Este fin de semana gran parte del oeste de Estados Unidos, desde Phoenix hasta Los Angeles, se encuentra bajo una nube de intenso calor con temperaturas que superan los 37 grados centígrados, mientras un sistema de alta presión centrado sobre Nuevo México bloquea el paso de aire fresco, aumentando el nivel de sequía en los valles, desiertos y montañas.
Esta elevación de los termómetros ha llevado a las autoridades a alertar a la población a tomar medidas como el no dejar a niños pequeños ni mascotas en el interior de vehículos, mantenerse hidratados, y hacer uso de bibliotecas y otros lugares públicos que estarán abiertos hasta tarde como refugios para quienes no cuentan con aire acondicionado.
El golpe más fuerte de calor lo ha recibido Phoenix, donde este viernes se rompió un récord de temperatura cuando los termómetros alcanzaron los 47 grados centígrados. Este nivel supera por tres o cuatro grados el récord máximo de calor alcanzado en el año 1992, según confirmó Dan Leins, del Servicio Meteorológico Nacional. "Permanezcan bajo techo si pueden. Es peligroso, independientemente de qué tan acostumbrados estén al clima, porque puede ser mortal", advirtió el especialista.
Adicionalmente esta ola de calor y los fuertes vientos que azotan la región occidental del país han avivado los incendios forestales. De hecho, el Servicio Meteorológico Nacional emitió alertas de calor excesivo para el sur de California, la previsión es de 35 grados centígrados para el centro de Los Angeles, 42 grados para San Fernando Valley y otros valles, y 47 grados para Palm Springs.