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MIAMI.– Cuando Donald Trump se despidió de la Cumbre del G-7 en Sicilia, dijo a un grupo de militares acantonados en la isla italiana que el cónclave había sido exitoso porque Estados Unidos logró dejar claro ante sus aliados que la relación con los demás ha cambiado.
La canciller alemana Angela Merkel también quedó con esa idea y tan pronto regresó a Berlín, dijo a los suyos que, a partir de ahora, hay que valerse por sí solos. La política alemana también estaba molesta con una frase, que el semanario Der Spiegel atribuye a Trump, en el sentido de que “los alemanes son muy malos”. El presidente no se refería a la nacionalidad sino a la forma que tienen de trabajar en las cuestiones comerciales. Alemania es la primera potencia económica y financiera de Europa, algo que despegó tras la Segunda Guerra Mundial gracias al Plan Marshall impulsado por Washington. Y Trump no se ha olvidado de eso.
“Se han acabado los tiempos en que podíamos depender unos de los otros hasta cierto punto. Me he dado cuenta de ello en los últimos días. Realmente ahora tenemos nuestro destino en nuestras manos. Debemos tener noción de que vamos a luchar por nuestro futuro por nosotros mismos, por nuestro destino como europeos”, afirmó Merkel en un mitin de campaña electoral para las legislativas.
Enterado, Trump contestó a la Canciller a través de un tuit. “Tenemos un déficit comercial masivo con Alemania, además ellos pagan mucho menos de lo que deben por la OTAN y los militares. Esto es muy malo para EEUU. Esto cambiará”, escribió el mandatario. El 2016, el déficit del comercio de Estados Unidos con Alemania fue un poco menos de 65.000 millones de dólares. O sea, Estados Unidos compró mercancías alemanas por 114.000 millones, y los alemanes gastaron en Estados Unidos apenas 49.000 millones. “Esto equivale a 13% del déficit total de Estados Unidos con el resto del mundo, y no es masivo teniendo en cuenta que Alemania y Estados Unidos son socios comerciales claves”, comentó Mónica de Bolle, analista del Peterson Institute for International Economics, con sede en Washington DC.
Realmente este déficit no es el mayor que Estados Unidos tiene. Con China la cosa suma 347.000 millones y Japón casi 70.000 millones. Y, que se sepa, Trump no está pensando en cambiar las cosas aquí, incluso ha estrechado sus relaciones personales con los líderes de los dos países asiáticos. Según los especialistas, los déficits comerciales generalmente surgen cuando los consumidores estadounidenses quieren acceder a productos que el país no produce. La industria automovilística es un ejemplo, aunque las marcas alemanas han abierto fábricas en varios estados y emplean a decenas de miles de obreros estadounidenses.
Pero lo que realmente molesta a Trump son los gastos de la OTAN. Los países miembros están comprometidos a gastar el 2% de su Producto Interno Bruto en gastos de defensa nacional y, separadamente, pagar una ‘cuota de membresía’ de la alianza militar que varia de país para país. De todos los miembros, solo 5 dedican el 2% a gastos de defensa: Estados Unidos (3,61%), Grecia (2,38%), Reino Unido (2,21%), Estonia (2,16%) y Polonia (2%).
Alemania se encuentra en 15º lugar con apenas el 1,19%. Pero, como recuerda Merkel, paga la totalidad de sus compromisos con la alianza. De hecho, Trump ha moderado sus críticas desde la campaña presidencial cuando acusó directamente a Alemania de ni eso pagar. En Europa, no se refirió al tema sino que se concentró en los gastos nacionales de defensa.
“El Presidente se queja básicamente de que Estados Unidos aporta demasiado en comparación con los demás. Pero no es cierto. Cuando la OTAN fue creada (en 1949), Estados Unidos era el único abastecedor de armamento de la alianza porque Europa estaba destruida. Pero ahora eso ha cambiado. Países como el Reino Unido, Alemania, Francia y hasta Italia, tienen grandes arsenales nacionales y una sofisticada industria militar”, dijo recientemente al canal SkyNews el profesor Nigel Armstrong, del británico Royal College of Defense Studies.
Hasta ahora este rifirrafe entre Trump y Merkel ha tenido pocas consecuencias pero tiene a los alemanes preocupados. Los funcionarios del Gobierno siguen diciendo que Washington continúa siendo el más importante aliado de Berlín y que quieren mantener esa amistad, apunta el diario The Washington Post.
Pero también creen que Trump ha priorizado las relaciones con países autoritarios y antidemocráticos, como Arabia Saudita, en vez de los tradicionales aliados democráticos. Muchos diplomáticos en Alemania y el resto de Europa, entraron literalmente en estado de shock cuando el presidente de Estados Unidos dijo en Riade que no había viajado allí “para dar lecciones de democracia” a la mayoría de los líderes no electos democráticamente reunidos en una cumbre árabe, mientras que en Bruselas regañó a sus aliados democráticos por no gastar lo suficiente en defensa nacional.
A Merkel no le queda otra que virarse para otro lado y extender su comercio a otros continentes, en detrimento de Estados Unidos por la filosofía proteccionista de Trump. El martes recibió al primer ministro de la India, Narendra Modi, y este miércoles se ha sentado a conversar con el premier chino, Li Keqiang.
“Las relaciones transatlánticas son de importancia capital. Lo único que hice fue llamar la atención para el momento actual cuando tenemos cada vez más razones para tomar el destino de Europa en nuestras manos”, precisó la Canciller al finalizar el encuentro con Modi.