MIAMI.- FABIANA STEINMANDER WEB / DLA
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Una vez que Alan Gross llegó a Estados Unidos, la expectativa crecía por escuchar sus palabras y sobretodo ver su condición de salud. Su aparición en público y en libertad, frente a decenas de cámaras y micrófonos se cumplía tras casi cinco años en cautiverio.
"¡Felices fiestas!", fueron las primeras palabras pronunciadas por el estadounidense recién liberado por Cuba, "Para mí es el mejor de los tiempos. Es una gran bendición ser ciudadano de este país. Gracias presidente, por todo lo que usted ha hecho".
Este miércoles ambos mandatarios anunciaron en cadena nacional, en sus respectivos países, la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.
Gross reconoció "los extraordinarios esfuerzos" de su esposa Judy con quien ha estado casado por 40 años "por restaurar mi libertad". También destacó la labor de los congresistas estadounidenses que fueron a Cuba a mediar por él.
"Agradezco a todos los congresistas, republicanos y demócratas, que se sometieron a mis quejas y me ayudaron a recuperar mi peso", dijo. "Gracias por tratar" -agregó- mientras una leve sonrisa se le dibujada en su rostro y bromeaba al señalar que estaría disponible "tan pronto como recupere mi dentadura".
Gross cerró su breve discurso pidiendo total y completa privacidad e insistió en su deseo de unas "felices fiestas para todos".
