domingo 24  de  marzo 2024
Elecciones en EEUU

Clinton y Trump libran la guerra de las encuestas

Durante los días que faltan para los comicios presidenciales, Donald Trump y Hillary Clinton se atribuyen indistintamente la victoria, basados en los sondeos
Por RUI FERREIRA

@ruiefe

Los últimos días de la campaña presidencial estadounidense se han concentrado en los sondeos. Cada candidato se atribuye la victoria basándose en las encuestas, aunque muchas veces, como es el caso del republicano Donald Trump, no se sabe de dónde ha sacado las cifras que le gusta esgrimir en sus declaraciones.

Para él, eso es un detalle sin importancia. “Los periódicos mienten. Todos las encuestas dan la victoria a mi campaña y realmente hay toda una operación para escamotear esa realidad”, ha dicho el magnate inmobiliario en declaraciones a la cadena CNN.

Es cierto que CNN es una de las cadenas televisivas más activas en la divulgación de sondeos que, invariablemente, le dan la victoria la candidata demócrata Hillary Clinton. Pero no es la única, incluso la cadena Fox, que no oculta su conservadurismo y apoyo a Trump, no ha podido evitar un par de encuestas que dan la victoria a la exsecretaria de Estado. El detalle son las cifras. Para CNN, por ejemplo, el viernes la diferencia era de 8 puntos a favor de Clinton. La víspera, para Fox la diferencia era de apenas 4 puntos porcentuales. Mientras que RealClearPolitics, el indicador por el que se guían la generalidad de los observadores, situaba ayer la diferencia en 5.2 a favor de la demócrata.

“Los sondeos pueden parecer dispares porque las encuestadoras están orientándose hacia dos objetivos, los estados principales, cuyos votos son decisivos, y en el sentir general del electorado”, explica Michael Jacobson, un analista electoral de la Universidad de Boston.

Esto se detecta fácilmente en las declaraciones de Trump que sostiene que en Ohio está al frente en las encuestas, aunque eso no aparece reflejado en sondeos publicados por los grandes medios de prensa. Y aquí parece estar el meollo del problema, las encuestas pueden no estar reflejando el verdadero sentir del electorado.

Aunque los demócratas son más proclives a exteriorizar su pensamiento y opción política, en estas elecciones parece que lo mismo no sucede con los republicanos y habría muchos electores de ese color ocultando su pensamiento antes los encuestadores. La razón es fácil de concluir, muchos republicanos se sienten avergonzados por el estilo de campaña que el magnate neoyorquino ha desplegado y que ha revolucionado la forma de hacer política en Estados Unidos, con su forma de insultar y denigrar a sus oponentes, tratando de conquistar el voto de sectores menos ilustrados pero que constituyen la ‘América profunda’ siempre en busca de soluciones a sus carencias de clase media, mayormente rural.

“Personalmente conozco a muchos republicanos que no admiten abiertamente de que van a votar por Trump. Yo mismo tampoco lo hago. No importa si Hillary está arriba 5 puntos, lo cierto es que a lo mejor el día de las elecciones ella va al frente pero por un porcentaje mucho menor”, dijo a la revista Politico un republicano de West Virginia, un estado que históricamente ha votado republicano pero que este año los sondeos indican que estaría inclinándose hacia los demócratas.

Esta semana, la revista Politico reunió a un panel de activistas, estrategas y funcionarios que estudiaron las campañas en 11 estados claves. La conclusión fue clara. Siete de cada 10 activistas republicanos, o sea el 71%, sostuvieron que las encuestas no reflejan exactamente el electorado de Trump, más bien lo subestiman, porque muchos electores no quieren que se sepa su verdadera decisión electoral por el hecho de que el magnate es un personaje polémico que avergüenza a muchos.

Sin embargo, esta realidad puede ser la única esperanza a que Trump se puede agarrar en la mayoría de los estados claves, principalmente aquellos donde los indecisos suelen decidir las contiendas electorales. Todo esto porque los márgenes de error en algunos de los sondeos son mayores que la diferencia entre las dos campañas.

Es por ello que el hecho de que los sondeos en esos 11 estados claves reflejen que el 59% del electorado, de ambos partidos, afirma creer que Clinton será presidenta de Estados Unidos, puede no ser más que un espejismo si los republicanos ‘tapados’, que no reflejaron su verdadero pensamiento, salen a votar en masa.

Hay un hecho real. Desde el ciclo electoral del 2000, cuando George W. Bush se enfrentó a Al Gore, que el electorado estadounidense está dividido y virtualmente empatado. A partir de entonces las presidenciales se han decidido por un promedio de 52 a 48% de los votos, dos veces para los republicanos, igual número para los demócratas. Es ese 4%, aproximadamente, de indecisos donde se encuentra la clave del triunfo electoral. Gente que decide cómo votar en el último momento, mientras los demás desde el inicio de la contienda ya saben que van a hacer.

Pero éste año un nuevo elemento puede alterar profundamente esta correlación. Se llama Donald Trump y su forma de estar en la política, que ha obligado a muchos de sus seguidores a ‘entrar en la clandestinidad’ dispuestos a salir de ella sólo el 8 de noviembre.

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