REDACCIÓN— En Kabul, Afganistán, civiles que desean huir del país —estadounidenses, afganos que han trabajado en el ejército, en el gobierno o con fuerzas extranjeras— acaban de vivir una semana de caos y miedo, atrapados entre los puestos de control de los talibanes y la concertina de púas colocada por el ejército estadounidense en el aeropuerto, antes de ser finalmente evacuados en avión.
Para la historiadora Heather Cox Richardson, "el caos inicial creado por el rápido avance de los talibanes por todo el país se ha convertido en lo que es, por lo menos, un patrón temporal". En un artículo publicado este 22 de agosto en su página Letters from an American, Richardson aborda los hechos que llevaron a la crisis actual en Afganistán.
Richardson es profesora de historia en Boston College, especializada en historia estadounidense del siglo XIX. Como describe la propia autora, su página Letters from an American es "una crónica del panorama político actual, pero debido a que no se puede controlar la política actual sin un esbozo de la Constitución de Estados Unidos, las leyes, la economía y las costumbres sociales, este boletín explora lo que significa y lo que ha significado ser estadounidense".
Caos e incertidumbre en Afganistán
Como afirmó en su texto, "sabíamos que había muchas posibilidades de que los talibanes recuperaran el control del país cuando nos fuéramos, aunque esa no era una conclusión inevitable. El expresidente Donald Trump reconoció que el pueblo estadounidense estaba cansado de la guerra en curso en Afganistán, que se acercaba a su vigésimo año, y en febrero de 2020, su administración negoció con los talibanes para permitir que Estados Unidos se retirara. A cambio de la liberación de 5000 combatientes talibanes y la promesa de que Estados Unidos se retiraría en los próximos 14 meses, los talibanes acordaron no atacar a los soldados estadounidenses".
Más adelante en ese análisis constató que "al negociar con los talibanes y excluir al gobierno afgano que Estados Unidos había estado apoyando, el equipo de Trump aceptó esencialmente que los talibanes eran el partido más importante en Afganistán. El acuerdo en sí refleja la rareza de las negociaciones. Cada cláusula que se refería a los talibanes comenzaba: 'El Emirato Islámico de Afganistán, que no es reconocido por Estados Unidos como un estado y es conocido como los talibanes, realizará...' Inmediatamente quedó claro que los talibanes no estaban cumpliendo su parte del trato".
En ese sentido, añadió que aunque el Talibán "dejó de atacar a las tropas estadounidenses, comenzó a escalar la violencia en el propio Afganistán, asesinó a opositores políticos y mantuvo vínculos con al-Qaeda. No obstante, la administración Trump presionó a los líderes del gobierno afgano para que liberaran a los 5000 prisioneros talibanes, y finalmente lo hicieron. Antes de que Biden asumiera el cargo, Trump redujo el compromiso de las tropas estadounidenses en Afganistán de aproximadamente 13,000 a aproximadamente 2500".
Con relación a las diferentes estrategias de las administraciones Trump y Biden, indicó que cuando Biden asumió el cargo, "tuvo que decidir si seguir el camino de Trump o rechazar a los talibanes con el argumento de que no estaban cumpliendo el acuerdo que la gente de Trump había logrado. El propio Biden quería salir de la guerra. Al mismo tiempo, reconoció que luchar de nuevo contra los talibanes significaría devolver más tropas a Afganistán y que Estados Unidos volvería a empezar a sufrir bajas. Optó por sacar las tropas, pero extendió el plazo hasta el 11 de septiembre de 2021, vigésimo aniversario del ataque inicial. (El expresidente Trump se quejó de que las tropas deberían salir más rápido)".
Y agregó: "Lo que Biden no previó fue la velocidad con la que los talibanes recuperarían el control del país. Barrió las capitales regionales y luego Kabul en unos nueve días a mediados de agosto con apenas un disparo, y el jefe del gobierno afgano huyó del país, dejándolo en el caos".
"Esa velocidad atrapó a los Estados Unidos desprevenido. Los afganos que habían sido parte del gobierno o que habían ayudado a Estados Unidos y sus aliados corrieron al aeropuerto para tratar de escapar. En el pandemonio de ese primer día, murieron hasta siete personas; dos personas parecen haberse aferrado a un avión militar estadounidense cuando despegó, cayendo y muriendo", sumó la profesora.
Al hablar del caos actual y de la incertidumbre, lamentó que "mientras tanto, hay 10.000 personas apiñadas en ese aeropuerto y continúan las evacuaciones de EEUU. El aeropuerto de Kabul es seguro, por ahora, y el ejército de Estados Unidos ha creado un perímetro más grande a su alrededor para su protección. El gobierno de EEUU ha pedido a los estadounidenses en Afganistán que se refugien en el lugar hasta que puedan ser trasladados de manera segura; el embajador de Qatar en Afganistán ha estado escoltando a grupos de ellos al aeropuerto. Las evacuaciones han sido más lentas de lo esperado debido a los retrasos en la siguiente etapa del viaje, pero el gobierno ha solicitado la ayuda de 18 aerolíneas comerciales para hacer avanzar a esos pasajeros, dejando espacio para nuevos evacuados".
Los talibanes advirtieron el lunes que Estados Unidos y sus aliados se exponen a "consecuencias" si retrasan su retirada de Afganistán, prevista el 31 de agosto, una posibilidad contemplada por Washington para continuar con las caóticas evacuaciones del aeropuerto de Kabul.
El presidente Joe Biden, presionado por sus aliados, entreabrió el domingo la posibilidad de mantener las tropas más allá del 31 de agosto para seguir con la evacuación, algo que para Shaheen significaría "prolongar la ocupación".
"Si Estados Unidos o el Reino Unido piden más tiempo para continuar con las evacuaciones, la respuesta es no. O habrá consecuencias", declaró Suhail Shaheen, un portavoz talibán, al canal británico Sky News.
El G7 se reúne este martes para discutir cómo proceder con la evacuación, en medio de presiones europeas por extender la presencia militar en Kabul. "La meta es sacar a la mayor cantidad de personas lo más rápido posible", declaró el portavoz del Pentágono, John Kirby.
Las impactantes imágenes en el aeropuerto de Kabul de la operación de evacuación que incluyen bebés y niños entregados a soldados entre alambres de púas y hombres colgados de aviones en pleno despegue, han dado la vuelta al mundo.
Varias personas ya perdieron la vida en circunstancias poco claras en el exterior de las instalaciones. A estas se suma el deceso de un guardia afgano este lunes en un tiroteo con desconocidos, que después implicó a soldados estadounidenses y alemanes, según el ejército alemán.
A la espera todavía de un milagro, familias enteras permanecen entre los alambres que rodean el perímetro que separa a los talibanes de las tropas estadounidenses en las inmediaciones del aeropuerto, donde el acceso sigue siendo difícil.
Fuera de Kabul se han dado brotes de resistencia contra los talibanes. Algunos exsoldados del gobierno se congregaron en el valle de Panshir, al norte de Kabul, conocido como un bastión antitalibán. Los talibanes anunciaron este lunes haber rodeado a los combatientes de la resistencia, aunque aseguraron que "intentan resolver este asunto pacíficamente".
Informaciones no confirmadas mencionaron enfrentamientos en los alrededores del valle, donde el exvicepresidente Amrullah Saleh se refugió y decretó la resistencia contra los fundamentalistas. En las redes sociales, las cuentas favorables a la resistencia niegan cualquier avance de los talibanes, asegurando que las emboscadas los detuvieron.
Uno de los dirigentes del movimiento en Panshir, denominado Frente de Resistencia Nacional (FRN), es Ahmad Masud, hijo del conocido comandante antitalibán Ahmad Shah Masud.
Aquí puede leer el análisis completo en inglés.
https://twitter.com/HC_Richardson/status/1429634293945577475
FUENTE: Con información de AFP