Para Albert Baraka, la ceremonia afuera de una oficina federal de inmigración en Lawrence, Massachusetts, fue breve, pero el cambio es para toda la vida.
Para Albert Baraka, la ceremonia afuera de una oficina federal de inmigración en Lawrence, Massachusetts, fue breve, pero el cambio es para toda la vida.
El joven de 20 años, que llegó a Estados Unidos hace seis años en calidad de refugiado del Congo, recitó el juramento de lealtad junto con otras nueve personas el jueves por la mañana, el último paso ceremonial para convertirse en ciudadano estadounidense.
Baraka, estudiante de administración de negocios en la Universidad de Norwich, un colegio militar privado en Vermont, dijo que desea que llegue el momento en el que podrá emitir su primer voto en las elecciones de este año.
“En estos tiempos difíciles, es una bendición”, dijo Baraka, de pie junto a su madre, quien se naturalizó hace unos meses, y su hermana. “Votar es lo más importante para mí ahora porque siento que es importante elegir sabiamente a quien quieres que sea tu líder, y hablar sobre lo que crees”.
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS por sus siglas en inglés), encargado de supervisar el sistema de inmigración legal del país, reanudó sus servicios presenciales en varias ciudades el jueves, luego de cerrar sus oficinas a mediados de marzo a causa de la pandemia de coronavirus.
La agencia realizó ceremonias de naturalización en pequeños grupos y permitió visitas limitadas en persona para entrevistas, tomas de datos biométricos y otros asuntos de inmigración. En Massachusetts, Baraka fue uno entre más de 100 personas en convertirse oficialmente en ciudadano estadounidense afuera de la oficina en Lawrence.
Sin embargo, grupos defensores de los derechos de los inmigrantes dijeron que la agencia aún no ha elaborado un plan eficiente para abordar la larga lista de personas ya autorizadas para naturalizarse, pero a las que les cancelaron su ceremonia de juramento en los últimos meses por la pandemia.
Más de 100.000 personas a nivel nacional se vieron afectadas, y miles de ellas corren el riesgo todos los días de quedarse sin tiempo para adquirir la naturalización antes de las elecciones presidenciales, de acuerdo con Boundless Immigration, una compañía tecnológica con sede en Seattle que ayuda a los inmigrantes durante el proceso de naturalización.
Las fechas límite de registro para las elecciones primarias se aproximan en varios estados, y los aspirantes a electores ya deben ser ciudadanos cuando se empadronen o corren el riesgo de enfrentar cargos penales o incluso un proceso de deportación, señalaron Boundless y otros grupos activistas.
La agencia federal, que ha dicho que necesita 1.200 millones de dólares en fondos de emergencia tan sólo para evitar caer en la insolvencia por los cierres económicos relacionados con la pandemia, dijo que las oficinas locales que reanudaron las actividades están enviando notificaciones a los solicitantes para reprogramar sus ceremonias canceladas.
El USCIS ha dicho que la ley federal requiere que la gente preste juramento “públicamente” y “en persona”, y que partes clave de la ceremonia no pueden llevarse a cabo virtualmente, tales como recoger las tarjetas de residencia permanente y emitir los certificados de ciudadanía.
FUENTE: AP