MIAMI.– En medio de una semana política donde la crisis con Rusia ha ocupado los espacios noticiosos, en Estados Unidos ha pasado prácticamente desapercibido el hecho de que el presidente electo Donald Trump le ha plantado cara a uno de los más tenebrosos dictadores africanos.
Trump se negó a recibir al ‘presidente’ de la República del Congo, también conocida como Congo-Brazzaville o el viejo Congo francés, Denis Sassou-Nguesso, quien esperaba reunirse el martes con el magnate inmobiliario, en su calidad de “enviado espacial de alto nivel de la Unión Africana para Libia”, según un comunicado distribuido en la capital africana por su oficina de prensa.
Pero aparentemente, tras indagar sobre el pasado de Sassou-Nguesso, el presidente electo decidió dejar pasar la oportunidad, según la revista francesa Paris Match. De todos modos no está claro si el encuentro estuvo alguna vez en agenda, porque el equipo de transición de Trump ha dicho que no tenían ni idea de que el dictador africano estaba siquiera en Nueva York para ver al presidente electo. “A Nguesso no le quedó otra que regresar de manos vacías a casa porque ni en la Casa Blanca lo han recibido”, puntualizó la revista.
Todo comenzó el 26 de diciembre, cuando la oficina de prensa del dictador emitió un comunicado en el cual se decía que “el presidente Denis Sassou-Nguesso es esperado el 27 de diciembre en los Estados Unidos donde será recibido, en su calidad de presidente del comité de alto nivel de la Unión Africana sobre la Libia, por el presidente electo de Estados Unidos Donald Trump”.
Y detallaba: “Las conversaciones entre los presidente Donald Trump y Denis Sassou-Nguesso tienen como objetivo buscar la forma y los medios de salir de la crisis en Libia y, en un sentido más amplio sobre el resto de África y otras cuestiones internacionales”.
El comunicado estaba firmado por el jefe de despacho del dictador y trascendió fuera de las fronteras del Congo después que el portavoz de la presidencia lo incluyó en uno de sus habituales tuits propagandísticos.
Denis Sassou-Nguesso, de 73 años, asumió el poder unilateralmente en 1979 y se mantuvo allí hasta el año 1992 cuando fue apartado por un golpe palaciego. Sin embargo, regresó en fuerza cinco años después y desde entonces ha estado al frente de los destinos de la excolonia francesa. Su fortuna está evaluada entre 200 y 400 millones de dólares, pero los observadores del país petrolero consideran que pudiera ser mucho mayor.
De hecho, en el año 2013 las autoridades judiciales francesas abrieron un proceso contra el dictador africano al detectar que había invertido ilegalmente en Francia 60 millones de dólares en inmuebles. Un año después, el diario británico The Daily Telegraph reveló que Sassou-Nguesso había gastado 1.3 millones de dólares en ropa en tiendas parisinas en un plazo de 10 meses.
La República del Congo vive un conflicto interno precisamente por los 32 años en que el dictador ha estado en la esfera del poder. Según informes sobre derechos humanos del departamento de Estado y la organización humanitaria Freedom House, las milicias irregulares próximas a Sassou-Nguesso se caracterizan por las atrocidades contra la oposición. Las violaciones son particularmente feroces fuera de las ciudades donde es más difícil el escrutinio de la prensa mundial y organizaciones de derechos humanos. El Gobierno nunca ha podido controlar a los grupos irregulares oposicionistas y es particularmente incisivo contra la población que los respalda.
Según el portavoz del presidente electo, Hope Hicks, dijo a la agencia Reuters, un encuentro entre los dos jamás fue acordado y no habrá ninguno por el estilo antes de la toma de posesión el 20 de enero.
Por otro lado, durante la campaña Trump nunca ha manifestado gran interés en África más allá de una mención a la tragedia de los refugiados somalíes durante un mitin en Minnesota. El presidente electo ha conversado con varios jefes de Estado tras las elecciones de noviembre pero el único líder africano ha sido el presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi.
Sin embargo, es poco probable que el dictador congoleño tenga alguna vez la posibilidad de ver personalmente al ahora presidente electo. Trump ha nombrado como secretario de Estado a Rex Tillerson, el presidente de la petrolera Exxon/Mobil, quien conoce a Sassou-Nguesso bien y no es de su agrado. Resulta que en la década pasada, la petrolera estadounidense descubrió varis pozos de petróleo en la República del Congo pero al final el dictador decidió conceder su explotación a los franceses.