miércoles 9  de  octubre 2024
EEUU

Exdirector de campaña de Trump colaboró con Moscú en mejorar la imagen e influencia de Putin en el mundo

Paul Manafort fue jefe de campaña del presidente Donald Trump y, en estos momentos, el Congreso y el FBI están enfrascados en una investigación sobre la interferencia rusa en las pasadas elecciones presidenciales
Por RUI FERREIRA

MIAMI.- La influencia rusa sobre Estados Unidos en los tiempos postsoviéticos comenzó a consolidarse hace dos lustros cuando el gobierno de Vladimir Putin decidió invertir en la compra de opiniones.

Según una investigación de la agencia Associated Press (AP), el empresario y cabildero Paul Manafort fue el hombre escogido por Moscú para coordinar los esfuerzos y terminó presentando a Putin un ambicioso plan estratégico de influencia política que, además de pretender ser aplicado en las antiguas repúblicas soviéticas, abarcaba también a Europa y Estados Unidos.

El detalle pudiera pasar a un segundo plano si no fuera por un elemento político escabroso: Manafort fue jefe de campaña del presidente Donald Trump y, en estos momentos, el Congreso y el FBI están enfrascados en una investigación sobre la interferencia rusa en las pasadas elecciones presidenciales a favor del candidato republicano.

El plan fue puesto en práctica con la ayuda de un magnate de la industria petrolera rusa, Oleg Deripaska, un aliado político de Putin, a cambio de un contrato anual de 10 millones de dólares, que comenzó en el año 2006 y, aparentemente, terminó en el 2009, según la agencia de noticias.

Entre la documentación obtenida se encuentra un memorando que Manafort envió a Deripaska donde se dice claramente que “creo que este modelo [de influencia política] puede beneficiar enormemente al Gobierno de Putin si es empleado en el ámbito correcto con el necesario compromiso de éxito”. Es por ello, que “estaremos ofreciendo un gran servicio que puede reorientar la atención, tanto internamente como en el exterior, hacia las políticas de Putin”. O sea, se trataría de ejercer influencia sobre medios de comunicación, empresarios y dependencias gubernamentales a favor del gobierno de Moscú.

La agencia de noticias no estableció una conexión directa entre el trabajo de Manafort con Moscú y su posterior influencia sobre la campaña presidencial de Donald J. Trump. De hecho, entre los dos eventos pasó casi una década. “Sugerir que el presidente sabía quien eran los clientes [de Manafort] hace 10 años es un poco descabellado”, afirmó el portavoz presidencial Sean Spicer, al alertar sobre el impacto que la noticia tuvo en el mundo político y mediático.

“Claro que ha tenido impacto. Se ha armado una confusión enorme. No me interesa qué fue lo que le pagaron y para hacer qué cosa. No hay nada que sugiera que hizo algo inapropiado”, agregó el portavoz. Sin embargo, la revelación de la agencia AP contradice afirmaciones anteriores del entorno de Trump, incluyendo el mismo Spicer, en el sentido de que Manafort nunca ha trabajado para intereses rusos.

En un comunicado divulgado el miércoles, Manafort ha confirmado que efectivamente trabajó para el magnate petrolero ruso pero negó que se tratara de algo con el objetivo de promover “intereses rusos”. Por lo cual, “espero reunirme con los investigadores”. A su vez, un portavoz de Deripaska envió a la AP otro comunicado donde admite “la existencia de un acuerdo entre el Sr. Deripaska y el Sr. Manafort para ofrecer servicios de consultoría de inversiones relacionados con los intereses de negocios del Sr. Deripaska y que ahora está siendo sujeto a ciertas demandas de matiz legal”.

“Esto es algo muy serio. Documentos muy serios que merecen ser investigados con toda celeridad”, ha dicho el miércoles el senador y excandidato presidencia republicano, John McCain. Para su colega, Lindsey Graham, “claramente si él está recibiendo millones de dólares de un millonario cercano a Putin con el objetivo básico de entorpecer movimientos democráticos, es algo que quiero saber, aunque dudo que Trump lo supiera”.

Pero este miércoles en la rueda de prensa habitual de todos los días, consultado sobre el tema, Spice jugó a la defensiva en un intento de restar importancia. “Manafort estaba encargado del conteo de los delegados [a la convención]” y cuando fue despedido los sondeos colocaban al candidato con “16 puntos menos” que su rival, la demócrata Hillary Clinton, aseguró Spicer.

Sin embargo, la verdad es que acorde con Media Matters en esa fecha la diferencia era de apenas 5 puntos.

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