MIAMI.- Estados Unidos anunció este viernes que prohibirá el ingreso de funcionarios extranjeros que amenacen a personas percibidas como disidentes de los gobiernos en sus países, al tiempo que hizo pública una serie de sanciones contra 76 sauditas vinculados al asesinato del periodista Jamal Khashoggi, hecho ocurrido en 2018.
El secretario de Estado, Antony Blinken, informó en un comunicado sobre la creación de la llamada “Prohibición Khashoggi”, en honor del periodista residente permanente de Estados Unidos, que fue asesinado en el Consulado de Arabia Saudita en Estambul, Turquía, el 2 de octubre de 2018.
Esta nueva restricción permitirá que el Departamento de Estado imponga restricciones de visado a las personas que, actuando en nombre de un gobierno extranjero, hayan participado directamente en actividades extraterritoriales contra disidentes.
Según se explicó, esas actividades incluyen la represión, acoso, vigilancia, amenaza o daño a periodistas, activistas u otras personas “percibidas como disidentes” por su trabajo, o que se involucren en tales actividades.
La “Prohibición Khashoggi”, de acuerdo con Blinken, se hará extensiva a los familiares de dichas personas, quienes también podrán estar sujetos a restricciones de visa bajo esta política.
“Las personas deben poder ejercer sus derechos humanos y libertades fundamentales sin temor a represalias, castigos o daños por parte del gobierno”, apuntilló el encargado de las relaciones internacionales de EEUU.
Blinken anotó que las medidas adoptadas por la Casa Blanca tienen como propósito “hacer retroceder” a los gobiernos que traspasan sus fronteras “para amenazar y atacar a periodistas y personas percibidas como disidentes por ejercer sus libertades fundamentales”.
Acorde con Blinken, Estados Unidos no debería “permitir” que los perpetradores que “apuntan a los disidentes” de cualquier gobierno extranjero “lleguen a suelo estadounidense”, como una “cuestión de seguridad para todos dentro de nuestras fronteras”.
Asimismo, el Departamento de Estado ordenó la elaboración de un informe sobre cualquier actividad extraterritorial de este tipo por parte de algún gobierno, que será incluido en el reporte anual sobre la práctica de los derechos humanos.
“Estados Unidos continuará arrojando luz sobre cualquier gobierno que se dirija a las personas, ya sea a nivel nacional o extraterritorial, simplemente por ejercer sus derechos humanos y libertades fundamentales”, señaló.
Las nuevas medidas de EEUU no afecta al príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman, que supuestamente estuvo involucrado a distancia en el asesinato de Khashoggi, pero sí sanciona al general saudita Ahmed al-Asiri, exjefe de inteligencia del reino, y las Fuerzas de Intervención Rápida Saudita por su rol en el asesinato del que fue corresponsal del diario The Washington Post.
Blinken dijo que si bien Estados Unidos sigue comprometido en su relación con Arabia Saudita, el presidente Biden ha dejado “en claro” que esa asociación debe “reflejar” los valores estadounidenses.
“Con ese fin, hemos dejado absolutamente claro que las amenazas y agresiones extraterritoriales de Arabia Saudita contra activistas, disidentes y periodistas deben terminar. No serán tolerados por Estados Unidos”, acotó.
Khashoggi entró al consulado de Arabia Saudita en Estambul para pedir un certificado que le permitiera casarse con su prometida, según trascendió más tarde, pero nunca saliò de la sede diplomática.
De acuerdo con las autoridades turcas, el comunicador fue asesinado en la sede diplomática el 2 de octubre por un escuadrón de 15 sauditas que primero lo habrían estrangulado y luego desmembraron su cuerpo. Sus restos no han sido encontrados aùn.