transcurso de los años, el territorio estadounidense aumentó con la compra de Louisiana a Francia en 1803, la cesión de la Florida por parte de España en 1821 y la rebelión de los colonos estadounidenses en Texas, que conllevó a la intervención militar en el norte del antiguo México en 1848 y la adjudicación de aquellos territorios, incluyendo a California.

Desde entonces, Estados Unidos de América se convirtió en una poderosa nación, sobre la base de la Revolución Industrial, el sistema económico capitalista y las grandes inmigraciones que persisten en nuestros días.

Celebración en Filadelfia

Philly, como le llaman sus dos millones de habitantes, descansa en la margen del río Delaware, donde está el viejo muelle y resalta la calle Chestnut con el Independence Hall.

En la histórica edificación, que fue construida de ladrillo rojo hacia 1732, radica el museo que recoge el salón que fue testigo del llamado a la separación de la corona británica.

La campana que anunció el histórico suceso descansa hoy en un salón expositor, que está situado frente a la antigua morada.

Cada 4 de julio el país celebra la Independencia y la ciudad que fue testigo del hecho histórico festeja el gran día como ninguna otra.

Cuando el Sol apenas comienza a calentar, la gente sale a la calle y se agolpa a lo largo de la calle Chestnut para presenciar el gran desfile festivo.

Vecinos de la ciudad visten a la antigua usanza de la época colonial para rememorar la gran fiesta patria, los niños se aglomeran en las aceras para ver pasar bandas de música y viejos carruajes tirados por caballos que hace más de 100 años dejaron de transitar.

La Casa de Betsy Ross, donde se compuso la primera bandera de las estrellas y barras, es centro de atención.

También lo es el Independence Hall y la explanada que distingue el Museo de Bellas Artes, adonde acuden miles de familias a celebrar el gran día con un concierto de música al aire libre.

Más tarde, cuando el Sol se esconde, el cielo se ilumina con el resplandor de los fuegos artificiales que llevan al rojo, el azul y el blanco por los colores de nuestra bandera.

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