El avance de la tecnología sobre el humano está golpeando al mercado laboral en muchos sectores. Esto se refleja en las tasas de desempleo, tanto en Estados Unidos como en la mayoría de los países desarrollados. Desde el ámbito industrial, empresarial, financiero y hasta el área de servicios, hay varios nichos que antes atraían avalanchas de trabajadores y que hoy sólo requieren un par de personas que supervisen lo que hacen las máquinas.
Este gran proceso no es negativo, según observó el economista Francisco Acosta Fragachán, consultado por DIARIO LAS AMÉRICAS. Lo que estamos viendo es “un cambio y reconfiguración importante del mapa laboral, del sistema productivo y empresarial tradicional”, dijo. La gente va a ser distribuida de forma distinta y el nuevo esquema absorberá la carencia de empleo, abriendo nuevas oportunidades, explicó.
“Estamos frente a una evolución que tiene impacto en la sociedad en su conjunto. Quien lo vea en forma estática está errando en la concepción del ser humano -que se adapta al entorno y tiene capacidad evolutiva-”. Estamos comenzando a ver a una “nueva sociedad en proceso de reorganización”, resumió.
La postura optimista del economista ante la carrera tecnológica y la automatización del trabajo está en sintonía con la que tiene la mayoría en EEUU. Un estudio de Pew Research Center publicado esta semana indica que dos de cada tres estadounidenses cree que en 50 años más, los robots y computadoras harán muchas tareas que hoy hacen los humanos, pero sólo uno de cada cinco cree que sus oficios y profesiones sufrirán o dejarán de existir.
Nuevas oportunidades
Aunque la tecnología está destruyendo puestos de empleo tradicional, también está permitiendo que los emprendedores y todas las personas tengan acceso a las plataformas tecnológicas y de comercialización.
Esto abre un abanico mucho mayor que el del siglo XX en cuanto a las oportunidades de trabajo independiente, o sea, fuera del entramado corporativo que antes limitaba a las personas para salir adelante, indicó Fragachán.
“Este proceso se traducirá en mayores beneficios para todos, mayor bienestar y mayor control del individuo sobre su futuro”, acentuó. Por ejemplo, las personas ya no estarán condicionadas a estudiar una carrera universitaria de 80.000 dólares para conseguir un empleo en una empresa, ya que podrán utilizar las redes y plataformas tecnológicas tanto para formarse como para hacer negocios y salir adelante por cuenta propia. Y tendrán la chance, incluso, de competir a la altura de una compañía y de lograr un éxito mayor.
Con la tecnología se reducen los caminos, se acortan las distancias y se abre el acceso a todos al gran mundo comercial. Hoy, por ejemplo, un músico ya no necesita que una gran discográfica como Universal Music Group lo contrate y lo promocione, ya que puede hacerlo él mismo a través de internet. Y aún más, él mismo puede grabar sus propios discos y hasta venderlos a nivel internacional a través de sitios de venta como Amazon.
El caso del músico muestra cómo las personas ya no dependen de que las corporaciones les den un empleo. Cuanto más emprendedoras, más rápido hallarán el camino para autoabastecerse y trinfar sin tener que cumplir horarios, sin desplazarse hasta un lugar específico o sin tener que obedecer a los jefes, ganando libertad, tiempo y comodidad, explicó el economista.
A su vez, las firmas, que ya no están contratando a mucho personal, están ganando en utilidad pura gracias a la tecnología. Ejemplos como Google, logran tener más del 80% de sus costos fijos, no variables, lo que es un gran éxito y les permite invertir en otros mercados o expandirse a otro nivel, según Fragachán.
Las empresas de telefonía, otro ejemplo, han logrado bajar muchísimo los costos en personal gracias a los grandes avances tecnológicos para el sector, y eso lo traducen en un servicio cada vez más barato y accesible para todas las personas.
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