domingo 24  de  marzo 2024
ELECCIONES 2016

El efecto Trump en Centroamérica

Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras, deben ser prudentes con sus declaraciones diplomáticas, ya que Donald Trump no se parece al Presidente Obama
Por JAIME RAMIREZ ORTEGA

Contra todo pronóstico Donald Trump ganó las elecciones, convirtiéndose en el cuadragésimo quinto presidente de los EEUU y ha quedado en evidencia que la percepción de las casas encuestadoras no reflejan la intención de voto, sino únicamente la simpatía de un candidato. Está claro que Donald Trump no es simpático, ni tampoco es conocido por ser un hombre amable o dulce con sus adversarios o sus empleados.

En consecuencia el carácter que posee Trump le ha permitido liderar los negocios inmobiliarios, en el cual ha destacado desde hace muchos años. Liderazgo que impregnó desde el inicio de la campaña utilizando las técnicas de mercadeo y la psicología a la inversa, es decir creó un efecto de popularidad pero no necesariamente por sus aportes a los temas que atañen a los ciudadanos estadounidenses, sino por los comentarios inapropiados hacia las mujeres o los inmigrantes.

Explotó el sentimiento popular imperialista, dicho de otra manera se salió del esquema convencional de hacer política y rompió el molde que traían la mayoría de políticos de EEUU; destacó por su discurso racial, atacó de frente el problema de inmigración centrándose en Latinoamérica como la causa de los problemas de violencia y enfermedades del país, enmarcó en la galería de las propuestas la construcción del muro fronterizo con México.

Y anunció su intención de renegociar los términos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), suscrito con México y Canadá, o de lo contrario su gobierno abandonará el acuerdo. Asimismo, potencializó el descontento de la clase trabajadora que ha sufrido en la última década el haber perdido una poción privilegiada de ingresos, al cerrar diversas fábricas, y ser trasladas hacia México u otros países aledaños.

Del mismo modo enfrentó a extremistas musulmanes, dándoles un mensaje claro que no les permitirá el ingreso a los EEUU. También anunció que anulará dos decisiones ejecutivas clave tomadas por el presidente Barack Obama para permitir temporalmente la permanencia en Estados Unidos de muchos jóvenes que ingresaron al país siendo menores de edad, los llamados Dreamers, así como de los padres indocumentados de jóvenes estadounidenses o de residentes permanentes del país.

Es decir que el ingreso hacia los EEUU de forma ilegal, será mucho más difícil en la administración de Trump, del mismo modo las deportaciones de indocumentados estará a la orden del día, con mayor frecuencia y rigurosidad. Con ello se vería afectado Latinoamérica, pero especialmente algunos países de Centroamérica como El Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua. Ya que la cantidad de indocumentados y de personas que emigran a diario hacia la nación del norte es sumamente alta.

Lo cual vendría aumentar la delincuencia común, el crimen organizado y el fortalecimiento de las pandillas. Y por ende mayor pobreza e inseguridad, ya que la ayuda que recibirá a futuro Centroamérica de EEUU estará condicionada al combate de la corrupción, al fortalecimiento de la transparencia y al respeto de los órganos de Estado, o sea cerrar los espacios para que los gobiernos de corte populista o socialistas del siglo XXI no concentren el poder.

De lo contrario pasará lo mismo que en Venezuela y Nicaragua, con los dictadores Maduro y Ortega. Tienen tan concentrado el poder, que se les facilita continuar en el ejecutivo. Maduro ha retrasado el referendo revocatorio y Ortega recién ganó las elecciones de forma ilegítima con una participación pírrica del 30% del padrón electoral y con algunos observadores internacionales que están siendo procesados por su país de origen por actos de corrupción e enriquecimiento ilícito.

Por lo tanto Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras, deben ser prudentes con sus declaraciones diplomáticas, ya que Donald Trump, no se parece al Presidente Obama. Y recordar que Estados Unidos no necesita nada de Centroamérica, pero estos países subdesarrollados si necesitan de la poderosa inyección de las remesas, y de la ayuda por medio de programas auspiciados por el AID. Pero sobre todo se necesita que no haya deportaciones masivas. Esto sí sería un verdadero problema.

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