RUI FERREIRA
Especial
@ruiefe
La exsecretaria de Estado se convierte en la primera mujer en ser candidata a la presidencia de Estados Unidos por uno de los dos partidos mayoritarios
RUI FERREIRA
Especial
@ruiefe
La exsecretaria de Estado Hillary Clinton es ya la candidata de los demócratas a la presidencia, tras la votación realizada en la tarde del martes, en la que su rival, el senador por Vermont, Bernie Sanders, obtuvo un buen puntaje, dejando claro su popularidad dentro del Partido Demócrata. Falta sólo la coronación de la primera mujer nominada a la presidencia de EEUU, el jueves por la noche.
Los dos primeros días de la Convención Demócrata de Filadelfia no pudieron ser más dispares. Si el lunes hubo dos conatos de revuelta y la segunda sesión del martes se llevó a cabo con más calma, pese a que tocó a los delegados votar por los nominados, aunque Sanders ya había concedido la victoria a su contendiente días atrás.
Como se esperaba, Clinton ganó por arrolladora mayoría de delegados y es ya la nominada del Partido Demócrata a la Casa Blanca. “Está hecho. Hillary es nuestra candidata”, enfatizó Marcia Fudge, la presidenta de la convención, en sustitución de la congresista Wasserman Schultz, quien ha renunciado a la presidencia de los demócratas, por el escándalo de los emails que denunció WikiLeaks, efectiva a partir del viernes.
Los dos conatos de revuelta no estuvieron relacionados pero estuvieron a punto de lanzar la convención en un caos. El primero se resolvió rápido. La delegación de Florida no quiso que la ahora dimisionaria presidenta del partido Debbie Wasserman Schultz hablara durante un desayuno, porque la consideran responsable del escándalo de los correos electrónicos que desvelaron cómo gente de su entorno conspiró para apartar a Sanders de la contienda.
El segundo conato fue más serio y obligó a la intervención de Sanders en persona. Resulta que “sus” delegados no querían aceptar votar por Hillary Clinton, y el veterano senador hubo de hacer un llamado personal a las huestes. “Les pido, como una cortesía personal hacia mí, que se abstengan de todo tipo de protesta en el auditorio. Es importantísimo que expliquemos esto a vuestras delegaciones”, escribió en su cuenta Twitter.
Después de ello, Sanders tuvo que desplegar toda la diplomacia posible para aguantar a los más rebeldes y, aparentemente, lo logró. Como dijo un periodista extranjero, “parece que les dieron un somnífero porque como que no han protestado más”.
“Realmente Sanders ha logrado la unidad del Partido y salvó a la convención. Hubo un momento en que las cosas estuvieron feas y él logró aguantar a la gente, aunque nunca nos dijo que no votáramos como queríamos”, comentó José Caballero, un delegado por California, que apoya a Sanders pero ha accedido al pedido del senador y terminó por darle el voto a Clinton.
La convención tiene como objetivo proyectar la imagen de Hillary Rodham Clinton junto del electorado estadounidense. Pero un tema que ha sido abordado con preocupación es el de los inmigrantes indocumentados, un tema que el sector más liberal del Partido ha impulsado. “Si esta convención no presta atención a los inmigrantes, perdemos la Casa Blanca, no creo que hay mucho que decir sobre esto”, dijo el primer día el congresista por Illinois, Luis Gutiérrez, un crítico feroz de la política de deportaciones acelerada por la administración de Barack Obama.
Durante el fin de semana, Clinton quiso dejar claro que el tema es capital y ella tiene una perspectiva diferente. “Creo que se debe deportar a los más peligrosos. Pero bajo ninguna circunstancia a menores de edad y mucho menos separar familias. Cada uno es un caso y hay que analizar caso a caso”, dijo la candidata demócrata en declaraciones a la cadena CBS, donde compareció junto a su colega de boleta, el senador por Virginia Tim Kaine.
El sábado, cuando ambos se presentaron por primera vez juntos, en la Universidad Internacional de Florida, en Miami, Kaine garantizó a la audiencia que habrá una reforma migratoria en los primeros 100 días de una administración Clinton. Gutiérrez no es tan optimista. “Nadie sabe cómo va a ser la composición del Congreso, y el Congreso es el que tiene que decidir. Espero sinceramente que la señora Clinton no caiga en los mismos errores que hizo el presidente Obama”, dijo.
Quien no cree que eso sucederá es la primera dama, Michelle Obama, una presencia influyente en esta convención desde el primer día. La esposa del presidente llevó a la audiencia prácticamente al delirio cuando les hizo un llamado a votar por Clinton. Fue un momento importante porque, entre otras cosas, se sabe que las dos mujeres nunca tuvieron una buena relación.
Michelle conoció a Hillary Clinton en 2008, cuando esta se enfrentó a Obama por la nominación demócrata, durante una campaña muy virulenta, en la que los ataques personales estuvieron a la orden del día. Pero ahora, las cosas han cambiado. A lo mejor la presencia del magnate Donald Trump en la contienda ha influenciado en algo, pero lo cierto es que “en estas elecciones sólo confío en una persona como presidenta y esa es Hillary Clinton. Estoy con ella", dijo la primera dama.
En un discurso apasionado y muy emotivo, Michelle recordó el momento histórico que representa que una mujer sea electa a la Casa Blanca, tal como fue crucial que un afroamericano ganara las presidenciales en 2008.
“Me despierto cada mañana en una casa que fue construida por esclavos y hoy veo a mis hijas, dos inteligentes chicas negras, jugar en su césped”, enfatizó la primera dama.
“Hoy mis hijas dan por hecho que una mujer puede ser la próxima presidenta de Estados Unidos gracias a Hillary Clinton”, subrayó.
LEA TAMBIEN: