sábado 9  de  noviembre 2024
DEBATE DEMÓCRATA

Clinton y Sanders divergen sobre Wall Street pero concuerdan sobre la guerra

Fue una conversación de amigos, salpicada con algunos desencuentros, pero al final fumaron la pipa de la paz. El debate demócrata lució más como una tertulia 

MIAMI.-RUI FERREIRA
Especial

En el fondo, el último debate demócrata antes de las primarias de la semana entrante en New Hampshire lució más como una tertulia entre amigos.

Los ánimos se caldearon tímidamente en una oportunidad, cuando la exsecretaria de Estado Hillary Clinton le exigió a su contendiente, el senador por Vermont, Bernie Sanders, que se dejara de insinuaciones y si tenía algo que decir que lo hiciera de frente. “Basta ya, mejor me habla claro, nunca he cambiado un voto por una donación. Es bueno acabar ya con esta campaña de descrédito”, se quejó la también exsenadora por Nueva York.

La "bronca", por decirlo de algún modo, viene de lejos. Tiene que ver con la acusación que Sanders ha hecho a lo largo de la campaña de que Clinton responde a los intereses especiales de las grandes corporaciones, a punto de montar un “súper comité de acción política” para ayudar a financiar esta elección, cuando el senador se opone terminantemente a ese tipo de financiamientos y aboga por una reforma del sistema electoral en ese sentido, algo que repitió anoche.

“La exsecretaria Clinton sí representa al sistema, al ‘establishment’”, aseveró Sanders, a lo que Clinton contestó: “Me divierte que el senador diga que soy la única mujer que quiere ser presidente y es apoyada por el sistema. Pero la gente me apoya porque sabe lo que soy capaz de hacer”. Y vino el desahogo.

El senador recordó entonces que Wall Street logró ser desregulado a base de contribuciones. “Los precios de las medicinas aumentan porque hubo contribuciones a los políticos. Hay una razón porque esta gente inyecta millones de dólares en el sistema político”, dijo.

Fue demasiado para Clinton. “No conozco a nadie que haya sido tan atacada como yo por los intereses especiales”. Sanders bajó entonces el tono pero el asunto vendría a salir a flote poco después de la mano de los moderadores de la cadena NBC, que patrocinó el debate, cuando uno de ellos le preguntó a Clinton si estaría dispuesta a revelar cuanto ha cobrado por dar conferencias a varias corporaciones financieras de Wall Street e, incluso, si estaría dispuesta a revelar su contenido. La idea sería verificar si en esas conferencias a puertas cerradas, Clinton es más complaciente en sus opiniones que en público.

“No sé, tendría que darle una mirada al asunto”, contestó la exsecretaria de Estado, al tiempo que aseguró que lo que gana en sus conferencias es lo que normalmente se paga en esas circunstancias. Sanders no dejó pasar la oportunidad. “Yo creo que el mejor negocio de Wall Street es la corrupción”.

Otro momento atrito fue cuando abundaron varios temas de política exterior. Los moderadores recordaron a Sanders que todavía no hice un discurso sobre el tema, que nadie sabe a ciencia cierta cuál es su filosofía en términos de política exterior si es electo a la Casa Blanca.

“Si, lo hice, pero estuvo integrado en otro tema. Entrando en materia, Estados Unidos no puede ser el policía del mundo, no puede hacerlo todo solo, necesitamos una coalición. La Administración debía decir claramente que no podemos hacerlo todo solo nosotros”, enfatizó el senador.

En términos generales, los dos están de acuerdo en el concepto de que la guerra contra el Estado Islámico no debe ser perpetua. Pero Sanders recordó que la única forma de acabar con ella es llevar al frente de batalla a los países árabes de la región. “El conflicto debe ser llevado a cabo por tropas musulmanas para que no corra el riesgo de eternizarse”, afirmó.

Ambos tampoco están de acuerdo con el despliegue de tropas estadounidenses en el terreno, aunque Clinton abogó por el envío limitado de fuerzas especiales, paramilitares, especialistas para entrenar al ejército de Irak y una campaña aérea. Cuando Sanders le recordó que ella estuvo de acuerdo con la guerra en Irak mientras él se opuso, la respuesta de la exsenadora fue perentoria: “Ya sé que en el 2002 tuvimos posturas divergentes sobre la guerra, pero ahora el problema es el Estado Islámico”.

El debate no entró en grandes profundidades sobre la economía, más allá de los reproches por la responsabilidad de la crisis financiera y la burbuja inmobiliaria, pero abordaron la cuestión de los acuerdos multilaterales a los cuáles Clinton ahora se opone, después que a su paso por el Senado apoyó a casi todos los suscritos por Estados Unidos en los últimos 15 años. “El acuerdo de la Cuenca del Pacífico no es aceptable”, dijo la exsenadora, “el problema es que el comercio debe ser recíproco y este acuerdo no da las suficientes garantías para el trabajador estadounidense”.

A su vez Sanders, que nunca en su vida política ha votado a favor de ningún acuerdo multilateral, cuando le preguntaron cómo pretende negociar con China, un gigante comercial, dio claramente a entender que no sería un proceso fácil.

“Yo creo en el comercio pero en un comercio justo, que asegure a los trabajadores estadounidenses. No creo que los acuerdos realmente crean empleos. Los trabajadores estadounidenses no deben estar compitiendo con los sueldos bajos de otros países. Tampoco quiero que las empresas de aquí vayan a otros países", dijo.

Fue una conversación de amigos, salpicada con algunos desencuentros, pero al final fumaron la pipa de la paz. Hillary Clinton no quiso contestar la pregunta sobre se invitaría a Bernie Sanders a ser su compañero de boleta pero aseguró que si es nominada lo primero que hará será telefonearle. Y el veterano senador ha agregado que no era tiempo de pensar en ello que todavía la carrera presidencial está comenzando.

LEA TAMBIÉN:

¡Recibe las últimas noticias en tus propias manos!

Descarga LA APP

Deja tu comentario

Te puede interesar