MIAMI.-LAURA RIVERA
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En el debate de este jueves por la noche, la aspirante a la nominación demócrata sacó sus garras y se mantuvo en una clara postura ofensiva, marcando las debilidades del candidato que se autoproclama socialista
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Aparentemente, la precandidata a la presidencia Hillary Clinton está dolida, no sólo por su fuerte derrota ante Bernie Sanders en las recientes primarias de New Hampshire y el casi empate que obtuvo con su contrincante en Iowa, sino también porque éste le arrebató a grupos que ella viene defendiendo desde hace tiempo, como al del género femenino, y a otros fundamentales como el de los jóvenes.
En el debate del jueves por la noche, la aspirante a la nominación demócrata sacó sus garras y se mantuvo en una clara postura ofensiva, marcando las debilidades del candidato que se autoproclama socialista. Destacó en casi todos los temas sus profundos conocimientos en política, haciendo alarde de su experiencia y trayectoria, frente a las ideas -a veces carentes de metodologías puntuales- que planteó el senador por Vermont.
Atenta a señalar las flaquesas de su copartidario, lo acusó sistemáticamente de no detallar varias de sus propuestas de gobierno, de recriminarle injustamente que tuvo una conducta inapropiada al haber aceptado contribuciones de Wall Street y grandes compañías, y de haber criticado injusta y personalmente a Barack Obama.
Sanders, por su parte, se defendió con elocuencia. Por ejemplo, se quejó de haber recibido “un golpe bajo” cuando ella le dijo que lo consideraba una “decepción” por su postura contra el Presidente. Admitió que ha sido un crítico frecuente de la gestión de Obama pero señaló que las suyas no han sido críticas personales sino basadas en discrepancias de criterio y de estrategia. Remató diciendo que él es "amigo de Obama" y agregó una frase que fue la más tuiteada de la noche: "Uno de nosotros corrió contra Barack Obama. Yo no fui ese candidato".
Sin embargo, el senador por Vermont no siempre logró aportar los detalles concretos que le exigía Clinton en relación a sus amplios programas sociales y benefactores. Sus respuestas apuntaron a acentuar su ideología y proyectos generales en vez de dar detalles prácticos de cómo conseguirá sus objetivos.
Por su parte, la exprimera dama marcó la diferencia hablando de su paso por el Gobierno. Destacó, por ejemplo, sus recomendaciones a Obama que hicieron que se pudiera liquidar a Osama Bin Laden. Dijo que ella es la única que tiene un plan para acabar con el grupo Estado Islámico, algo que no es cierto, según las referencias publicadas por el sitio PolitiFact. Señaló que ella es la líder con más experiencia en política exterior, y que los votantes buscan un presidente con liderazgo y carácter para defenderlos ante estos temas y ante la amenaza del terrorismo.
En el tema migratorio, los dos coincidieron en que no quieren deportar a las familias de inmigrantes que viven en las sombras de la ley. Pero cuando el aspirante de Vermont dijo su postura, la exsecretaria de Estado recriminó: "Yo voté a favor de una reforma migratoria integral cuando estaba en el Senado -propuesta por Ted Kennedy y John McCain-; el senador Sanders votó en contra".
Él respondió recordando que grandes organizaciones latinas también se opusieron entonces a la reforma porque no garantizaba condiciones laborales de los inmigrantes y porque podía llevar a casos de explotación, y enfatizó en su deseo de regularizar la situación de los más de 11 millones de indocumentados que hay en el país.
Otro de los temas que se debatió fue el de los fondos de campaña que están recibiendo los aspirantes demócratas, que Sanders recibe de donantes particulares que aportan bajas sumas de dinero, mientras que Clinton tiene el respaldo de Wall Street y grandes corporaciones que le han dado montos millonarios.
La exprimera dama desvió su respuesta cuando se le preguntó cómo influirán sus donantes en su administración. Prefirió destacar el gran logro de su rival de haber conseguido sumar grandes montos con contribuciones pequeñas y pidió a sus seguidores que sigan ese ejemplo.
Ambos candidatos intentaron captar a las minorías afroamericanas, un grupo que según los sondeos está del lado de Clinton y que ahora podría incrementarse después de que ella consiguió el apoyo del Comité de Acción Política (PAC) del Caucus Negro del Congreso (CBC).
Sanders habló de subir los impuestos a los que más tienen, Clinton propuso continuar con el Obamacare y mejorarlo, el senador insistió en un plan de salud con más subsidios como los europeos, ambos criticaron al republicano Donald Trump... en fin, todas propuestas fueron más de lo mismo que venimos escuchando desde que comenzó el proceso electoral y los debates. No hubo grandes novedades o cambios.
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