CIUDAD DE MÉXICO.- Después de un viaje relámpago a Washington para marcarle a Donald Trump una línea roja, México recibirá mañana viernes a los negociadores de Estados Unidos y Canadá para la segunda etapa de revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
El encuentro está precedido por la amenaza del presidente estadounidense de activar el mecanismo para sacar a su país del Nafta (o TLCAN, por sus siglas en español), como forma de presión. Para irse, Estados Unidos debe dar seis meses de preaviso a sus socios.
Sin embargo, el ministro de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray, marcó un límite el miércoles en Washington: si Trump hace eso, México se levantará de la mesa. El Gobierno mexicano ya había dicho antes que no negociaría con la soga al cuello.
Las reuniones que se celebrarán desde mañana hasta el martes en el hotel Hyatt de Ciudad de México, a unos pasos del señorial Paseo de la Reforma, son la continuación de una renegociación iniciada en Washington del 16 al 20 de agosto.
La razón por la cual se está revisando el acuerdo, vigente desde 1994, es precisamente la amenaza que hizo Trump de manera insistente desde su campaña de retirar a su país del pacto por considerarlo perjudicial para su economía y sus trabajadores.
El Nafta creó una zona de libre comercio sin aranceles para la mayoría de los productos entre los tres países, que suman unos 460 millones de personas. El intercambio comercial se multiplicó por cuatro en dos décadas a 1,1 billones de dólares anuales.
Canadá es el primer destino de las exportaciones estadounidenses en el mundo y México, el segundo. Pero Trump está a disgusto con el déficit de 64.000 millones de dólares anuales que su país tiene con México y atribuye al Nafta la pérdida de 700.000 empleos en su país.
"Creo que, probablemente, habrá al menos que iniciar el proceso de terminación antes de que se pueda llegar a hacer un buen trato", manifestó Trump esta semana en la Casa Blanca. Daba a entender que eso le ayudaría a lograr sus objetivos en la mesa de negociación.
Hubo una contundente respuesta de Videgaray cuando la prensa le preguntó a las puertas del Departamento de Estado el miércoles si México seguiría en la mesa de negociaciones en caso de que Trump pusiera en marcha la retirada. "No", dijo.
Y añadió: "Creemos que la negociación tiene ya un proceso, ya estamos en una renegociación y es una renegociación constructiva".
Videgaray y el ministro de Economía, Ildefonso Guajardo, viajaron a Washington, en una visita supuestamente programada antes de las declaraciones de Trump, para reuniones con el representante de Comercio, Robert Lighthizer, el secretario de Comercio, Wilbur Ross, y el secretario de Estado, Rex Tillerson.
En este contexto de declaraciones endurecidas se desarrollará a partir de mañana la segunda ronda de negociaciones. La agenda específica no se ha hecho pública, pero se anticipa que habrá un pronunciamiento al final, el martes.
Los negociadores estiman que habrá en total siete rondas de discusión en los próximos meses, con breves recesos entre una otra.
Buscan que la revisión del Nafta concluya hacia principios del próximo año, para evitar que las campañas para las elecciones generales de 2018 en México e intermedias en Estados Unidos afecten el proceso.
Entre las prioridades de Estados Unidos está la reducción del déficit, la eliminación del capítulo 19 de resolución de controversias -a lo que Canadá se opone de manera total- y hacer más estrictas las reglas de origen que determinan cuánto contenido norteamericano deben tener los productos de la región.
Por parte de México y Canadá hay interés en lo que denominan una "modernización" del pacto, incluyendo temas como telecomunicaciones y energía.
Después de su cita en México, los tres países volverán a la mesa este mismo mes en Canadá para la tercera ronda y en octubre se verán en Washington.
FUENTE: dpa