Por RONNA MCDANIEL
Presidenta del Comité Nacional Republicano
Por RONNA MCDANIEL
Presidenta del Comité Nacional Republicano
Esta semana, los candidatos demócratas a la presidencia para las elecciones del 2020 se reunirán en Miami, Florida, para un debate, o en el caso de ellos, para una competencia por las posiciones más radicales y socialistas que no se alinean con los valores de los estadounidenses. La carrera de los demócratas hacia la extrema izquierda se llevará a cabo en un estado que se ha beneficiado enormemente de las políticas del presidente Trump: el desempleo en Florida ha caído a menos de la mitad de la tasa que tuvo cuando él asumió el cargo.
A los votantes del área de Miami no les pasa por alto la ironía de que este es el hogar al cual poblaciones hispanas llegaron huyendo de las mismas políticas socialistas que ahora se han normalizado dentro del Partido Demócrata. Esto es sin mencionar que los hispanoamericanos, una comunidad la cual crece rápidamente en la Florida, está disfrutando actualmente de una tasa de desempleo sin precedentes del 4.2 por ciento.
Sin embargo, esto no les preocupa a los candidatos de 2020, quienes están demasiado ocupados tratando de apaciguar a la extrema izquierda de su partido. Solo hay que ver al senador Bernie Sanders (I-Vt.), quien celebró la realineación de su partido hacia la izquierda y a que sus "ideas extremistas" se conviertan en "ideas estadounidenses cotidianas".
Sanders quiere nacionalizar nuestras industrias principales e implementar una toma de control de nuestro sistema de salud por parte del gobierno a un costo de $32.000 millones. Hoy en día, esta política, que previamente fue marginada, está respaldada por casi todos los demócratas que se postulan a 2020 y participarán en los debates; esto, a pesar de que le quitaría el seguro privado de casi 200 millones de estadounidenses y resultaría en la perdida de cientos de miles de empleos.
Por otra parte está el Nuevo Acuerdo Ecológico o lista de deseos socialistas que cuesta 93.000 millones de dólares; este, también ha recibido el apoyo de casi todos los demócratas de 2020, a pesar de su promesa de eliminar empleos e imponer una carga fiscal de $600,000 a cada hogar. Tampoco debemos olvidar la garantía federal de empleos respaldada por Sanders, por el senador Cory Booker (D-NJ) y por la senadora Kirsten Gillibrand (D-NY) que costaría miles de millones de dólares a los contribuyentes.
Los demócratas de 2020 han dejado claro que para ellos no son de importancia las consecuencias de sus peligrosas propuestas. Ellos quieren aumentar los impuestos, abolir el sistema del colegio electoral, brindarle a los delincuentes el derecho de votar, abrir nuestras fronteras y ofrecer beneficios a los inmigrantes ilegales; esto, mientras que siguen negando que existe una crisis humanitaria en la frontera.
En adición a esta lista, el sur de la Florida es el hogar para innumerables cubanos y venezolanos que huyeron del socialismo bajo los regímenes de Fidel Castro y Nicolás Maduro. A pesar de los extensos abusos contra los derechos humanos y las destructivas políticas socialistas de estos regímenes, muchos demócratas han decidido apoyar a los dictadores en lugar de respaldar las sanciones del presidente Trump y apoyar a la democracia en Latinoamérica.
A medida que escuchemos las marginalizadas ideas de los demócratas en los debates esta semana, las compararemos con los éxitos que el presidente Trump ha logrado para nuestro país. Él prometió revitalizar nuestra economía y traer empleos de vuelta a los Estados Unidos, reducir las primas de los seguros de salud y mejorar la transparencia de los costos de atención médica, fortalecer nuestra frontera y proteger a nuestras comunidades, y él ha cumplido con sus promesas, cada paso del camino.
Mientras que los demócratas discuten sobre quiénes aumentarían más los impuestos, recordaremos que los recortes fiscales y la desregulación bajo el presidente Trump nos han dado 6 nuevos millones de empleos y una tasa de desempleo del 3.6 por ciento, la más baja desde 1969. Mientras los demócratas hablan de una desastrosa toma del gobierno de nuestro sistema de cuidado de salud, nosotros recordaremos el éxito de esta administración de reducir las primas de salud y bajar los precios de los medicamentos recetados. Mientras los demócratas se comprometen a abrir nuestras fronteras, recordaremos el muro fronterizo en construcción y el éxito continuo de la policía en eliminar a las pandillas.
Los votantes del sur de la Florida, y todos los estadounidenses saben que las propuestas radicales de los demócratas son el problema, y nunca son la solución. Seguiremos luchando para mantenerlo a usted a timón de su vida, en lugar de que lo dirija el gobierno. El presidente Trump ha dicho reiteradamente: "Los Estados Unidos nunca será un país socialista". Eso se debe a que los votantes estadounidenses nunca lo permitirán. En su lugar, enviaremos a los demócratas a casa y reelegiremos al presidente Trump en 2020.