Producto de ese éxodo masivo estos regímenes reciben millones de dólares en remesas que contribuyen a oxigenar esas economías. Con ese fin se han confabulado para que millones de sus ciudadanos emprendan caminos peligrosos hacia Estados Unidos ante la falta de oportunidades en sus países. El régimen de Daniel Ortega retiró el requerimiento de visado para el ingreso de miles cubanos a Nicaragua, por lo que esta nación centroamericana sirvió de puente para la migración hacia Estados Unidos. Lo mismo ha sucedido con los venezolanos, a los que se sumaron nicaragüenses.
Ante el caos en la frontera sur, desde finales de 2022, primero a los venezolanos y luego en enero de 2023, a cubanos, nicaragüenses y haitianos, Biden les cerró las puertas.
A cambio, la administración estadounidense aprobó el programa “parole humanitario”, que estipula otorgar 30.000 visas cada mes durante dos años, lo cual permitirá el ingreso al país de más de 700.000 migrantes de esas cuatro nacionalidades.
El parole humanitario ha sido empleado por la administración Biden como herramienta para la migración exprés.
Pero las estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), revelan que el problema no solo es la migración de esos cuatro países. Las autoridades reconocen que, aunque desde enero, la entrada por la frontera sur se redujo sustancialmente, la cifra de ingresos de indocumentados por ese punto todavía registra un alto índice.
En enero la CBP reporta la entrada de 208.086 migrantes, 94.000 menos que en diciembre. El informe indica el ingreso de 3.790 nicaragüenses, un 89% menos en comparación con diciembre; 11.893 cubanos, 75% menos; 14.949 venezolanos, más de 1.300; y 5.160 ingresos de haitianos, 235 menos, comparado con diciembre.
Los primeros cuatro meses del actual periodo fiscal (octubre 2022 a enero 2023) la CBP registra 1,072,400 detenciones de migrantes. De mantenerse esa tendencia superaría las entradas del periodo fiscal anterior de 2,766,582.
Para Reich, experto en política exterior, con una amplia carrera en el servicio diplomático estadounidense, las políticas de la administración Biden han animado a los ciudadanos extranjeros a quebrantar la ley, un hecho, que asegura no tiene precedentes y está afectando la migración legal cuyos beneficiarios cumplen con la ley y deben esperar años.
Uno de los casos más evidentes es el programa de reunificación familiar para los cubanos, afectado por la burocracia, el estancamiento del proceso migratorio, la pandemia y los ataques sónicos de que fueron objeto diplomáticos estadounidenses en Cuba y que obligó a Estados Unidos a cerrar el servicio de la sede diplomática. Ante esa situación los cubanos viajaban a hacer sus trámites migratorios a Guyana, lo que suponía una carga económica extra. La embajada reanudó recientemente el servicio consular, pero avanza a pasos lentos.
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Embajada de Estados Unidos en Cuba.
AP/Archivo
“Desafortunadamente es el resultado de lo que ha hecho la administración, es totalmente injusto”, afirmó Reich sobre la prioridad de Biden a la migración ilegal.
Desde que Biden llegó a la Casa Blanca en enero de 2021 a enero de 2023, se registran más 5,488,982 ingresos por la frontera sur, sin incluir el número de migrantes que evaden los puestos fronterizos, cuyas estimaciones se aproximan al millón de personas, de acuerdo con expertos.
Desde que empezaron los registros sobre la migración en la década del 60, la cifra de 1,9 millones que se registró en 2021, nunca se había alcanzado. En 2022 la cifra aumentó a 2.766,582, y en lo que va del periodo fiscal 2023 ya alcanza 1.072,400.
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Estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
“Qué sucede, que las personas que han seguido la ley, los procedimientos de la inmigración, las personas que han esperado por años, ahora están al final de la línea de espera por las políticas de Biden”, acotó. Sin embargo, la migración irregular ha sido favorecida con “la gente que ha estado dispuesta a cruzarse la frontera, a arriesgarse, no estoy diciendo que son malas personas, pero no han seguido las leyes”, especificó Reich.
“[Se tomó la decisión de] Abrir las fronteras y después, de tener francamente la cara dura de decir que la frontera no está abierta cuando todo mundo sabe que lo ha estado desde que fue electo Biden. (Los migrantes) Ni siquiera esperaron a que (Biden) tomara posesión, la gente empezó a llegar inmediatamente por lo que él había dicho, él mismo dijo que iba a permitir que entraran refugiados y asilados y una vez en una conferencia preguntó que cuál era la diferencia de que ingresaran dos millones de personas en este país”.
Y es que decenas de caravanas se organizaban antes de que Biden asumiera el cargo en la Casa Blanca a través de las redes sociales, miles viajaron hasta llegar a la frontera con Estados Unidos, el argumento que ha sido empleado desde entonces, es pedir asilo.
Migrantes frontera sur-AFP vía Getty Images.
Migrantes en caravana con destino a Estados Unidos
AFP
En sus primeros días, Biden firmó una serie de órdenes ejecutivas para revertir las políticas migratorias de su predecesor, el expresidente Donald Trump, poniendo de relieve tanto los poderes de la Casa Blanca como sus limitaciones sin el respaldo del Congreso.
Asilo “subvertido”
Para el diplomático, el asilo ha sido subvertido, “todo mundo dice que se merece asilo, algo está muy raro”.
El presidente Biden ha dejado ingresar a millones de personas pidiendo asilo. “Antes las cifras eran razonables, pero ahora de pronto cambió. Aquí la culpa no solo la tiene la administración, la tienen muchos grupos (proinmigrantes), abogados que hacen esto por negocio o sentimientos, pero le han dicho a toda la gente que quiere cruzar que pidan asilo político. ¿Y qué pasa? Que todo el sistema de cortes, de investigación, el sistema de asilo esta totalmente abrumado y no da abasto, y las personas que verdaderamente merecen asilo político como por ejemplo exsoldados afganos que pelearon junto al Ejército de Estados Unidos han tenido que cruzar la frontera ilegalmente y algunos han sido arrestados en lugar de darle asilo a esas personas que si se merecen asilo político no solo por lo que hicieron sino porque están amenazados de muerte por el talibán. Esa gente son los perdedores con las políticas de administración”, sentenció Reich.
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Captura de pantalla tomada de la organización FAIR.
Captura de pantalla/fair.org/@FAIRImmigration
Destierro de nicaragüenses
El régimen de Daniel Ortega excarceló a 222 opositores, los desterró a Estados Unidos y les arrebató la nacionalidad. Según el sandinismo, la medida no fue producto de una negociación con la Casa Blanca, discurso al que se ha sumado la administración Biden.
Para Reich, ese escenario resulta poco convincente. “Me parece un poco raro que haya sido una acción unilateral por parte de Ortega. No tengo prueba ninguna y lo que estoy diciendo es mi opinión, pero me parece muy raro que una persona que ha demostrado que no tiene compasión ninguna, que es un dictador capaz de cualquier cosa, hasta de tomar acción para matar a sus adversarios como (ha hecho) Ortega, de pronto haya visto la luz, puso en libertad y expulsó a 222 personas, para mí hay algo que todavía no sabemos pero que se va a saber tarde o temprano”.
Ortega expulsó a otros 94 opositores, entre ellos periodistas y promotores de derechos humanos, los declaró “traidores” y les confiscó sus propiedades, una práctica empleada por el sandinismo en la década de 1980, cuyas confiscaciones, hoy en manos sandinistas “legalizadas” a través de la “Piñata”, las están pagando los nicaragüenses, hasta ahora por un monto superior a los 1.300 millones de dólares.
Fichas de canje
Los reos de conciencia son convertidos en fichas de canje por las dictaduras, el exembajador Reich sostiene que es una historia que se repite. Ortega aseguró en un discurso que no ha solicitado el retiro de sanciones, algo que ha pedido en otras ocasiones y realizado cabildeo para ese fin.
“No es nada nuevo, llevamos décadas, podemos ir hasta la crisis de Irán-Contra que se trató de sacar algunos estadounidenses que habían sido apresados por Irán, eso fue hace 40 años. Cuba lo hizo con Allan Gross y otras personas; Nicolás Maduro lo ha hecho con estadounidenses (6 canjeados por los ‘narcosobrinos’), y Rusia también lo ha hecho. Todas estas dictaduras están secuestrando o capturando a ciudadanos americanos para canjearlos por cosas que ellos quieren”, apuntó.
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Régimen comunista cubano busca razones a su sinrazón
Collage/fotos AP archivo
Reich cree que en algún momento el designado gobernante de la dictadura en Cuba podría liberar a presos políticos para “decir que es un primer paso y que es unilateralmente porque son ‘tan buenas personas’”, ironizó.
A cambio exigirá el levantamiento de las sanciones o pedir que saquen a Cuba de la lista de países que ayudan al terrorismo.
Para el experto habrá gente que le crea al régimen de Cuba el argumento de querer negociar y “la muestra sería la excarcelación de presos políticos, como lo hizo Ortega, para deshacerse de un problema porque le estaba causando una muy mala imagen en el mundo. Le habían puesto sanciones por parte de los Estados Unidos y Europa, aunque no de América Latina que habla mucho de la solidaridad, pero no hace nada”, acotó.
Crisis económica en la región
Un informe de Naciones Unidas prevé un freno al crecimiento económico en América Latina y el Caribe, que pasará de un posible incremento del 3,8 % para 2022, a un 1,4 % en 2023.
La mayoría de los países de la región están gobernados por la izquierda, un hecho que para Reich podría incrementar la crisis económica en esas naciones.
“Es casi segura porque los gobiernos de izquierda no saben manejar las economías, los mejores ejemplos que vemos son Cuba, Venezuela, Nicaragua, pero sobre todo Venezuela que era uno de los países más ricos de América Latina, en un tiempo fue el país con más alto ingresos per cápita de Latinoamérica y ahora es un país fracasado”.
Aunque Reich cree que no todos esos países van a seguir el modelo de las tres dictaduras de la región, asegura que la debacle económica podría profundizarse con la crisis política que se ha acentuado en los países gobernados por la izquierda.
“Como dice nuestro amigo Carlos Alberto Montaner, hay izquierda vegetariana e izquierda carnívora, apuntó Reich. Desafortunadamente, Cuba, Venezuela y Nicaragua son carnívoros. Vamos a ver qué tipo de animal son los otros”, sentenció.
@FloresJudith7
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