MIAMI.- Las alianzas establecidas por el candidato presidencial demócrata Joe Biden con el ala de la extrema izquierda que domina ese partido, para lograr la nominación, se han convertido en un riesgo para el país.
MIAMI.- Las alianzas establecidas por el candidato presidencial demócrata Joe Biden con el ala de la extrema izquierda que domina ese partido, para lograr la nominación, se han convertido en un riesgo para el país.
Así piensa el exsubsecretario de Estado Adjunto para el hemisferio occidental, Otto Reich quien considera que, si Biden gana las elecciones, las decisiones finales en el Gobierno no estarían en sus manos, sino de la izquierda radical que domina el partido y con la que ha pactado esa alianza. A ese factor, señala Reich, se puede añadir la avanzada edad del candidato para ocupar el máximo cargo.
En analista sostiene que todas las elecciones son importantes, pero a su juicio las de noviembre próximo lo son más.
“Lo que ha pasado en el partido demócrata es que ha hecho un giro a la izquierda muy fuerte, ya venía haciéndolo por varias elecciones y presidencias”, advirtió.
En opinión de Reich, el temor no es que Joe Biden en sí tenga una historia de ser extremista izquierda.
“No la tiene, pero desafortunadamente desde que decidió que quería ganar nuevamente la nominación demócrata que había tratado de conseguir sin éxito tres veces antes en los últimos 30 años, desde ese momento, él se dio cuenta de que el partido se había movido tanto a la izquierda que para ganarle a los otros contrincantes -como Bernie Sanders (que se declara “socialista demócrata”), Elizabeth Warren, Kamala Harris-, él tenía que dar un fuerte giro a la izquierda y lo ha hecho, eso es uno”.
“Segundo, Biden está rodeado de políticos de su partido que son de izquierda, uno de sus asesores más importantes es Christopher Dodd (senador demócrata de 1981-2011), que cuando estaba en el Congreso estaba a favor de los sandinistas (Frente Sandinistas de Liberación Nacional, FSLN) en Nicaragua, a favor del FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) de El Salvador, y el récord está en todos los discursos que dio en el Congreso y la legislación que introdujo que en aquel momento era de atarle las manos a la administración del presidente (Ronald) Reagan (1981-1989) para frenar la política de Reagan en Centroamérica, con dos regímenes de izquierda apoyados por el régimen comunista de Cuba. Christopher Dodd es un político”, aseguró Reich, un diplomático de carrera que trabajó con las administraciones de los presidentes Ronald Reagan, George H. W. Bush, y George W. Bush.
Dodd fue uno de los senadores que respaldó al régimen sandinista en Nicaragua y se opuso desde el Congreso de EEUU a ofrecer ayuda financiera a las fuerzas que podían hacerle frente a la implantación de un sistema dictatorial en la nación centroamericana. Los llamados “contras” en su mayoría eran campesinos dispuestos a combatir a la nueva dictadura que contaba con el apoyo y asesoramiento del régimen de La Habana entonces encabezado por Fidel Castro.
De resultar electo Biden en noviembre, “no va a ser el presidente como consideramos que debe serlo, advirtió Reich. No sería él quien tomaría las decisiones finales”.
Reich asegura que de ganar el binomio Biden Harris, en ese equipo presidencial también se vería la influencia de Bernie Sanders, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y de otros muchos miembros del Congreso que le han hecho posible a Joe Biden llegar a la posición que luchó por alcanzar toda su vida.
Biden se lanzó a la candidatura presidencial por primera vez en 1988, y desde entonces ha estado tratando de conseguirla. El candidato demócrata llegó a Washington en 1973 como senador de Delaware en el Congreso hasta el 2009. La segunda vez que se postuló para alcanzar la candidatura presidencial fue en 2008, pero no lo logró, pero fue seleccionado como la fórmula presidencial de Barack Obama (2009-2017).
“Él va a tener que hacerle caso a toda esa gente por los compromisos adquiridos para conseguir la nominación presidencial”, sentenció Reich.
También Reich hizo una observación acerca de la avanzada edad del candidato para el alto cargo, un tema que ha trascendido y es de preocupación en muchos círculos políticos.
La fórmula de Biden
Para Reich, la compañera de fórmula escogida por Biden confirma el giro que el expresidente ha dado a la izquierda.
“Kamala Harris tiene una historia de apoyo a posiciones de izquierda, por supuesto que quiere dar la impresión de que es moderada, pero no tiene una historia de políticas moderadas”.
Harris es señalada de respaldar una política proaborto. Así lo indica una de sus últimas actuaciones en el Senado al votar en contra de un proyecto de Ley cuyo propósito es garantizar que los bebés que sobrevivan a procedimientos de aborto puedan recibir atención médica.
La anterior información es récord público contenido en documentos del Senado. Ocurrió el 25 de febrero de este año. 56 senadores votaron a favor de la asistencia médica a los bebés sobrevivientes después de un procedimiento para interrumpir un embarazo; 41 estuvieron en contra y 3 no votaron.
“Se habla muy poco del anticatolicismo de Kamala Harris, apuntó Reich. En algunos medios de comunicación de habla hispana se ha mencionado porque muchos hispanos [que los leen] son católicos. En los medios de habla inglesa no he visto ningún comentario en cadenas como CNN, MSNBC, en los periódicos Washington Post, New York Time no mencionan absolutamente nada que pueda dañar la oportunidad de Biden y de Harris de ganar. Ellos están censurando cualquier información que les pueda causar daño político a los candidatos demócratas”, afirmó Reich.
Finalmente, el experto argumentó que Biden se ha visto precisado a abandonar sus posiciones más moderadas, “por no le queda más remedio”, teniendo en cuenta que “entre los demócratas no hay otra ala. No hay a la derecha y el centro se ha unido con la izquierda”.
Las fundadoras de la organización, tres mujeres de la raza negra han declarado que el movimiento se define con la ideología marxista, y es afín al régimen de Venezuela.
“No tenemos que especular mucho, lo hemos visto el partido demócrata se ha rendido a las posiciones extremistas del movimiento Black Lives Matter”, dijo Reich.
A su juicio, hay que separar el tema de Black Lives Matter con la lucha antiracial.
“Una cosa que ha habido sin duda en este país y yo he vivido en el sur de los Estados Unidos por muchos años, existe racismo, existen abusos por parte de la Policía no solo en contra de personas de color, pero más en personas de color que los blancos y eso si ha existido y hay que cambiarlo más, ha cambiado enormemente en los 60 años que lo he visto, he visto cambiar esa situación para mejor, muchísimo, pero todavía hay mucho campo para mejorar”, indicó.
“La otra parte es la agenda política extremista y marxista de los líderes de esa organización que se llama Black Lives Matter. Una es la aspiración de que todas las personas puedan participar en el sueño americano, en las oportunidades del país y de las libertades que merecen. La otra es que un grupo de extremistas ha creado una organización que se llama Black Lives Matter que está influenciando la política nacional a través del partido demócrata y de los medios de comunicación de habla inglesa, y eso es muy peligroso”, subrayó.
Escenario con BLM si ganan los demócratas
“Le van a dar muchísima importancia a esa organización y a aquellos políticos de izquierda, mencioné algunos, que no piensan que hay nada malo con la dictadura de Cuba como Bernie Senders, que dijo en la campaña que no sabía cómo la gente no reconoce lo bueno que hizo Fidel Castro. Esa es la mentalidad que hay dentro del partido demócrata, los demócratas no lo quieren admitir, eso es lo que llevó a Barack Obama a reconocer al régimen de Raúl Castro, sin tener concesiones del gobierno cubano, y por eso es que fracasó esa iniciativa. Fracasó porque el régimen de Cuba es un gobierno del crimen organizado y vieron que se había rendido el presidente de los Estados Unidos, que les estaba dando todo lo que le pedía Raúl Castro como el quitar a Cuba de la lista de países terroristas, que les diera permiso a los estadounidenses para viajar como turistas sin problema ninguno, que les quitara las limitaciones a las remesas, que las compañías americanas invirtieran en Cuba”.
“Lo anterior falló”, sostuvo el experto en política exterior, “porque Cuba es un régimen totalitario que controla los poderes del estado y las instituciones donde no existen garantías para la inversión privada”.
Tanto Biden como Harris se han pronunciado a favor de una apertura para las relaciones con el régimen de Cuba.
@FloresJudith7
[email protected]