WASHINGTON — El presidente Jo Biden aseguró el lunes que los estadounidenses pueden “tener confianza” en que la banca nacional es segura después de dos importantes quiebras recientes y los temores de un efecto dominó.
WASHINGTON — El presidente Jo Biden aseguró el lunes que los estadounidenses pueden “tener confianza” en que la banca nacional es segura después de dos importantes quiebras recientes y los temores de un efecto dominó.
“Sus depósitos estarán allí cuando los necesiten”, afirmó Biden, sin embargo dos bancos se han declarado ya en quiebra: Silicon Valley y Signature Bank.
La alta inflación creada por las políticas económicas erradas de la administración Biden obligó a la Reserva Federal (Fed o Banco Central) a emprender sistemáticas subidas de tasas de interés con el objetivo de frenar las presiones inflacionarias.
Tras un año de inercia, el Banco Central decidió actuar pero ya demasiado tarde en medio de una escalada de precios que elevó la inflación a 9,1%, el peor registro en cinco décadas.
Los reguladores bancarios federales optaron por cerrar de manera urgente el Silicon Valley Bank el viernes 10 de marzo cuando los depositantes retiraron miles de millones de dólares de la institución en cuestión de horas.
Se trató del segundo peor colapso bancario en la historia de Estados Unidos, solo detrás de la quiebra de Washington Mutual en 2008. Pero el derramamiento de sangre financiero fue rápido: Signature Bank, con sede en Nueva York, también quebró.
Otras entidades regionales también cedían como la californiana PacWest (-54,74%), Western Alliance (-82,47%) con sede en Phoenix (Arizona) o Zions Bancorporation (-31,60%), de Salt Lake City (Utah).
Biden, desde la Casa Blanca, presionó por una mejor supervisión y regulación de los bancos más grandes. Y prometió que los contribuyentes no cargarán con las pérdidas.
“Debemos saber todo lo que sucedió”, dijo. “Los estadounidenses puede confiar en que el sistema bancario es seguro”.
Biden agregó que los directivos de los bancos deben ser despedidos, en una insólita intromisión en una empresa privada.
“Si la FDIC se hace cargo del banco, las personas que lo dirigen ya no deberían trabajar allí”, dijo, refiriéndose a la Corporación Federal de Seguro de Depósitos, la agencia responsable de garantizar la estabilidad del sistema bancario.
Con más de 110.000 millones de dólares en activos, Signature Bank es la tercera quiebra bancaria más grande en la historia de Estados Unidos.
Los sucesos causaron gran preocupación en los mercados al inicio de sus operaciones el lunes. Los mercados asiáticos y europeos cayeron, pero no de forma espectacular, y los futuros de Estados Unidos bajaron.
El mandatario también instó al Congreso y a los reguladores a “fortalecer las reglas” sobre los bancos .
Mientras tanto, las autoridades estadounidenses intervienen para rescatar a los clientes del banco SVB, que quebró la semana pasada, y tratan de contener cualquier contagio.
Las autoridades estadounidenses anunciaron el domingo, seguidas de sus homólogas británicas el lunes, medidas para proteger el dinero depositado en el banco californiano Silicon Valley Bank (SVB), y tranquilizar a los clientes particulares y las empresas.
El domingo, las autoridades estadounidenses dieron a conocer medidas radicales para rescatar en su totalidad el dinero de los clientes del fallido SVB y prometieron que otras instituciones ayudarán a satisfacer las necesidades de los clientes, al tiempo que anunciaron que los reguladores habían cerrado un segundo banco tecnológico.
En un comunicado conjunto las agencias financieras y el Departamento del Tesoro dijeron que los clientes del SVB tendrían acceso a "todo su dinero" desde este lunes 13 de marzo, y que los contribuyentes estadounidenses no pagarán por el descalabro.
Al mismo tiempo, la Reserva Federal (Fed, banco central), la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) y el Departamento del Tesoro dijeron que se haría la "reposición completa" a los depositantes del Signature Bank.
Y en un precedente potencialmente importante, la Fed anunció que dispondrá de fondos adicionales para ayudar a los bancos a responder a las necesidades de sus depositantes, incluyendo los retiros.
"El sistema bancario estadounidense sigue siendo resiliente y contando con una base sólida", debido en buena parte a las reformas hechas después de la crisis financiera de 2008, que introdujeron nuevas salvaguardas para la industria bancaria, dijeron las agencias.
"Estas reformas, combinadas con las medidas de hoy, demuestran nuestro compromiso a dar los pasos necesarios para asegurar que los ahorros de los depositantes permanezcan a salvo".
Por su parte, el gobierno británico anunció que la filial de SVB en ese país fue vendida a HSBC, que precisó haberla adquirido por la cifra simbólica de una libra.
"Silicon Valley Bank (UK) ha sido vendido hoy a HSBC", indicó el Tesoro en un comunicado. "Los clientes de SVB UK podrán acceder a sus depósitos y servicios bancarios con normalidad a partir de hoy", agregó.
La FDIC garantiza depósitos, pero solo hasta 250.000 dólares por cliente y por banco.
La ley federal bancaria, sin embargo, le permitiría al FDIC proteger depósitos no asegurados si no hacerlo puede poner en riesgo el sistema, reportó The Washington Post.
El viernes, los reguladores tomaron el control del SVB, un prestamista clave entre las empresas emergentes de Estados Unidos desde la década de 1980, tras una ola de retiros masivos de sus clientes que dejó al banco en dificultades para salir a flote por sí solo.
Horas antes del comunicado conjunto del domingo, la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, señaló que el gobierno quería evitar un "contagio" financiero por el colapso de SVB, pero descartó un rescate de la entidad.
"Queremos asegurarnos de que los problemas que existen en un banco no creen un contagio a otros que son sólidos", dijo Yellen durante una entrevista con la cadena CBS.
Con el futuro del banco y sus miles de millones de dólares en depósitos en el limbo, funcionarios de las tres agencias emprendieron una carrera para diseñar una solución justo horas antes de que abrieron los mercados en Asia, y para prevenir potencial un pánico financiero.
La bolsa de Tokio cerró este lunes en baja de 1,11%. Los inversores castigaron al sector bancario el jueves tras conocerse la dimensión de los problemas de SVB, pero el viernes las acciones en algunos grandes bancos reportaron ganancias.
Desde el viernes se conocieron llamados a un rescate del SVB desde los sectores tecnológico y financiero.
Yellen aseguró no obstante que las reformas realizadas tras la crisis financiera de 2008 cerraban la puerta a esa posibilidad.
"Durante la crisis financiera, hubo inversores y propietarios de grandes bancos que fueron rescatados... y las reformas que se han puesto en marcha significan que no vamos a volver a hacer eso", dijo.
En su declaración conjunta sobre los últimos problemas bancarios y los esfuerzos para proteger a los depositantes de SBV y Signature, las agencias enfatizaron que los accionistas y ciertos tenedores de deuda no garantizada no estarán protegidos y que la alta gerencia ha sido removida.
Tras la quiebra de Lehman Brothers en 2008 y el consiguiente colapso financiero, los reguladores estadounidenses exigieron a los principales bancos que mantuvieran capital adicional en caso de problemas.
El colapso de SVB representa la mayor quiebra bancaria en Estados Unidos desde la crisis de 2008 por volumen de activos.
Poco conocido por el público en general, SVB se especializaba en financiar start-ups (empresas emergentes) y se había convertido en el decimosexto banco más grande del país por activos: a fines de 2022 tenía 209.000 millones de dólares en activos y aproximadamente 175.400 millones de dólares en depósitos.
La compañía se jactaba de tener "casi la mitad" de las empresas tecnológicas y biocientíficas financiadas por inversores estadounidenses, lo que llevó a muchos a preocuparse por los posibles efectos dominó de su colapso.
Los grandes bancos y los gigantes de la tecnología en Estados Unidos se preparan desde hace meses para enfrentar en 2023 una agudización de las consecuencias provocadas por las políticas económicas del gobierno de Joe Biden.
Cada semana que transcurre las señales son más claras de lo que será el 2023 para los estadounidenses. Si el 2021 y 2022 fueron difíciles, el presente se dibuja peor, según los indicadores económicos y las previsiones del sector empresarial y financiero.
Al anticipar un fuerte deterioro de la economía estadounidense y una posible ola de impago de deudas, los grandes bancos en el país incrementaron sus reservas y estudian las facilidades de préstamos que permitieron en el pasado el acceso rápido y directo de millones de clientes.
Los bancos preparan el terreno para enfrentar la eventualidad de que sus clientes no puedan pagar sus deudas. Por eso, JPMorgan Chase separó 1.400 millones de dólares, Citigroup $640 millones, Bank of America, $403 millones y $397 millones tiene listo Wells Fargo.
En el último cuarto del año, los grandes bancos estadounidenses obtuvieron jugosas ganancias, beneficiándose en parte del encarecimiento de los préstamos por las siete subidas de tasas de interés del Banco Central para contener la inflación. En algunos casos, los ingresos netos fueron mucho menores que en igual período de 2021.
El beneficio neto aumentó en el cuarto trimestre 6% a 11.000 millones de dólares para JPMorgan, y 2% con $6.900 millones para Bank of America.
En cambio, cayó 21% (2.500 millones de dólares) para Citigroup y 50% ($2.900 millones) para Wells Fargo.
El banco de inversiones estadounidense Goldman Sachs registró un declive sin precedentes de 69% de sus ganancias en el cuarto trimestre de 2022 respecto a igual período de 2021, principalmente por la caída de su negocio de asesoramiento y gestión de patrimonios.
La facturación bajó un 16% hasta los 10.600 millones de dólares y su beneficio neto se situó en apenas 1.200 millones de dólares en el trimestre. El banco triplicó sus provisiones de dinero con el objetivo de prevenir inminente ola de impagos.
FUENTE: Con información de AFP